Este domingo, el grupo La Pata Salada se reencuentra en concierto en Mazatlán
La presentación se llevará a cabo este domingo 12 de febrero en el Alternativo Rock Fest en su sexta edición; compartirán escenario con la banda Piedras Muertas y el proyecto de arte y música Anfibio
Por Itzel Martínez Thomas
La agrupación La Pata Salada, que a principios del milenio figuró en la escena musical del rock en Mazatlán, se reencuentra después de casi dos décadas, este domingo 12 de febrero para tocar en el Alternativo Rock Fest, que se lleva a cabo en su sexta edición en la ciudad porteña.
Sus integrantes Sergio, Enrique, Hiram, Aldo y Hugo tomaron fama al ser finalistas del concurso Escenario Rock XX Lager en el año 2000, un año después produjeron su primer disco de la mano de Pepe Aguilar, para luego participar en el disco tributo a Tintan en 2005. Al poco tiempo después el viaje musical tomó una pausa.
Pero esa pausa por fin terminó y es que, después de 16 años, este domingo 12, la nostalgia de volverse a encontrar y hacer vibrar el escenario los llevará a reencontrarse con su público en el escenario del Bar Overtime a partir de las 21:00 horas.
Se conocieron en 1999 por una coincidencia. Hugo y Enrique participaron en una obra teatral con la música. Enrique, para entonces, era integrante de El Equilibrio, donde tocaban Sergio, Hiram y Aldo. Con el tiempo invitaron a Hugo y así fue como nació La Pata Salada.
“A los mazatlecos les dicen pata salada, entonces quisimos darle proyección a eso, que supieran que somos de Mazatlán”, dice Enrique.
En sus inicios, participaron en diversos concursos musicales. Fue en el Escenario Rock XX Lager donde llegaron a la final.
“Fue la primera vez que viajamos en avión, toda una experiencia para nosotros”, recuerda Hugo. Cecilia Toussaint, Café Tacvba fueron parte del talento que participó junto a ellos.
Su mezcla de ritmos es su estilo musical único
“Tomamos las influencias que traíamos cada uno en la cabeza. Todos vemos la música distinto, y es lo bonito, porque tuvimos la apertura de integrar el gusto de todos”, comenta Shesho.
No consideran que su música se pueda encasillar en un solo género: “ska”; sino que tienen influencias de ritmos como el polka, trash metal, reggae, regional...
“La Pata no fue una banda de un solo género, sino más bien un taller musical donde todos tuvimos la libertad de hacer lo que se nos ocurría”, menciona Shesho.
“Somos bien rockeros pero también le entramos a otros ritmos, venimos de una región muy diversa y eso influyo en que hiciéramos cosas bien chidas”, recuerda Hiram.
Entre las distintas ciudades que visitaron para presentarse comentan que la cabina del Hard Rock Café los contrató por un año para presentarse en todo el país, sin embargo, el proyecto no fructificó. Como agrupación han vivido miles de aventuras.
En el 2000 se quedaron varados en Guadalajara, durante esa época de estar picando piedra fue que el productor mazatleco Manuel Cáceres les presentó a Pepe Aguilar.
“Fue durante las fiestas de octubre en Guadalajara que lo conocimos, le presentamos el proyecto y le gustó mucho. Ahí fue cuando nos dijo de producirnos”, recuerda Hugo.
Siempre han buscado darle una identidad a la región; Mazatlán. Sus letras fueron compuestas por todos sus integrantes, algunas encerraban vivencias pero la mayoría eran ocurrencias que tenían. “Por ejemplo una vez fuimos a la playa y nos subimos a un barquito y remábamos y nos regresaba el mar, así hasta que nos tumbo y ahí nació la canción de Barquito”, recuerda Hugo.
En 2001 presentaron su primer disco: “Ruido” con el apoyo de Pepe Aguilar.
“Nosotros llegamos al estudio de Pepe y ya llevábamos un kilo canciones. En ese disco él escogió las canciones e hizo una fusión de rock”, recuerda Enrique.
