Nada de lo humano me es ajeno

Yolanda Waldegg de Orrantia
22 julio 2021

Pues sí, siguiendo con el tema de la sensibilidad todo cuanto atañe a nuestros congéneres no importa su nivel económico, su educación, su raza, su cultura, nada nos debía ser indiferente tratándose de personas, pero necesitamos aprender a verlas, porque si nos son invisibles no moverán nuestro corazón ni la mente ni tiempo ni nada.

Quedamos que la sensibilidad se educa, es importante que lo hagamos como siempre comenzando por los padres, aprender juntos es mucho más divertido. Pero hay que tener en cuenta que existen cosas que le estorban y otras que la facilitan por ejemplo: el amor a la naturaleza no es solo un valor que hoy esté de moda, ha sido siempre una característica común de las almas sensibles, quizás porque en ella se refleja la belleza de la obra del Creador y no pasa desapercibida a los espíritus delicados que más disfrutan y mejor expresan las emociones y sentimientos que les despierta, pero hay que tener en cuenta que es nuestra riqueza interior la que abre los ojos de los sentidos para que podamos contemplar la maravilla que se nos ofrece, pero se adquiere practicando, como siempre.

¿Qué necesitamos? Ponernos en contacto con ella con la intención de que no se nos pase ningún detalle, pasar por el malecón sin voltear a ver el mar que siempre es diferente, un día hace honor a su nombre y parece alberca; otros está bravo pero siempre bello, un día de un color al siguiente de otro, los colores del cielo; hacer días de campo o si tenemos jardín disfrutarlo desde la mariposa, las abejas y mariquitas saltamontes, aprender a ver todo lo chiquito y lo grande.

Otra cosa necesaria es el silencio, ¡hay qué difícil la pongo!, pero el hecho es que el atontamiento de la mente, el aturdimiento, la saturación de palabras, sonidos y ruidos, solo consiguen la crispación de los nervios o la alienación, y ni cuenta nos damos pero es la razón de mucho cansancio, mal talante, falta de atención, muchos males físicos, mentales y emocionales, y se convierte en adicción y como toda adicción no lleva a nada bueno.

Y nada ayuda al silencio, que facilita un ámbito de recogimiento interior donde espontáneamente aflore el pensamiento, la reflexión y los análisis más finos, que nos hacen entender y entendernos un poquito mejor y la maravilla de los pequeños detalles que terminan por darnos la clave, la razón de nuestra existencia.

Por ahí nos daremos cuenta qué tan importante es procurar el silencio, si cuesta mucho pues de a poquitos que crezcan, porque si no, pasaremos por la vida sin darnos cuenta quiénes somos y cuál la razón de nuestra existencia, de que estemos donde estamos y si podemos cambiarla y hacia dónde queremos ir, en lugar de dejarnos llevar, por las modas, el trabajar sin metas importantes solo mantenernos, lo que hace todos, suelen ser cosas superficiales que no dan idea de quiénes en verdad somos.

Dejemos por ratos los artefactos que desterraron el silencio (el más dulce y locuaz de nuestros interlocutores) nadie tiene tantas cosas que decirnos como nosotros mismos, ni periodistas, locutores, cantantes, youtubers, llenan nuestro espacio interior con cosas extrañas que no sabemos dónde colocar, ¿por qué nos tiene que importar la vida de famosos? Las ridiculeces del tik tok, las canciones groseras, violentas.

Otro punto importante para favorecer o entorpecer adquirir y enseñar la sensibilidad es la música, dice el dicho “amansa a las fieras” pero también las enloquece, y nos enloquece y nos crispa o nos levanta el alma a alturas increíbles, no sé si hoy Siglo 21 todavía existan quienes se les pone la piel chinita al escuchar la marcha dragona o el himno nacional, a los chamacos ya no les dice nada, ni menos se ponen de pie o saludan, los he tenido que regañar en esas circunstancias, o sea que la palabra Patria no les dice nada. Es muy triste.

Lo que está científicamente comprobado es que las vacas dan más leche y son más relajadas con música de Vivaldi, que las plantas también reaccionan a la música y la siguen, lo mismo que vemos en tantos videos de animales llevando el ritmos y bailando, la música es mágica, pero no al cualquier música y podemos hacer nosotros mismos la prueba el trabajo físico con música de marcha o polca cosas así lo terminas sin darte cuenta rapidísimo y sin cansarse, pero esa misma música no te sirve para trabajar en el escritorio o para estudiar.

En los bebés antes de nacer y después son muy sensibles a Mozart cambia completamente su vida y comportamiento, pero si les ponemos a escuchar la música del radio también cambia su vida y su comportamiento para mal los estresa, irrita y estimula de más. Recomendación: apaguen el radio por ratos y si lo necesitan que no sea en programas de chismes, noticias que suelen ser malas, y música de esa que acostumbran poner y si la compran para sus aparatos hagan la prueba, no se van a aburrir si comienzan a escuchar la música de antes desde boleros, danzones, de grandes bandas y lo que se da por llamar clásica, aseguro que su corazón lo agradecerá y aprenderán sensibilidad.