Dueñez empresaria
09 noviembre 2015
"Cumpleaños"
Todo nuevo cumpleaños es un momento de reflexión, pero más lo es mientras más edad tenemos.
Hoy es mi cumpleaños. Por las fechas en que cae casi siempre estoy de vacaciones. Esta vez es la primera en unos 7 años que lo he pasado en mi casa. Ha sido toda una experiencia.
Como ahora sí he estado aquí, y sin prisas, se ha facilitado la accesibilidad por todos los medios que hoy existen para comunicarnos: teléfono, celular, mensajes BB, mensajes SMS, chat, correo electrónico, mensajes de audio, etcétera. Es impresionante poder estar en contacto con tanta gente de tantos lugares en un mismo día.
He recibido mensajes de todo tipo, desde algunos que sencillamente me desean lo mejor, hasta planteamientos filosóficos que me han hecho reflexionar con profundidad.
Algunos amigos que he visto poco me saludan y felicitan. Otros que frecuento me recuerdan su cercanía. Todos me hacen sentir que estoy vivo. Reconozco a mis verdaderos amigos y a mis valiosos colaboradores.
A una de las personas con quien hoy me comuniqué le comentaba que ha llegado la edad en que empiezo a temer que puede llegar pronto el momento en que me llamen a rendir cuentas y que no haya terminado mi tarea.
El miedo de dejar algunas cosas a medias crece mientras más años se acumulan en nuestro existir. Ese miedo también nos estimula a concentrarnos en nuestros propósitos y nos obliga a pensar en logros a menor plazo, que nos permitan asegurar que dejamos las cosas terminadas.
Mi optimismo natural me lleva a afinar mi querencia y a apretar el paso para llegar adonde quiero estar. El temor de no cumplir lo podemos convertir en querer lo que es lograble, lo que en poco tiempo puedo ver madurar.
Esta persona me decía que no me preocupara, que Dios me llamará a cuentas cuando haya terminado lo que realmente me toca hacer, y que llegaré hasta donde me corresponde llegar en el camino que he trazado.
La verdad es que los caminos los traza uno, y la realidad nos va conduciendo por los mejores pasos. Dios no se equivoca, nos da las oportunidades y recursos y el tiempo. Nosotros elegimos qué hacemos con ellos, y caminamos por donde la voluntad y la realidad se encuentran.
Definitivamente los inicios de año y los cumpleaños son siempre momentos de reflexión; pero hay momentos en que tenemos que hacer altos en el camino con mayor serenidad, con más espacio para pensar, y volver a definir. ¿Qué es lo que realmente quiero lograr? ¿Qué cosas no quisiera dejar a medias? ¿Qué caminos debo abandonar, y en cuáles debo redoblar el paso?
Nuestro cumpleaños es momento de optimismo. Nos energizan los buenos deseos de todos los que nos quieren. Nos hacen sentir bien todos los que nos apapachan. Pero sobre todo nos permiten decir: "Me queda un año menos. ¿Hay algo que replantear en mis metas, en mis proyectos, en mis caminos?".
La alegría de estas fechas cuando cumplimos las primeras decenas es muy estimulante. Luego, cuando las decenas se acumulan y empezamos a medir los cuarentas, y luego los cincuentas, las sensaciones de alegría son diferentes, más maduras. Me imagino que cuando ya medimos las decenas en sesentas, y de ahí en adelante, este temor que he descrito crece, y nos obliga a enfocarnos, a concentrarnos, a tratar de hacer lo mejor con nuestro tiempo, pues va quedando menos.
¿Por qué no pensamos así desde el inicio, o cuando menos desde los veintes o los treintas? En esas edades pensamos que queda mucho tiempo. Pensamos que son momentos de apretar el paso en nuestro crecimiento personal y profesional. Cuando miramos hacia atrás nos damos cuenta de que el tiempo ha corrido, de que ya tenemos cuarenta y pico o cincuenta y pico, o más, y de que no podemos perder el tiempo en los terrenos que hemos descuidado.
Soy un optimista empedernido. Tal vez por eso hemos podido llegar hasta donde hemos llegado. Seguimos teniendo fuerzas para aspirar a grandes objetivos y proyectos. Pero las fuerzas no durarán toda la vida. Llegará el momento en que los bríos decaigan y las energías sean insuficientes y tendremos que ceder, y reconocer nuestras limitaciones.
Hoy la salud, la fe, la fuerza interior, nos sigue permitiendo pensar lejos y en grande. Pronto tendremos que ser humildes y reconocer que el momento ha llegado para dejar el paso a nuevas generaciones, para que sigan el camino que ellos crean pertinente seguir.
Gracias, Señor, por los años que nos has dado. Gracias a la vida que tanto nos ha dado. Felicidades a todos quienes hoy cumplen años. Y también a todos quienes cumplirán en los próximos doce meses. Que la fecha nos sirva para repasar nuestra visión de futuro y revisar nuestras previsiones.
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