VÉRTIGO 'El especialista: La resurección'
"En el remake de 2011 y, ahora, en su inevitable continuación El especialista: Resurrección (Mechanic: Resurrection, EU-Francia, 2016), Statham es un protagonista muy diferente al Charles Bronson de los años 70."
Cuando hace un lustro, el veterano cineasta inglés especializado en cine de acción Simon West (Riesgo en el aire/1997, Los indestructibles 2/2012, 12 horas para vivir/2012) y la confiable estrella golpedadora Jason Statham realizaron El especialista (2011), dejaron el desenlace listo para pergeñar la secuela cuando fuese necesario -es decir, cuando Statham necesitara un nuevo yate.
Hay que recordar: El especialista de hace un lustro era un palomero refrito de The Mechanic (1972), una entretenida cinta setentera protagonizada por Charles Bronson y dirigida por Michael Winner, un par de años antes de la que sería la mejor y más influyente colaboración entre ese cineasta y ese actor: la cult-movie El vengador anónimo (1974).
En el remake de 2011 y, ahora, en su inevitable continuación El especialista: Resurrección (Mechanic: Resurrection, EU-Francia, 2016), Statham es un protagonista muy diferente al Charles Bronson de los años 70.
Por ejemplo, en lugar del lacónico asesino profesional de pocas palabras de Charles Bronson, tenemos en Jason Statham a una suerte de atlético James Bond que pasa de una exótica locación (Rio de Janeiro) a otra (Tailandia) a otra (Malasia) a otra (Bulgaria)…
Lo malo es que el director de El especialista: Resurrección no es el competente West sino un tal Dennis Gansel, que no tiene la capacidad de montar una sola secuencia de acción ingeniosa o emocionante. Eso sí, Statham demuestra que, a su casi medio siglo de edad, sigue siendo un muy convincente héroe de acción, saltando, corriendo, peleando y buceando como el que más.
La historia-excipiente es elemental: Arthur Bishop (Statham) es contactado por un viejo conocido de la infancia quien le obliga a escabecharse a tres individuos, so pena de asesinarle a su buenérrima y humanitaria novia (Jessica Alba). Bishop tendrá, pues, que viajar a distintas partes para cumplir este contrato, aunque su último objetivo será eliminar a su maquiavélico alter-ego, interpretado por un gris Sam Hazeldine.
Para variar, el final deja la posibilidad de otra secuela más. Si esto llegara a suceder, esperemos que los productores ahorren en locaciones y contraten a un buen cineasta. Y, ya entrados en gastos, a un buen guionista. En cuanto a Jason Statham, él puede y debe volver: tiene la suficiente “estamina” –como diría el clásico reciente- para seguir echando patadas a quien se deje.
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