Vive emociones como contrabajista

Nelly Sánchez
18 septiembre 2017

"Luis Felipe Castro Corrales comparte su experiencia al ser seleccionado en la Orquesta Sinfónica Infantil y Juvenil de México por cuatro años consecutivos"

Cada vez que toma el contrabajo y comienza a tocarlo, Luis Felipe Castro Corrales entiende el mundo de manera diferente.

"Simplemente estás, tocas y te desconectas de todo lo demás, es como una experiencia emocional, mientras vas tocando vas conociendo tus gustos, lo que quieres, la música te hace sentir de ciertas maneras... es una emoción que cada quien debe sentir o descubrir", dice.

La música ha sido parte de su vida desde hace 5 años, cuando ingresó a la Orquesta Esperanza Azteca. Y aunque no sabe aún si ésta será su carrera, una vez que termine la preparatoria, siempre querrá saber y aprender más.

Luis Felipe Castro Corrales tiene 17 años, estudia la preparatoria en el Instituto Chapultepec, y desde que ingresó a Esperanza Azteca ha sido seleccionado en cuatro ocasiones para participar en el campamento de verano de la Orquesta Sinfónica Infantil y Juvenil de México.

Esta experiencia, asegura, le ha cambiado mucho la manera de ver el mundo.

"Los maestros que hay ahí son excelentes, como músicos pero también para desarrollarte más, desenvolverte, como músico depende de lo que estés tocando, actuar de esa manera para que puedas expresar lo que quiere decir la música".

Su primera experiencia en la música se dio en las aulas del Chapultepec, en las clases de guitarra que impartía Óscar Corral, quien al verle talento lo introdujo también en el Contrabajo y al darse cuenta de su entrega lo envió con el maestro Raúl Pérez y se incorporó en la Orquesta Esperanza Azteca.

"Me vio potencial, me dijo que fuera con el maestro, porque en el chapule dan muy bien clases, pero no va tan enfocado, es como una actividad extra, clases de media hora, tres veces por semana, y en Esperanza Azteca sí, cuatro horas, cinco días a la semana".

Pronto Luis Felipe le empezó a tomar el gusto a la música.

"Creo que todos lo traemos, cuando no tocaba, la música se me hacía aburrida, pero vas empezando a saber y con el conocimiento te das cuenta que en realidad tiene su chiste, que va más allá de lo que escuchas".

Desarrollo musical y personal

El Campamento de Verano de la OSIM ha sido una de sus mejores experiencias en su trayectoria musical.

El primer campamento al que acudió fue en 2014, cuando tenía apenas 14 años, al que llegó tímido, serio, reservado, y el más reciente fue éste, en el que tuvo la oportunidad de ser el contrabajista principal de la sección.

"Yo conocía la orquesta por un amigo que tocaba en el Chapule, hicimos la audición, tuve la suerte de quedar. El primer año no tenía mucho desarrollo como músico, tenía un año y medio tocando", recuerda.

"Fui, tenía mucho miedo, tenía 14 años, era más reservado, no me llevaba tanto con las personas, era más difícil entablar relaciones".

Pero el maestro Víctor Flores, asegura, no sólo le ayudó a tocar mejor el contrabajo, sino a relacionarse con sus compañeros, a ser más abierto, a entablar más relaciones.

El siguiente año fue con mayor seguridad y confianza, más aún porque los músicos participantes fueron los mismos que el anterior, dado que por situaciones presupuestales, no se hizo audición e invitaron a los que habían quedado antes.

"El tercer año hubo gente nueva, son tres semanas de convivir, trabajar, agarras mucho aprecio a los compañeros, conocí nuevas personas y me tocó ser principal junto con una contrabajista de Guanajuato".

Ser el músico principal de su sección, advierte, es una gran responsabilidad, pues son quienes deben cerciorarse de que todo esté bien, que si alguien se pierde en una pieza ayudarlo, ver que todos toquen juntos, dar entradas después de silencios que tienen como sección, entre otras.

"Hay que tener unión con todos los principales y mantener a la sección, en nuestro caso son de 10 contrabajos".

Este año ya tenía mucha experiencia. A diferencia del primero, al que llegó acompañado de su papá. Éste llegó solo, con un amigo.

"Es muy diferente el primero y último año. Esta vez llegué y conocía a la mayoría, y a los que no, rápido hablaba con ellos. El primer año lo que quieres es conocer personas que te ayuden y eso trataba de hacer con los que no conocía o que veía que estaban temerosos, como estuve yo".

El esfuerzo y trabajo nunca es en vano

El campamento de la OSIM se llevó a cabo en Querétaro, donde jóvenes de todo el país pasaron dos semanas de estudio y arduos ensayos previos a la gira de conciertos.

Al final del día, el esparcimiento era en un área del hotel donde había karaoke, juegos de billar, futbolito y se daban representaciones de la época revolucionaria, porque era un hotel temático.

"Son cosas divertidas, no sientes el cansancio que te dejó todo el día, hasta en la noche que vas al cuarto, quedas rendido".

Los conciertos fueron en Temascalcingo, en el Estado de México; Pachuca, Guanajuato, Texcoco y cerraron con dos conciertos en Bellas Artes.

Música de Manuel de Falla, de Holst, Pérez Prado, entre otros, compartieron con el público.

"Es una emoción muy grande estar en el recinto cultural más importante del país, ver la sala, impresiona, te das cuenta del trabajo que has hecho, que no se hacen las cosas en vano, que has logrado algo grande, interesante, y no hay palabras para describir la emoción que sientes de estar ahí".

Luis Felipe está por terminar la preparatoria. Aún no sabe si estudiará música o algo relacionado con las matemáticas, la física, la química o las ciencias.

Lo que sí sabe es que seguirá amando los sonidos del contrabajo y aprendiendo o estudiando cada día más de su instrumento.

"El contrabajo es la base en la que se fundamentan todas las notas, como los cimientos del edificio, casi no se notan, pero es lo más importante. El contrabajo da cierto color a la música, hay piezas que no lo llevan, no es algo necesario pero sí enriquece, puede ser que no escuches la nota en sí en un acorde, pero sí sientes el impacto que tiene".

PERFIL

Luis Felipe Castro Corrales

Tiene 17 años

Estudia el tercer año de preparatoria.

Toca el Contrabajo desde hace cinco años.

Es integrante de la Orquesta Esperanza Azteca desde los 12 años.

 

Luis Felipe Castro Corrales, originario de Culiacán, estará tocando por cuatro años en la Orquesta Sinfónica Infantil y Juvenil de México.

El contrabajista toca desde los 12 años.