Cine Hecho en México

Dantiela Mendoza
14 noviembre 2015

"En medio de odas, críticas y momentos brillantes y oscuros, la cinematografía nacional da mucho de qué hablar en el mundo"

Al igual que las cinematografías del mundo, el cine en México tiene su origen en el cine francés, iniciado como espectáculo en París, el 28 de diciembre de 1895, por los hermanos Lumiere, quienes mostraron al mundo escenas cotidianas, reflejos de su realidad. 

Marco Antonio Lugo, coordinador del Cinematógrafo Municipal de Mazatlán, reconoce que el cine que se hizo en Hollywood en los años 20 dejó un precedente en la historia del séptimo arte y que es allí cuando se inician todas las industrias fílmicas del mundo. 

"Se toma como la Época Dorada de Hollywood el cine mudo, porque manejaba un lenguaje universal: la imagen, no había texto, no había voces, las imágenes pues todo mundo las entiende y toma como referencia histórica y rectora", explica. 

El inicio 

En México empieza a ser significativa la producción de cine a partir de los años 20, pero no se puede hablar de un cine netamente mexicano. 

Será con la primera película sonora, Santa (1932), cuando se empiezan a tocar temas más mexicanos (la pobreza, el duro contraste de vida del campo y la ciudad, la prostitución y el arrabal), en este caso, adaptando la novela homónima de Federico Gamboa. 

"Luego de ahí, unos añitos más adelante, Fernando de Fuentes inaugura lo que sería un género netamente mexicano: la comedia ranchera mexicana, con Allá en el Rancho Grande (1936) e inicia una fiebre con este género, ya con elementos nacionales: el charro, la hacienda, el hacendado, la china poblana, la jovencita", puntualiza Lugo Ontiveros, y reconoce que se trataba de un cine bastante falso, ya que en los años 30, México vivía su peor momento de la lucha agraria, pero el cine reflejaba un medio rural totalmente armónico. 

"No se refleja bien la realidad el cine mexicano de esta época, pero sí fue un cine muy exitoso y da lugar a la creación de un género netamente mexicano, que es la comedia ranchera mexicana, de la cual se hacen cientos de películas y es lo que llaman muchos, y otros cuestiona, la época de oro del cine mexicano", comenta. 

La época de oro 

Marco Antonio Lugo señala que este periodo no fue más que una etiqueta, que dicen, la puso Televisa, tras comprar un buen lote de películas de esa época y que tenía que explotar de alguna manera. 

"¿Por qué 'época de oro'? A lo mejor porque fue la época en la que más películas se hicieron en México, incluso en los 50 se llegaron a hacer alrededor de 150 películas al año; así, sí estamos hablando de una época de oro en cuanto a producción se refiere", considera el también periodista. 

Aunada a esta gran producción, influyó el hecho de que durante la Segunda Guerra Mundial Estados Unidos descuidó mucho la producción cinematográfica al dedicarse a realizar más películas de guerra, para reforzar su política bélica. 

"Con las películas de guerra, Estados Unidos empezó a perder mercados en Latinoamérica y eso lo aprovechó México, que entró con liderazgo a América Latina, en Ecuador, Costa Rica, Panamá, Argentina, Cuba, incluso España, por eso fue una época dorada", expuso. 

También en esa etapa surge otro género mexicano, el cine de rumberas, donde la gran abanderada es Aventurera (1949) con Ninón Sevilla y dirigida por Alberto Gout. 

Incipientes 60's
En la década de los 60 viene una especie de oscurantismo del cine mexicano, a juicio de Lugo Ontiveros, se hicieron las peores películas del cine mexicano. 

"Ya no es el gran cine de las grandes estrellas, de los años 30, 40 y 50. Se mete en un cine de adolescentes, de comedias totalmente intrascendentes, estelarizadas por Angélica María y otros roqueros: Enrique Guzmán, César Costa, Silvia Pinal, comedias que de plano no aportaban mucho", explica. 

Otro género muy explotado en estos años es el género de los luchadores, que después se vuelve Cine de Culto, porque en Europa revaloran mucho las películas de "El Santo". 

"La verdad, es que en la niñez a mi me parecieron divertidas, ahora me parecen aburrridísimas, con pésimos efectos especiales y 'El Santo' luchando contra todo tipo de monstruos: la momia, el hombre lobo, zombies, marcianos, mujeres vampiro... uno se queda atónito", recuerda. 

En contenido y producción, fue un cine de ínfima calidad, pero paralelamente a éste, surge por vez primera la inquietud del cine de arte, los cineclubes y todo esto bajo la influencia de la nueva ola francesa, el concepto del Cine de Autor y el filme Sin Aliento (1960), de Jean-Luc Godard.
Evolución 

"De repente todos los jóvenes cineastas del mundo quisieron filmar como Godard, así porque era lo máximo y México no es la excepción, aquí se dieron concursos de cine experimental, con grandes intelectuales mexicanos, como (Emilio) García Arriera, que era crítico de cine, José Agustín, Carlos Fuentes y otros escritores", señala. 

