La importancia de nutrir

"La importancia de nutrir"

La salud es una condición esencial para que se produzca en el niño un desarrollo armónico, donde tanto el crecimiento físico como mental favorezcan su futuro como persona. Una salud deficiente en muchas ocasiones constituye la base de problemas en el desempeño académico del escolar, que pueden ir desde disfunciones físicas, problemas de visión, audición o lenguaje, dificultades emocionales y de conducta. La amplitud de estas dificultades afecta a la habilidad de los niños para aprender y progresar en la escuela.

La primera etapa del desarrollo físico, psíquico y social de la persona es la infancia, ya que en ella se inicia el proceso de madurez del individuo en todos sus aspectos. Refiriéndose a las características de mayor relevancia clínica se sabe que: El desarrollo es continuo, ya que en cada etapa infantil los cambios se dan todo el tiempo y no se detienen, siempre existen funciones que están cursando hacia una mayor complejidad. El desarrollo es progresivo, de no existir alguna patología (enfermedad), el sistema nervioso experimenta cambios que generan una mejoría de funciones que permiten mayor adaptabilidad. El desarrollo es irreversible, pues los avances ya adquiridos no se pierden, lo que permite seguir instalando nuevas funciones sobre avances previos ya consolidados.

Como se ha experimentados en otras formas de enseñanza, no solamente el maestro y el padre de familia deberán servir de modelo para los niños en edad escolar; en este caso se mantendrá un régimen alimenticio sano, de acuerdo a sus necesidades específicas y para que al mismo tiempo el alumno obtenga las herramientas necesarias para la autorreflexión y el autoanálisis, logrando un cambio de hábito alimenticio pleno, propiciado prácticamente por él mismo.

El comedor escolar será, por tanto, un marco en el que día a día se adquieran unos hábitos alimentarios saludables y se conozcan de forma práctica las normas para una óptima alimentación y nutrición durante toda la vida, así como actitudes favorables a la salud, higiene, participación y convivencia.

Por ello, una alimentación correcta es el factor extrínseco más importante, que determina y promueve en el niño y en el adolescente el crecimiento y desarrollo adecuados, permite conservar o alcanzar el peso esperado para la talla y previene el desarrollo de enfermedades que se presentan por deficiencia o por exceso de nutrimentos. Durante la edad escolar es, sin duda, un objetivo prioritario para familias y educadores, pues cualquier malnutrición, por exceso o por defecto, puede tener repercusiones a corto y largo plazo. Además, es esta etapa cuando comienzan a instaurarse unos hábitos alimentarios que, correctos o no, se mantendrán durante toda la vida. La población infantil es un grupo especialmente vulnerable a desequilibrios nutricionales.

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