Cardenal Dominique Mamberti es el Protodiácono que pronunciará el ‘Habemus Papam’
Tiene formación jurídica y ha desarrollado una intensa actividad diplomática para la Santa Sede
El “Habemus Papam”, pronunciado desde la Logia de San Pedro ante la multitud expectante (y las televisiones de todo el mundo), es el momento culminante del Cónclave que se inaugura este miércoles 7 de mayo.
Esta vez, la fórmula milenaria será recitada por Dominique François Joseph Mamberti, de 73 años, como Cardenal Protodiácono.
Nació en Marruecos, en Marrakech, porque su padre estaba allí por trabajo, como oficial de defensa francés, pero la familia venía de Córcega. Regresó muy pronto a Francia, primero a Vico, siempre en la isla francesa, y luego a Belfort, en el noreste de Francia.
La carrera eclesiástica
Fue ordenado sacerdote en 1981, estudió Derecho Canónico en la Gregoriana y Diplomacia en la Pontificia Academia Eclesiástica.
Estuvo en el servicio diplomático de la Santa Sede desde 1986, operó en Libia, Argelia, Túnez, Chile, y fue consejero en la oficina de la Santa Sede en las Naciones Unidas en Nueva York de 1993 a 1997.
El 18 de mayo de 2002, el Papa Juan Pablo II lo nombró Arzobispo titular de Sagona, en Córcega, así como Nuncio en Sudán y delegado apostólico en Somalia.
Con Benedicto XVI asumió el cargo de Secretario para las Relaciones con los Estados de la Secretaría de Estado y Secretario de la Comisión Interdicasterial para las Iglesias de Europa del Este.
El Papa Francisco lo creó cardenal en 2015. Ayer celebró la última misa de los Novendiali, los nueve días de luto por la muerte del Papa.
“Estuve cerca de él el Domingo de Pascua —dijo durante la homilía— en la logia de las bendiciones de esta Basílica, testigo de su sufrimiento, pero sobre todo de su valentía y su determinación de servir al Pueblo de Dios hasta el final”.
Redescubramos la adoración, un fuerte deseo de Francisco
“El Papa Francisco ha sido fiel a su misión hasta el máximo desgaste de sus fuerzas”: lo destacó el Cardenal Dominique Mamberti, Protodiácono del Colegio Cardenalicio, durante su homilía en la última misa de los novendiales en sufragio del Romano Pontífice Francisco, que presidió este III Domingo de Pascua, 4 de mayo de 2025, en la Basílica de San Pedro, con la participación de los integrantes de la Capilla Papal. Concelebraron varios de los cardenales que se encuentran en la Ciudad Eterna reunidos en las Congregaciones Generales en preparación al Cónclave que comienza el miércoles 7.
En su prédica, el purpurado ofreció una profunda reflexión sobre el legado espiritual del fallecido Obispo de Roma, destacando su fidelidad, humildad y el llamado constante a redescubrir la adoración.
“El Papa Francisco, animado por el amor del Señor y llevado por su gracia, ha sido fiel a su misión hasta el máximo desgaste de sus fuerzas”, afirmó el cardenal, recordando su cercanía personal al Papa el pasado Domingo de Pascua, 20 de abril de 2025, cuando Francisco se asomó con dificultad a la Logia central de la Basílica vaticana para impartir la bendición Urbi et Orbi.
“Fui testigo de su sufrimiento, pero sobre todo de su valentía y determinación para servir al Pueblo de Dios hasta el final.”
Un amor que se hace misión
Comentando el Evangelio de Nuestro Señor Jesucristo según san Juan sobre el encuentro entre Jesús y Pedro, Mamberti subrayó que “el amor es la palabra clave”, y recordó que Cristo adapta su lenguaje al pobre amor de Pedro, mostrándole que incluso en la fragilidad hay espacio para la misión. Esta lógica del amor herido, pero sostenido por la gracia, fue también la del Papa Francisco, señaló.
La adoración, una urgencia para la Iglesia
Uno de los puntos centrales de su sermón fue la importancia de la adoración, que el Papa promovió incansablemente. “Hemos perdido el hábito de la adoración... redescubramos el gusto por la oración de adoración”, había dicho Francisco en la eucaristía de la solemnidad de la Epifanía del Señor el 6 de enero de 2024. Mamberti aseguró que esa dimensión espiritual estaba en el centro de su vida: “Su intensa vida pastoral se fundamentaba en los largos momentos de oración que la disciplina ignaciana había impreso en él”.
María, siempre presente
La homilía concluyó evocando la devoción mariana del Pontífice, en especial sus 126 visitas a la Salus Populi Romani en la Basílica Papal de Santa María la Mayor. “Y ahora que descansa junto a su amada Imagen, lo encomendamos con gratitud y confianza a la intercesión de la Madre del Señor y Madre nuestra”.
En el curso de la oración de los fieles, se pidió al Señor que acogiera en su reino al Papa Francisco, confiando en la oración de la Iglesia, purificándolo “de la fragilidad humana” y dándole”«la recompensa prometida” a los siervos fieles. Este domingo, algunos cardenales celebraron misa en sus iglesias titulares en Roma. Mañana, lunes 5 de mayo, los cardenales se reunirán en Congregación General tanto por la mañana, a las 9 horas, como por la tarde, a las 17 horas. Para el martes, 6 de mayo, de momento sólo está prevista una sesión por la mañana, pero podrían añadir otra por la tarde si fuera necesario.