Desde el ICAMI

06 noviembre 2015

"La red del directivo."

Luis Alfredo Santana Zevada

Me queda claro que si un directivo quiere lograr sus metas lo hace siempre gracias al esfuerzo, al trabajo que otros realizan, lo que significa que otros ponen en juego sus habilidades y conocimientos. Reconocer esto es fundamental porque así trabajará más intensamente en dominar todos las habilidades necesarias para interesarlos, motivarlos, convencerlos de que se trata de algo que vale la pena.
Entender que siempre se hacen las cosas "a través" de otros es fundamental, pues esos colaboradores son su primera red, su red interna. En la literatura de negocios se hace mucho énfasis en las relaciones con los ‘subordinados’ pero se habla poco de la forma en que el directivo debe de manejar su relación con su jefe y con las cabezas de otras áreas.
Los departamentos no son islas dentro de la empresa y para lograr las metas ocupan de conseguir el apoyo de otros grupos dentro de la empresa. Nadie le enseña al directivo que siendo jefe sigue dependiendo de muchos. Esa dinámica es algo que cuesta trabajo dominar, aceptar, valorar.
Establecer relaciones fuertes con otras personas requiere tiempo y constancia, requiere de compartir, de plantear opiniones para conocer la de los otros y así entender el porqué de lo que sucede. Lo que pasa es que "tenemos que cambiarle las llantas al carro caminando" y no tenemos todo el tiempo que quisiéramos. Entonces queda la opción de apoyarnos en otros para que crezca la red y conectar a nuestra red con otras redes que fortalece nuestra red primaria además de darle versatilidad.
Los estudios revelan que el directivo típico casi nunca trabaja solo, cuando mucho el 25 por ciento de su tiempo, y algunos llegan a estar con otros hasta un 90 por ciento de su tiempo. Ese tiempo lo dedican no solo a estar con sus colaboradores sino también a estar con colegas, conversando sobre una variedad de temas que le van ayudando a tener una red sana, fuerte. No siempre hablará de temas empresariales, también, como en la vida, identificará que es lo que interesa a los demás, lo que les preocupa.
El directivo que sabe "tejer su red" es alguien observador, que sabe preguntar, escuchar, pero sin acosar. Saber preguntar es crucial para saber los porqués de los otros. Entender que la fuerza de una red son sus "amarres" con otras redes lo llevarán a participar en actividades que tienen que ver con aspectos no necesariamente empresariales pero que son tanto o más que lo laboral.
Recuerdo al director que alentaba a sus colaboradores a participar en actividades dentro de las escuelas de sus hijos porque entendía que eso los hacía más responsables y así aseguraba un mejor su rol en la organización. Lo que realmente estaba promoviendo era la habilidad para entrar en otros grupos, enriqueciendo su perspectiva y poniéndolos en situación de servir, de participar.
Tan complejo como la realidad, solo la realidad misma. El directivo sabe que en las conversaciones influye y es influenciado. Esta dinámica hace que vaya modificando su punto de vista sobre el tema que se comenta pero vale la pena porque así la decisión que se tome será más completa.
El buen directivo es alguien que sabe adaptarse y responder al medio. Con el uso adecuado de su red puede percibir la realidad y así responder a ella. Una buena red le permite orientarse a lo importante apoyándose en otros y maximizando el rendimiento de ese recurso tan escaso, el tiempo. Además "tejer bien la red" le ayudará a ser más eficaz. Hay que construir la red, ese es el reto.

*Director de ICAMI, Formación y Perfeccionamiento Directivo.
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