Barroco Vs. Neoclásico
08 noviembre 2015
"La arquitectura se independizó del recargamiento en la decoración"
MAZATlÁN._ Con el Siglo 19 no sólo llegaron los aires de cambio en lo político, lo social y lo económico, la revolución de las ideas generada por la ilustración francesa invadió el ámbito de la arquitectura de la naciente nación mexicana y el estilo barroco que predominó en el Virreinato sucumbió frente al neoclásico.La exagerada estimulación de los sentidos, sobre todo el de la vista, para conmover a los espectadores, y la aspiración del hombre de elevarse a la gloria, fueron las características que definieron la decoración y las fachadas de los templos y el diseño de altares. Esta estética se filtró a los palacios que habitaba la aristocracia, definiendo la arquitectura barroca que dominó la época de la Colonia en la Nueva España.
Esos palacios y templos fueron los escenarios en los que se llevaron a cabo las gestas independentistas, en esos espacios arquitectónicos se reunieron personajes como Hidalgo, Morelos e Iturbide, para planear y consolidar la Independencia de México.
El afán de no dejar un solo espacio vacío, utilizando elementos vegetales, columnas, rosetones, pilastras, hoja de oro con los que se adornaban las fachadas de casas y templos, definió la rebuscada arquitectura del Virreinato, llenando a la Ciudad de México de palacios y templos espléndidos, en los que se desbordaba la imaginación.
Las ideas plasmadas en la enciclopedia francesa, elaborada por las mentes más brillantes del Siglo 18, sobre todo en Francia, proponían la mesura de la razón en todas las obras y las acciones del hombre, oponiéndose a las pasiones que los sentidos imponían al arte, durante el barroco.
El arquitecto y escultor Manuel Tolsá trajo consigo a México esa mesura racional propuesta por la ilustración, que se expresó en el estilo neoclásico, renovando las ideas sobre arquitectura en la naciente nación mexicana.
Tolsá llegó en 1791 a la Nueva España, fue director de la sección de escultura de la Escuela de Artes de San Carlos. En la capital de la Nueva España terminó de construir, en un estilo neoclásico, la Catedral Metropolitana, construyó lo que hoy se conoce como el Palacio de Minería, el Palacio del Conde de Buenavista y la Casa del Conde del Apartado.
La línea recta, la austeridad en los elementos de ornato y el rescate de los valores clásicos griegos se instauraron en la nueva forma de ver la arquitectura en el México independiente.
EL BARROCO
Casa de los Condes del Valle de Orizaba
Es uno de los mejores ejemplos de los espléndidos palacios que se construyeron en la época de la colonia. Es conocido actualmente como la Casa de los Azulejos y ahí se instaló el primer restaurante Sanborns. Se encuentra frente a la Torre Latinoamericana y en él se pueden observar ricos pilares, marcos de puertas y ventanas esculpidas en piedra, balaustradas talladas en madera y sus tres fachadas están cubiertas de azulejos de talavera poblana.
Santa Prisca en Taxco
Es uno de los ejemplos más ricos de la arquitectura religiosa barroca mexicana, pues contiene todos los elementos de este estilo. La decoración de su fachada estimula el sentido de la vista con la exuberancia de piedras esculpidas y en el interior, con la representación del paraíso tallado en madera recubierta de hoja de oro. Fue construida por el rico minero José de la Borda.
Palacio de Iturbide
Considerada la obra maestra de la arquitectura civil novohispana, fue construido por el Conde de San Mateo de Valparaíso, en cantera labrada y tezontle, la piedra que los aztecas utilizaban en sus construcciones. En 1821 se le ofreció como residencia a Agustín de Iturbide y desde entonces se le conoce como Palacio de Iturbide.
EL NEOCLÁSICO
Palacio de Minería
Obra maestra de la arquitectura neoclásica mexicana. Fue construido por Manuel Tolsá e inaugurado en 1813, para ser la sede del Seminario de Minería. En su diseño se pueden apreciar los postulados del neoclásico: el uso de la línea recta, la austeridad en la ornamentación y la aplicación de los principios de la arquitectura clásica griega.
Palacio del Conde de Buenavista
Diseñado por Manuel Tolsá en 1805, en el más puro estilo neoclásico, fue mandado a construir por la Marquesa de Selva Nevada para su hijo, el Conde de Buenavista. Actualmente es sede del Museo de San Carlos de la Ciudad de México.