Las colaboraciones que hicieron con los dos discos producidos por Pepe Aguilar tenían el potencial de hacerlos despegar no solo a nivel nacional, sin embargo, en la época las disqueras atravesaban una crisis debido a la piratería.
“En el año que salió nuestro primer disco fue una época muy difícil por la piratería, la mayoría de las disqueras estaban en crisis, eso nos complico todo”, mencionan.
Sin embargo, no los hizo dejar de trabajar. “Con Pepe la producción del disco era muy interesante. Nos enriquecía con ideas para mejorar lo que ya traíamos, por ejemplo, si decíamos, ay pues aquí estaría padre una sección de metales, él contrataba a los mejores músicos de metales y ahí nos los ponía. Así con todas las ideas que traíamos”, recuerda Hugo. La agrupación tenia identificado el sonido que querían proyectar, incluso era de las cosas que Pepe Aguilar les reconocía.
Fue tanto el enriquecimiento y aprendizaje que tuvieron de Pepe Aguilar que para su primer disco “La Banda de los Monos Bichis” se apoyaron de John Gamble quien fue ganador al grammy por producir el disco Supernatural de Carlos Santana.
“Cuando es un productor de esa magnitud la producción se va más grande, y era ahí lo que nos enriquecía Pepe Aguilar, por eso estamos muy agradecidos”, menciona Hugo.
En 2005 audicionaron para Sony Music
“Fuimos y les gusto mucho el proyecto. En esa época nos dijeron que tenían en puerta un disco de Luis Miguel y a Zoé, y que pues la lana era para la promoción de esos discos. Sin embargo, nos invitaron a participar en un disco tributo a Tin Tan con bandas de rock”, recuerda Hugo.
La critica del disco tributo a Tin Tan los logro posicionar en la escena nacional, ya que la canción y los arreglos que realizaron fue tan buena que se dieron a conocer.
“Hubo una revista en Los Ángeles que decía que los arreglos de las canciones de Tin Tan sonaban igual, pero que había una banda que se llamaba La Pata Salada que hizo algo diferente y gustó”, platica Hiram.
En 2007 la agrupación hace una pausa para dedicarse a la familia.
“La Pata Salada fueron como 8 años, y de estos 7 vivimos bajo el mismo techo”, recuerda Enrique. Se fortalecieron como una familia y gracias a que estaban juntos siempre lograron la solidez de sonidos. “La Pata House le llamaban, y proyectamos siempre hermandad. Más que una banda, éramos una familia”, dice Hugo.
Se compenetraron y se conocían a tal grado que lograron una conexión no solo a nivel musical sino también personal. Eso lo reflejaban en sus canciones, dejaban fluir los gustos de cada uno.
16 años después se reunirán. “Este reencuentro me hace sentir extremadamente contento”, dice Aldo.
Sobre sus integrantes
Sergio Ávila del Real, Shesho para los compas. El mago del saxofón y músico de tiempo completo casi desde el kínder, aunque fue en la secundaria donde su maestro de música le presentó el sax.
Enrique Martínez, mejor conocido como el Kiki, es el baterista. Trae la sangre musical de familia. Dice que es bueno para los covers. Vive en Los Cabos y es parte de un proyecto llamado The Suaves. También es productor musical.
Hiram González, el men, toca el bajo. Desde joven se interesó por la música. Vive en Guadalajara y desde ahí combina su profesión con la música. Ha participado en diversos proyectos musicales, incluido Mandrake and the magics en Mazatlán.
Aldo Benjamín Fragoso, conocido como “Pablito” es el guitarrista. A él fue la guitarra la que lo llevó a la música. Su trayectoria, comenta; “ha sido la vagancia musical”. Actualmente vive en Guadalajara donde sigue haciendo música.
Hugo González es la voz del grupo. Desde siempre ha estado en la música. Su pasión es hacer canciones. En Mazatlán, participa en el proyecto los Green Tails.