Así, se organiza el primer concurso de cine experimental y participaron los grandes escritores de México y los grandes intelectuales, grandes actrices que no eran las estrellas, pero participaron generando una evolución cinematográfica. 

"No fue un cine que prendiera demasiado, pero en cierto modo fue lo que propició el nacimiento de nuevos y grandes directores que tendrían su época gloriosa en la década de los setentas, que para mí en lo personal el cine mexicano de los setentas es lo mejor que se ha hecho en México", asegura el crítico. 

En 1970, llega a la Presidencia de la República Luis Echeverría Álvarez y él, quizá cargando un poco la culpa de la masacre del 68, tiene un política de total apertura a los jóvenes y allí entraba el cine. 

"La industria cinematográfica siempre había sido muy cerrada, negándole la entrada a nuevos elementos, los directores tenían su mafia, los productores la suya y nadie más podía ser director o productor más que ellos, los viejitos que ya estaban repitiendo la misma fórmula que ya estaba desde hacía 30, 40 años", apunta. 

Al tiempo, empiezan a egresar de la Universidad personas que estudiaron cine en la UNAM, en Francia y surgen grandes directores como Arturo Ripstein, Jorge Fons, Felipe Cazals, Jaime Humberto Hermosillo.
Es justo a partir de que llega Echeverría a la Presidencia de la República cuando todos estos nuevos directores pueden entrar al cine y hacer películas, debido a esta apertura del Presidente Echeverría, cambia el esquema y da lugar a que el Cine Mexicano trate nuevas temáticas que habían sido tabú en el cine nacional. 

Entre ellas hay una mirada diferente a la sexualidad, el tratamiento de los elementos religiosos en el cine, la política, la Revolución Mexicana, con una producción fílmica verdaderamente brillante. 

"Justo en el período de Luis Echeverría, que va del 70 al 76, tenemos toda una pléyade de directores que hicieron películas altamente valiosas en los 70, que son las que actualmente nutren a los cineclubes y canales de televisión que pasan buen cine. Es cuando mayor cantidad de calidad de cine se ha producido en México", dice Lugo con emoción.
Estancamiento 

Como sucede en otros sectores en México, por la inestabilidad ante los cambios de gobierno, al entrar José López Portillo a la Presidencia y nombrar a Carmen Romano encargada de Cinematografía, el cine se va en caída libre, y se estanca. 

"Toda la política que había anteriormente de apertura para nuevos directores y productores cambia y el cine vuelve a las viejas prácticas, y el cine de repente se va por otro camino, viene la fiebre del Video-home, los ochentas son la gloria de esta tendencia, que también la llaman 'narco-cine mexicano'", indica. 

De hecho, casi todos los corridos de narcotraficantes se llevaron a la pantalla, como Camelia la tejana (1976) o El fiscal de hierro (1989). Era un cine hecho rústicamente, destinados a un público que veía el cine en su casa y para la población mexicana en Estados Unidos. 

"Así fueron los ochentas y aún los grandes directores, que iniciaron trayectoria en los setentas, tuvieron que sucumbir a hacer películas verdaderamente chafas, derrapones, digamos, hubo directores que filmaron con Lucía Méndez una cinta llamada La ilegal (1979) otros hicieron Rigo es amor (1980) y otras películas perfectamente olvidables", expone Marco Lugo, quien está por celebrar 19 años al frente del cinematógrafo del CMA.


LO DESTACABLE
DE LOS 20
Nace en México una industria cinematográfica y surge un público que encuentra en la proyección de películas un medio de entretenimiento y aprendizaje.

DE LOS 30
Inicia la producción de cine sonoro en el País, la primera película Santa (1932) y surge el primer género cinematográfico realmente mexicano: la Comedia Ranchera Mexicana.

DE LOS 40
La llamada Época de Oro del Cine Mexicano ofreció entretenimiento con historias melodramáticas, como Campeón sin corona (1945) de Alejandro Galindo, o Enamorada (1946) de Emilio Fernández, así como un cúmulo de filmes de comedia protagonizadas por estrellas como Pedro Infante.

DE LOS 50
La producción fílmica anual llegaba a los 150 cintas al año, diversos artistas se consagran como ídolos del pueblo y a la "Época Dorada" se le suma el género de Cine de Rumberas, donde además del melodrama, el cine mexicano empieza mostrar semi-desnudos.

DE LOS 60
Los contenidos incipientes del cine comercial contrastan con el surgimiento de un movimiento de intelectuales y escritores que le apostaron a un cine de calidad, con filmes como la trilogía Amor, amor, amor (1965)

DE LOS 70
Jaime Humberto Hermosillo hace las películas El cumpleaños del Perro (1975) y La pasión según Berenice (1975), Arturo Ripstein realiza su obra fílmica El castillo de la pureza (1972) y Felipe Cazals dirige las cintas Canoa (1975) y El apando (1975), todas íconos del época.

DE LOS 80
A pesar de ser el boom del videohome y el narco-cine, que generó cientos de películas basadas en historias de corridos, directores como María Novaro logran realizar Lola (1989) y Juan Antonio de la Riva el filme Vidas errantes (1984), entre otros.