El legado de San José de Calazanz y de Comenio

Presbítero Amador Campos Serrano
31 agosto 2021

Entre los educandos de quienes forman la comunidad católica, la mayoría se encuentran entre los niños y los jóvenes de bajos recursos, privados, por esa situación, de una formación cristiana impartida en las escuelas de inspiración católica, su educación la reciben en las escuelas del sector oficial, en donde adquieren su formación hasta su etapa profesional.

Meritoria es sin la labor educativa de las escuelas del sector oficial, donde laboran maestros católicos ejerciendo una laudable labor, muchas veces heroica, al tratar de preservar los principios cristianos, pero recibiendo un casi nulo apoyo de la iglesia como institución.

San José de Calasanz, en el siglo XVI, sintiendo la urgencia de formar a la mayor parte de los jóvenes católicos, que, por su precaria situación económica estaban privados de asistir a una selectiva escuela católica, se vio impulsado a formar escuelas católicas gratuitas, con la dificultad que ello implicaba, en las cuales pudieran ofrecer educación a la mayoría de los jóvenes católicos.

Esta obra es considerada, en un artículo de la revista Perspectivas, publicado en 1993, comparable con la de otro gigante de la pedagogía, quien fue Jan Amos Comenio, a pesar de marchar por caminos de diferente confesión religiosa doctrinal, sin embargo, ambos con un profundo sentido de fe, uno dentro de la Iglesia Católica y el otro en el seno del protestantismo.

El sentimiento religioso y educativo de ambos fue orientado hacia una visión social de su fe, como un testimonio viviente en el seguimiento de los pasos del Maestro de maestros, aquel que una vez dijo; “Ustedes me llaman el Maestro y realmente lo soy”.

Este sentimiento los condujo a dirigir sus pasos hacia una educación hacia los más pobres y desprotegidos, como una opción preferencial, convirtiéndose en impulsores de la educación gratuita, uno de los pilares de las cartas magnas de la mayor parte de todos los estados y está presente en el nuestro.

José de Calasanz y Comenio, hijos de su tiempo, vivieron en el siglo XVI y siguiendo los dictados de su espíritu, se entregaron a su vocación religiosa, donde tuvieron importante presencia: Comenio fue obispo protestante, en Leszno, para los moravos; José de Calasanz fue fundador de la primera orden religiosa, conocida como los escolapios, dedicada a la educación, abriendo un amplio camino en la enseñanza y en la educación.

Ambos enfrentaron la incomprensión de sus propios hermanos de fe, pues el ámbito educativo no era y aun ahora no es valorado en su exacta dimensión, siendo omitido en la elaboración de la planeación pastoral de las iglesias locales establecidas.

El documento de la Unesco señala como una injusticia de reconocimiento hacia José de Calasanz, el pretender exaltar con mayor énfasis su aspecto religioso y los motivos de su santidad, dejando de lado su enorme obra educativa, en la cual siguió aquel mandato divino; “Vayan y enseñen a todos los hombres, haciéndolos discípulos míos.