Reflexiones ejecutivas

09 noviembre 2015

"Las consecuencias de la desobediencia"

Óscar Fosados Arellano

El martes 24 de mayo se publica en este periódico un reportaje muy interesante, e importante, sobre el aumento indiscriminado de motocicletas que circulan impunemente por todas las calles de la ciudad, ocasionando accidentes en los que se han perdido muchas vidas, ya que los conductores se arriesgan diariamente al hacer caso omiso de las reglas y recomendaciones de tránsito, y hasta de las normas más elementales y de sentido común que nos dicta la lógica humana. ¿Cuántas vidas de niños, jóvenes, y adultos, frenadas de golpe ante la imprudencia? Es interminable el número de accidentes en los que se han perdido muchas vidas; pero también, cuántos inocentes han quedado marcados para siempre, y muchos otros con amputaciones y secuelas que ya no les permiten tener calidad de vida.
El sábado 28 de este mismo mes, se pública la nota, muy triste por cierto, de un joven ahogado y dos desaparecidos que a la fecha no han sido localizados. Se trataba de un grupo de personas proveniente del estado vecino de Durango, que vinieron a realizar un ritual religioso en la playa; al concluirse éste, decidieron quedarse a divertirse un poco, presentándose la tragedia, cuando el mar embravecido de esa zona jaló a los bañistas, ocurriendo este lamentable hecho.
Recientemente, estuve impartiendo cursos de capacitación en unas empresas en los cuales se les permite a los trabajadores manifestar sus inconformidades, y lo que más reclamaban en una de ellas era que nos les quitaran el bono de puntualidad por el simple hecho de llegar un minuto tarde. Pedían que les ampliaran a unos cinco minutos esa tolerancia, porque ellos necesitan el dinero al que se hacían merecedores por su puntualidad.
Estos tres casos que he citado como introducción a la reflexión de este domingo, tienen un común denominador: la desobediencia.
¿Qué es la desobediencia? Me di a la tarea de investigar este término, encontrando lo siguiente. Desobediencia significa: falta de obediencia, resistencia a cumplir con lo que se ordena. Incumplimiento de una ley o norma. El desconocimiento de las leyes no autoriza su desobediencia. (Por eso, si no se sabe, es mejor no hacerlo, hasta averiguarlo)
Hay estudiosos que ven a la desobediencia como parte de la naturaleza humana, y si esa fuera una conclusión, entonces estamos destinados al fracaso como sociedad. Otros ven a la desobediencia como una plataforma de cambio y mejora, ya que si ésta no se hubiera presentado no se habrían dado cuenta de debilidades en reglas y normas. Como sea, la desobediencia nunca es buena, por más cosas buenas que nos provea después, ya que lamentablemente alguien sufrió o murió.
En el caso de las motos, los culpables no son sólo los motociclistas, sino las autoridades que les permiten conducir fuera de la ley, ya que la gran mayoría:
1. No usan casco.
2. No tienen licencia para conducir ese tipo de vehículo.
3. No traen placa.
4. No respetan límites de velocidad.
5. Montan a otras personas sin protección, hasta la familia con niños y bebés, cosa totalmente imperdonable, por el riesgo al que se exponen todos.
6. No respetan señalamientos de tránsito: no hacen alto en las esquinas, conducen en sentido contrario, se pasan los semáforos en rojo, se estacionan sobre banquetas y lugares prohibidos, etcétera.
Prácticamente, no respetan nada, y de premio se celebra la Semana de la Moto, donde durante el desfile se les condescendió todo (Condescender significa: Aceptar una cosa, como una idea o situación, o acomodarse fácilmente a ella por debilidad o interés propio). Fue el desfile de la impunidad y del permiso al desacato.
Debo aclarar que no estoy en contra del desfile, al cual yo asistí, y del cual me siento orgulloso que se realice en nuestro puerto, pero la verdad hay muchas cosas que deben prohibirse como montar bebes, y familias completas, entre tanta moto que no lleva un orden. Me tocó ver como un niño, que iba sentado en la defensa delantera de una cuatrimoto, queda con su brazo prensado cuando la moto de enfrente frenó de repente. Aparentemente no le pasó nada, pero el niño manifestó ardor por quemadura y dolor por aplastamiento, su cara no podía decir otra cosa. Así como este incidente debió haber varios que no se dieron a conocer.
Este evento espectacular, y muy gustado por todos, cada año será más grande, por lo que invito a las autoridades y a los clubes organizadores, que desde hoy hagan un plan de acción y un reglamento especial, ya que no sólo participan motos sino todo tipo de vehículos, poniendo en riesgo no nada más a los participantes sino a todo el público en general. Las cosas bien planeadas, y bien organizadas, resultan mejor, y más si lo hacen con mucho tiempo de anticipación. La Semana de la Moto es ícono muy importante de nuestro puerto, y sería muy lamentable que por una tragedia tuviera que suspenderse definitivamente, ya que no sólo la desobediencia se da durante el desfile, sino durante todos los días de la semana, cuando los motociclistas pasean por la ciudad, todo eso debe tomarse en cuenta en la reglamentación, ya que es muy molesto que las motos rebasen entre carriles y salgan por todos lados pudiendo ocasionar accidentes. Deben destinarse sitios especiales para estacionar las motos, y calles para circular cuando van en grupo. Sé que esto se antoja imposible, pero debe buscarse la mejor forma de que ciudadanía y motociclistas convivan con alegría y seguridad durante estos días.
