Celebra María Prado 50 años en la escena

Elizabeth Gámez
16 noviembre 2015

"La actriz originaria de Chihuahua considera un regalo de Dios llegar a las cinco décadas actuando profesionalmente"

CULIACÀN._ María Prado a su pasión la volvió su profesión, y ahora considera un regalo de Dios, una maravilla, celebrar este año cinco décadas de hacer lo que siempre quiso hacer: actuar. 

"Todos realizamos un trabajo, es pesado, son muchas horas, es desmañanarse o tal vez desvelarse, hay agotamiento; pero como cualquier trabajo, si te gusta y es lo que más disfrutas, lo que más amas, todo lo demás se hace muy ligero", expresa.

-¿Siempre quiso ser actriz?
Yo quise ser bailarina, empecé a tomar clases con el ballet folclórico de Amalia Hernández, pero un día fui a ver una obra de teatro que escribió mi hermano, no sabes, cuando lo vi yo dije quiero ser eso, y desde entonces estoy ahí. 

Su hermano no siguió escribiendo, y María lleva la vena artística de su mamá, que era una cantante en su natal Chihuahua, y en el caso del folclor, de su tío Pepe, por quie formó parte del folclórico de su tierra, Chihuahua. 

"De algún lado me tiene que venir la locura", agrega sonriente. "Pero la que lo desarrolló profesionalmente fui yo, porque estos 50 años son profesionales, no es desde que empecé".

Los nuevos actores, refiere, no tienen las mismas oportunidades de las actrices de su tiempo. En su caso fue actriz de teatro durante 16 años, de ahí se pasó al cine, y después a la televisión. En esos ámbitos adquirió disciplina y una estructura como artista. 

"Cuando uno llegaba estaban las grandes, muy grandes delante de nosotros, como Ofelia Guilmain, Amparo Rivelles, Carmen Montejo, Marga López, Libertad Lamarque, llenaban todo, entonces uno se metía y tenía que llegar a tener esa calidad histriónica que tenían ellas. 

De ellas, cuenta, tuvo mucho acercamiento con Montejo, con quien colocó la primera piedra en una estancia infantil de la ANDA, en el Bosque de Chapultepec, hace 45 años. 

Al lado de Montejo hizo  la película Prisión de mujeres, en el que María hizo el que considera un estelar importante, se trató de una villana, una lesbiana asesina mayora de la cárcel de Belén; un personaje que existió en la época del porfiriato, que realmente estuvo presa y finalmente murió en una epidemia de tifoidea. 

"Carmen hacía la macabra, que decía que le decían la macabra por no decirle la más ca...nija, porque debía siete muertes. Yo tenía que ser más mala que ella", relata. 

Del teatro, el cine y la televisión, dice, cada uno tiene su encanto. 

"Por la televisión he tenido oportunidad de ser vista y reconocida en muchas partes del mundo que jamás pensé que pudiera en ese recóndito lugar reconocerme por algún trabajo de televisión, y el cine es inmortal, siempre queda ahí ese momento, ese lugar, y en el teatro el contacto directo con la gente no te lo da ningún otro de estos elementos".

Su físico le ayuda a ser mala
Al preguntarle qué disfruta más: ser mala, mala, o la buena, refiere que los actores cuentan sólo con dos cosas: su cuerpo y voz, si tienen talento o no el público lo decidirá. 

Reconoce que sus características físicas le favorecen para dar vida a una villana. 

"Soy alta, robusta, no soy muy delicada de mis facciones faciales, y tengo mi voz grave, entonces cuando hago a una mala, realmente no me está costando tanto trabajo. Estas características físicas aportan mucho a una villana, luego luego hago cara de enojada", explica con humor. 

En cambio, añade, dar vida a Miguelina (Hasta el fin del mundo), una madre sacrificada, entregada al nieto, dar esa dulzura, ternura, es un reto porque va en contra de todas sus características físicas. 

Sobre los personajes que considera son emblemáticos en su carrera habló a La Alacrana, la luchadora, a la que dio vida en la película El que no corre vuela, con la India María; la gente se la recuerda. 

En teatro recuerda obras como Los soles truncos, con el que obtuvo el premio a Mejor Actriz Universitaria; 13 a la mesa, que le dio premio como Mejor Actriz. 

"Hay grandes recuerdos" -risas. "Acaban de pasar en la tele Los renglones torcidos de Dios, donde hice también un personaje fuerte, no es villana, pero es dura porque tiene que mantener a raya a todos los loquitos del manicomio". 

Echar la mirada atrás en su trayectoria, es para la actriz de mucha satisfacción. Recuerda que alguna vez un presidente municipal le preguntó que si desde cuando quiso ser "actora". Ella respondió que desde que tenía uso de razón. 

"Pues la felicito", le dijo el Alcalde, "usted es lo que quiso ser y eso nadie lo hace. Verdaderamente me siento privilegiada de haber conocido desde un principio el camino a seguir, el derrotero por el cual querer luchar, querer estar". 

María ha hecho radionovelas, doblaje, teatro de revistas en sketch, centro nocturno, ha cantado, bailado, ha hecho comedia, drama, alta comedia, comicidad, telenovela, cine, teatro... ¿Pero qué le falta por hacer?, se le preguntó. 

"Lo único que me ha faltado hasta ahorita es pisar el aserrín de un circo, no sé si se llegue a dar, me gustaría hacer algo como payasita, porque yo soy payasa pero no tan pintada de la cara", expresa entre risas. 

De sus dos hijos a ninguno les atrajo el medio artístico, pero asegura que son sus nietos los que seguirán su huella. 

Aunque no quiso adelantar nada sobre nuevas invitaciones a actuar, destacó la fortuna de que la sigan llamando. Por el momento participaría con Lupillo Rivera en un videoclip en Toluca.

CELEBRACIÓN
María Prado aseguró que tiene que haber un "huateque" por sus 50 años como actriz, para conmemorarlos. 

"Tengo grandes recuerdos de la gente de allá, siempre he sido recibida con mucho cariño por parte de los sinaloenses".
María Prado
Actriz

EN TV
María Prado actualmente da vida a "Miguelina" en la telenovela "Hasta el fin del mundo", que se transmite por el Canal 2, a las 20:30 horas.

TRAYECTORIA
En sus 50 años como actriz, María Prado ha hecho radionovelas, doblaje, teatro de revistas en sketch, centro nocturno, ha cantado, bailado, ha hecho comedia, drama, alta comedia, comicidad, telenovela, cine y teatro.