La prima donna rescata la historia de Emma Carelli, una de las sopranos más aclamadas del Siglo 20

SinEmbargo.MX
15 octubre 2019

"La obra recorre el ascenso de la diva napolitana y sus giras por los teatros de Montevideo, Buenos Aires o Río de Janeiro, además de los grandes templos líricos del Viejo Continente"

ROMA (SinEmbargo)._ La italiana Emma Carelli fue una de las sopranos más aclamadas en los albores del Siglo 20 hasta que se topó con el machismo imperante y el Fascismo italiano, emprendiendo un trágico declive revivido ahora en el documental La prima donna.

El estreno mundial de la cinta ha servido como preapertura de la décima cuarta Fiesta del Cine de Roma, que arrancará el jueves, y ha tenido lugar en la Ópera de la capital italiana, una institución que precisamente la propia Carelli dirigió entre 1912 y 1926.

Dirigido por el historiador Tony Saccucci, dividido en tres actos y con imágenes de archivo, el documental rescata del olvido la historia de la soprano (1877-1928), a quien da vida la actriz Licia Maglietta, haciendo de narradora.

La obra recorre el ascenso de la diva napolitana y sus giras por los teatros de Montevideo, Buenos Aires o Río de Janeiro, además de los grandes templos líricos del Viejo Continente, hasta su caída del Parnaso en medio de una sociedad machista y turbulenta.

El retrato que se hace de ella es el de una mujer muy popular en su época, feminista, indómita y marcada por su matrimonio con el sindicalista revolucionario Walter Mocchi, convertido después en un magnate teatral en Sudamérica, que se hizo con la Ópera de Roma.

Fue él quien puso a la señora al frente de esa institución, en la que ella ejerció como soprano y gestora, abandonando finalmente el canto para dedicarse por completo a la buena marcha de la empresa, asediada por la crisis en los años de la Gran Guerra (1914-1918).

Desde la Ópera de Roma pronto se convertiría en una de las más procaces innovadoras de la esfera cultural del momento, apostando sobre las tablas por vanguardias como el Futurismo, por el ballet ruso o incluso logrando diseños del mismísimo Pablo Picasso.

Quizá demasiada presencia para un mundo de hombres como el de entonces, suscitó los recelos del poder. Fue con el ascenso de Benito Mussolini cuando comenzó a sufrir las arremetidas del Fascismo, que ansiaba su amado teatro para difundir su propaganda.

La soprano italiana Emma Carelli durante la interpretación de la ópera “Iris” de Pietro Mascagni.

Carelli permaneció en su puesto en los primeros años del régimen pero en 1924 las cosas cambiaron: Mussolini aspiraba a controlar la gran ópera italiana, La Scala de Milán, pero su director, el legendario Arturo Toscanini, no se plegó a sus designios.

Fue entonces cuando el Duce se fijó en la Ópera de Roma y en 1926 el Gobierno fascista se la arrebató.

Antes los informes de los servicios secretos la habían delatado como “una mujer que ha desarrollado un carácter que le hace adoptar actitudes de superioridad ante cualquiera”, demasiado “independiente”.

Fue en aquella Italia tiránica y de camisas negras que caminaba hacia el desastre de la guerra cuando Carelli asistió al fin de su función, profundamente afligida por las deudas, el ostracismo y su caída en desgracia hasta su muerte en 1928 en un accidente de coche.

Saccucci recuerda en las notas de dirección que Carelli logró “un poder considerable” en el teatro cuando este arte era una próspera industria, comparable a la audiovisual en nuestros días. De hecho, en 1917 era una de las gestoras más pretendidas de los artistas de medio mundo y en pocos años fue liquidada.

Su drama, marcado por la desigualdad y la violencia, fue relegado a los archivos durante décadas, plegado entre la sombras del tiempo, y ahora ha sido sacado a la luz gracias al Instituto Luce Cinecittá en colaboración con el Teatro de la Ópera de Roma.

El director ha utilizado el caso concreto de la dama para tomar el pulso a toda una época, como ya hiciera en su ópera prima en 2017, sobre el boxeador Leone Jacovacci, cuyos éxitos fueron ocultados por el Fascismo solo por su color de piel, por ser negro.

“Para mi trabajo como historiador, la idea es identificar historias que han sido arrebatadas y borradas pero que en el momento en que se estaban desarrollando tenían un poder”, explica.

A su parecer, la “prima donna” representa el “arquetipo” de la mujer del primer cuarto del Siglo 20, “la parábola” que trazaron las mujeres europeas, que pasaron del sufragismo o las reivindicaciones a sufrir “la revancha del macho” en las guerras.

Informe de los servicios de inteligencia fascistas sobre el carácter indómito e “independiente” de la soprano Emma Carelli.

“El drama de Emma es la historia de las mujeres”, sostiene. Carelli fue por otro lado la primera en interpretar “Tosca” fuera de Italia. “El aliento de Tosca es mi respiro, su grito, el mío”, solía decir.

Y quizá por ello el paralelismo entre la diva y la heroína de Puccini parece inevitable, unidas por el arte, por un amor espinado y doloroso, por el desafío al poder, por la angustia y por la muerte trágica en el acto final.