Si las autoridades no cumplen, o no pueden cumplir con su deber, de multar a todo motociclista que incumple con las reglas; y toda autoridad no cumple con tantas otras cosas, es por ello que la ciudadanía en general tampoco cumple con muchas obligaciones. Si la autoridad no pone el ejemplo, los ciudadanos se desmotivan y empiezan a incumplir, diciendo: "Si ellos no cumplen, por qué nosotros sí". Así somos los mexicanos, por eso las autoridades, si realmente quieren cambiar las cosas para bien, deben empezar por ellos mismos. Yo pienso que somos más los que al final se los vamos a agradecer, y hasta los afectados al ser realmente multados, también lo harán, porque dirán: "Ellos sólo están cumpliendo con su deber, además de protegerme. Yo era el que estaba en un error".
La Avenida del Mar es la preferida para todo tipo de eventos, y hay mucha razón en esto, pero esta avenida no es sólo para pasear, es una avenida de trabajo y de circulación de quienes viven al noroeste de la ciudad y que es la única vía rápida y accesible para llegar a sus trabajos y viviendas de miles de personas.
La Avenida del Mar es multifuncional, ya que la utilizan los proveedores para surtir los pedidos de los hoteles, viviendas, y negocios establecidos en esta zona, y también para acceder a la Zona Dorada. Igual, para que los taxistas trasladen a los turistas al aeropuerto, de modo que si la avenida está echa un caos por un cierre o un desfile, se corre el peligro que se pierda el vuelo, dejando una muy mala experiencia a los visitantes, quienes posiblemente no regresarán ni recomendarán al puerto.
Esta bella avenida, y lo digo por la vista que desde ella podemos apreciar del mar, porque estructuralmente podría estar mejor, se vuelve un caos cuando por ella se permiten desfiles de promoción de marcas comerciales, radiodifusoras, y reinas de escuelas, ya que hacen muy lento el tránsito vehicular, sin importarles a los cientos de conductores que utilizan esta vía para llegar a sus trabajos, citas de negocios, o a sus casas a descansar, o por la causa que sea.
Autoridades municipales, no olviden que esta importante avenida no es sólo para pasear, sino para ir sobre ella a otras muchas actividades que no tienen nada que ver con un paseo. Hay que ser conscientes, por favor. Tomar como vía alterna la calle Río Fuerte, es otra pesadilla, ya que no conecta directo con la Zona Dorada, teniendo que desviarse escalonadamente por otras avenidas, y perdiendo el tiempo con los semáforos que no están sincronizados.
Mazatlán carece de vías rápidas y sin obstáculos para transitar libremente, porque lamentablemente autoridades de otras épocas no tuvieron visión de futuro, y dejaron encerrada el área costera, que es lo más visitado en un destino de playa. Pero, bueno, las cosas ya están así y no hay remedio, a menos que se destruyan casas y edificios para hacer ampliaciones, cosa que no creo posible, ante la falta de solidaridad de la gente en ese sentido.
Una solución viable es construir un segundo piso que corra paralelo a la avenida del mar, y otro segundo piso en la Avenida Camarón Sábalo, y eso debe empezarse a hacer ya, porque el tiempo corre, la población crece; y la verdad, no tarda mucho para que nuestra ciudad se paralice, sobre todo en horas pico, por la falta de vialidades funcionales y ante la desobediencia urbana donde participa la mayoría de la ciudadanía, y la incapacidad de las autoridades.
Las autoridades, prácticamente están rebasadas en todo, lamentablemente tenemos que aceptarlo; es por ello, que aunque tengan buenas intensiones y buenas personas trabajando como funcionarios públicos, las cosas no parecen mejorar. No hay dinero, la ciudadanía no ayuda mucho con su desobediencia.
El caso de los ahogados, muy lamentable, podría deberse también por desobediencia, ya que según la nota periodística, ya se les había informado que el mar no estaba propicio para nadar, sin embargo las personas, desobedeciendo la advertencia, o quizá los señalamientos, pensaron que no era tanto el peligro y se aventuraron, se metieron, y ya dentro se dieron cuenta que era verdad.
La playa de Cerritos es un lugar hermoso, seguramente por ese motivo, las personas de esta religión decidieron hacer su ritual ahí, pero debieron haberse informado previamente, ya que esa playa es muy peligrosa, porque prácticamente es mar abierto, donde corrientes submarinas, que no se ven, son las que jalan al bañista hacia dentro, siendo muy difícil salir, y más si no se sabe nadar.
Playa Cerritos es una de las más bellas del mundo. Me siento muy orgulloso de que sea parte de los atractivos de nuestro puerto, pero la fuerza de las olas y las corrientes, hacen de ese mar un lugar peligroso, en el que las personas que deciden bañarse deben tomar todas las precauciones posibles. Las autoridades deben colocar señalamientos visibles cada 20 metros, o en lugares estratégicos, y poner personas con autoridad que impidan que la gente se meta a bañar, sobre todo cuando el mar está embravecido, o las condiciones no lo permitan.
El caso de los empleados que pedían más tiempo de tolerancia, simplemente se les dijo que no era posible, porque ellos habían firmado un contrato donde se comprometieron a laborar en ese horario, que era su responsabilidad llegar a tiempo, y que en caso de un imprevisto o accidente, llamaran para notificar. No es posible que se premie la desobediencia y la irresponsabilidad. Un premio de puntualidad es eso, un premio por llegar puntual, y llegar puntual es llegar a la hora, o antes. Si se llega un minuto después, ya no se fue puntual.
Este tema de la desobediencia, es polémico, lo sé, y da para mucho más; pero, sirva la reflexión del día de hoy para proponernos ser obedientes de las reglas, y de las leyes, si nos queremos realmente, y si queremos vivir felices y en paz. Reglas siempre va a haber, ¿por qué no cumplirlas, entonces? La solución a todo problema es sólo cumplir con las reglas, no hay de otra; a menos que tengamos una mejor idea, la propongamos por las vías legales, para hacer una nueva y mejor regla, o ley.

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