Santana: religioso y político, un mexicano coherente
14 noviembre 2015
"El guitarrista, el héroe de Woodstock, va en busca de su nuevo destino, siempre con la música"
MÉXICO (SINEMBARGO.MX)._ Carlos Santana se retira, deja la música para ser pastor de iglesia en Hawaii, no sin antes emprender una gira de conciertos que retomará en noviembre próximo y que recientemente lo ha llevado por diversos escenarios europeos.Para los seguidores del artista, nacido en Autlán, Jalisco, hace 66 años, no debe de haber representado sorpresa su afición religiosa, puesto que se trata de llevar hasta el fondo una pasión mística que cultiva desde la juventud y que ha ido creciendo con el paso del tiempo.
Nunca dejó de creer en Dios y en los ángeles. Nunca dejó de ser un hippie defensor de los postulados sesentistas y, tal como ha declarado en varias entrevistas, nunca dejó de ser un verdadero mexicano que siempre he llevado con honor y por lo alto el nombre de su País.
Un artista coherente
Más allá de los arrebatos místicos a los que es tan afecto, un discurso que se convierte en bizarro por lo extravagante, aunque muy digno de respetar por lo auténtico (no hay pose en sus creencias religiosas), hay que decir que Santana es y ha sido un artista consecuente con sus ideas.
Por ejemplo, rechazó tocar para tres Presidentes estadounidenses, por no querer compartir sus "dones" con gente corrupta que tiene sembrada mucha sangre en su conciencia.
Santana, El Político
De Santana se dicen muchas cosas. No todas buenas. A menudo, muchos de sus compatriotas le critican haberse ido a vivir a los Estados Unidos y convertirse en una especie de extranjero que ha renegado de sus raíces. No parece ser esa una crítica justa para un hombre que se ha convertido en un ser político, con ideas muy peculiares de cómo deben ser la cosas, pero sin duda un tipo consecuente con principios siempre cercanos a los intereses de los menos favorecidos.
Su principal obsesión ha sido siempre desmitificar la imagen de vago y delincuente con que se describe a los latinos en los Estados Unidos. A la hora de defender a un latino, Santana se muestra tan fanático como el más ultra Spike Lee (para quien cualquier negro es bueno sólo por el color). Para él, Je-nnifer Lopez es igual a Marc Anthony, a Tito Puente y a Celia Cruz. No hace diferencias estéticas ni de conducta ética.
Discípulo de javier bátiz
y b.b.king
"Soy discípulo de Javier Bátiz y B.B. King, aunque mi verdadero maestro ha sido siempre mi padre, José Santana", dijo.
Afiliado a la causa latina, en una entrevista afirmó que nunca participará en ningún proyecto cinematográfico, salvo que le ofrezcan algo parecido a la película Quisiera ser millonario (del cineasta Danny Boyle) y que tenga un mensaje positivo para la humanidad.
"Estoy cansado de las películas que muestran a los latinos como flojos y a los mexicanos como borrachos que le pegan a sus mujeres, jamás me haré cómplice de esa visión".
La guitarra, su eterna compañera
Dice Santana que para tocar la guitarra hace falta sentir el centro del corazón. Que la velocidad en la guitarra aburre y que lo que no aburre son el dinamismo y la maravilla del sentimiento.
Entre los nuevos artistas admira a Ben Harper, Juanes y Shakira. De la música regional mexicana elige a Los Tigres del Norte, porque hacen una música que suena como si todavía se estuviera al lado de Pancho Villa.
Lo que más le gusta de la comida mexicana es la biznaga, el chilacayote y la machaca. No le atraen tanto los tamales ni el pozole. Le gustan las enchiladas y el chile relleno y las pitayas.
Se dice de Santana que hace magia más que música y que su virtuosismo es el pasaporte que lo mantiene en la patria sólo reservada a los genios de este arte y con el que ha ganado innumerables premios Grammy y llenado conciertos multitudinarios en todo el mundo.
Sin embargo, ha tenido algo más que destreza en los dedos para permanecer en el gusto popular. Por lo pronto, es notable su fidelidad al sonido latino con que supo pintar el rock anglosajón. Piezas memorables como Samba pa'ti, Mujer de magia negra y Oye cómo va se quedaron grabadas para siempre en la memoria colectiva y lo convirtieron en prácticamente un héroe, no sólo para sus compatriotas mexicanos, sino también para los millones de latinos en los Estados Unidos.
Lejos quedaron sus trabajos como lavaplatos y barrendero en el San Francisco de los 60, habitado por miles de latinos que iban en busca del sueño americano y donde Santana llegó con su familia, proveniente de Tijuana, en 1961. Hoy vive en Los Ángeles. Tiene la ciudadanía estadounidense desde 1965 y en esa tierra nacieron los tres hijos que tuvo con su primera esposa, Deborah King.
En la plenitud sentimental, leal a su misticismo "ecléctico" como él mismo llama a ese conjunto de ideas que lo hace proclamarse ateo, pero devoto de la Virgen de Guadalupe y ahora pastor cristiano, apartidario pero siempre cercano a las causas sociales y atento a las necesidades de los más pobres, Carlos Santana es uno de los artistas más grandes de México.
Ha vendido más de 100 millones de álbumes y es miembro de El Salón de la Fama del Rock and Roll. Ha sido acreedor a 10 premios Grammy.
El héroe de Woodstock
Dice Santana que cuando subió al escenario en Woodstock estaba tan drogado con LSD que lo único que se le ocurrió fue mirar al cielo y pedirle a Dios que lo ayudara a no equivocarse en las notas. Muchas cosas ocurrieron desde aquella circunstancia trascendental para la historia de la música contemporánea.
Era 1969 y Santana erró los acordes, hecho que con su "Soul sacrifice" dio marcha a un sonido totalmente nuevo para la época, algo que los medios de entonces dieron en llamar "rock latino".
Hoy, Carlos, el hijo del mariachi José, se declara un mexicano consistente y cultor de la música con sentimiento. En Tijuana, a donde llegó en la adolescencia, escuchaba salsa, a Agustín Lara, de Alemania se escuchaba la polka y de los franceses el vals.
"Con mucho respeto, no me gustaba la música de Elvis Presley, lo que más me gustó fue el blues", admitió.
De Woodstock recuerda que la gente que organizó ese festival creía en las cosas en las que él creía.
"Hoy, casi todo es una extensión de aquellas ideas. Cayó el muro de Berlín y tarde o temprano tendrán que caer las paredes que separan a México de los Estados Unidos y a Guatemala de México. La gente de Woodstock quería paz. Muchos cambiaron, pero yo no. Creo que sólo hay una familia en este mundo y que todos somos hijos de Dios".
GRAN GUITARRISTA
Carlos Santana está considerado entre los mejores 15 guitarristas del mundo, según la revista estadounidense Rolling Stone.
LAS CLÁSICAS DE SANTANA
1
'Oye cómo va'
2
'Soul Sacrifice'
3
'Evil Ways'
4
'Everybody´s Everything'
5
'Samba pa ti'
6
'Europa'
7
'Black Magic Woman'
8
'Corazón Espinado' (feat. Maná)
9
'Smooth'
10
'Jingo'
Fuente: c.theranking.com