Espera un milagro familia Medellín

UNIV
06 noviembre 2015

"Los padres del mexicano no pierden la esperanza de ver a su hijo por última vez antes de que sea ejecutado"

HUNTSVILLE, Texas (UNIV)._ Las instancias de justicia del estado de Texas le negaron a la familia de José Ernesto Medellín Rojas, mexicano condenado a muerte, la posibilidad de verlo una vez más; pero sus padres no pierden la esperanza de que en el último momento ocurra un milagro y se le otorgue el perdón a su hijo.
Entrevistado en Houston, Texas, en donde radica, Venancio Medellín padre de José Ernesto aseguró que "aún guardamos las esperanzas de que ocurra un milagro y que nuestro hijo se salve.
"No sabemos si el lunes ya por la tarde o bien el mismo martes (fecha prevista para la ejecución), unos minutos antes, nos permitan verlo, pero al parecer no será así porque a su abuelita Eleuteria Almendáriz no la dejaron que lo viera, ni permiso le dieron, por eso está aquí, en Houston", añadió Venancio Medellín.
"No te puedo comentar sobre si es inocente o culpable; ese tipo de comentarios nos dijo la abogada que pueden perjudicar el caso, pero lo que sí te puedo decir es que no perdemos la esperanza de que aunque sea en el último momento ocurra un milagro", reiteró. María Rojas, madre de Ernesto, sólo dijo: "Pues yo les pediría a todos que recen por José, todos estamos rezando y que independientemente de lo sucedido en el pasado, nadie somos nada para decidir cuando alguien debe morir o seguir viviendo".

Sigue rezando abuela de mexicano
Eleuteria Almendáriz, abuela paterna de José Ernesto, aunque dijo que no cargó con el santo de su devoción San Francisco de Asís, aseguró que a cada instante le sigue pidiendo en su plegarias que suceda un milagro y su nieto sea perdonado. "Ya intenté verlo, pero no se pudo", dijo la mujer de 85 años, que se ayuda con un bastón para caminar o auxiliada por sus familiares, quienes, aseguraron, sus enfermedades le han deteriorado la salud.
"Ando a la vuelta y vuelta. Me siento, me paro y me siento aquí que estoy encerrada. Ahí estamos nada más pensando; en la noche se me quita el sueño y me pongo a rezarle al señor San Francisco", añadió.
Eleuteria Almendáriz reza por que se haga un milagro y se ilumine le mente y el corazón del gobernador de Texas, Rick Perry, para que se apiade de su nieto. "Al señor Perry, que nos ayude para que eso no suceda; que mi Dios le ablande su corazón, el señor San Francisco que le dé brillo en la mente. A poco el señor éste (el gobernador) no tendrá familia?" 

"Ya intenté verlo, pero no se pudo, ando a la vuelta y vuelta. Me siento, me paro y me siento aquí que estoy encerrada. Ahí estamos nada más pensando; en la noche se me quita el sueño".
Eleuteria Almendáriz
Abuela de José


Texas , un estado inflexible 

De acuerdo a comparativos realizados por consultores internacionales, está comprobado que el estado de Texas no sólo es inflexible en lo que a pena de muerte se refiere, sino que incluso es uno de los que más ha gastado en los últimos años para la aplicación de este castigo. Según las estadísticas del departamento del Tesoro texano, la justicia en esta entidad ha gastado tres veces más presupuesto anual que el resto de los estado del país para la aplicación de la pena de muerte. En otras palabras, se han erogado 33 millones de dólares anuales durante los últimos seis años para la aplicación de la pena de muerte, mientras que estados como Nueva Jersey, desde 1983 la cifra no supera los 10 millones de dólares anuales.
A estas cifras habría que sumar el costo de mantenimiento del sistema penitenciario, no incluido en los datos anteriores y el cual no es proporcionado por las autoridades estadounidenses. El sistema penitenciario del estado de Texas es el que más muertes en nombre de la justicia produce al año, ya que ha llevado a cabo desde el 12 de julio de 1982, 409 ejecuciones con inyección letal, y al tamaulipeco José Ernesto Medellín Rojas, de no cambiar las cosas, será el numero 410.
En Estados Unidos, desde 1976 a la fecha han sido ejecutados en todo el país 1 mil 115 convictos. El mexicano José Medellín tiene programada la aplicación de la inyección letal para las seis de la tarde de este martes 5 de agosto.
Hasta el último momento Robert Black, vocero de Rick Perry, Gobernador de Texas, aseguró que el Mandatario tomará la decisión final continuar o no con el proceso en contra de Medellín a lo largo de mañana.
Reiteró que "como lo ha dicho el Gobernador el estado de Texas, no tiene la obligación legal o constitucional de obedecer a la Corte de Justicia Internacional ya que no hay una reglamentación en el país al respecto. "Sí, el gobernador ha pensado mucho al respecto de este tema y lo que más ha pensado es que el señor Medellín es un asesino que martirizó, violó y dio muerte a dos adolescentes, lo cual es un acto terrible".
"Es muy importante que los ciudadanos de Texas recuerden que José Medellín brutal y ferozmente violó, pisoteó, golpeó, cortó, estranguló y asesinó a dos adolescentes en Houston y la Corte Mundial no tiene jurisdicción aquí en Texas. 


Costará ejecución 86 dólares

HUNTSVILLE, TEXAS (UNIV)._ Acabar con la vida de José Ernesto Medellín Rojas, el mexicano condenado a muerte por el estado de Texas, le costará al erario estadounidense 86.08 dólares, que es el valor de los tres químicos que le inyectarán, más la jeringa. De acuerdo a las autoridades del Pabellón de la Muerte (Death Row) del departamento de justicia Criminal de Texas , dichas sustancias son: cinco gramos de tiopental de sodio para dejar inconsciente al sujeto, entre 50 y 100 de bromuro de pancuronio encaminado a detener el funcionamiento de los pulmones, y entre 50 y 100 de clorhidrato de potasio para provocar un paro cardiaco. Aparte, a dicha cantidad habrá que añadir el costo que implica la presencia en ese pabellón de tres médicos, ya que uno es el que aplica la dosis letal al condenado a muerto pero nadie de ellos conoce quién la porta, ya que la ética de un especialista en medicina versa en torno a preservar la vida, no a quitarla. Además de una enfermera que se encarga de supervisar el proceso. A la factura habría que añadirle también el costo derivado del proceso legal que condena a un preso a la muerte, normalmente un 48 por ciento más caro que una sentencia a cadena perpetua.
Una sentencia a muerte puede llegar a costar, según consta en los archivos del departamento del tesoro de Texas, entre el 1.5 y 2 millones de dólares, mientras que sin la sombra de la pena capital un juicio oscila entre los 47 mil y los 70 mil dólares. Al hablar de condena a muerte, los costos se disparan y una apelación vale más de lo normal, y por supuesto, la minuta de los abogados encargados de llevar los casos puede llegar a triplicarse.

LA CONDENA
El mexicano tiene programada la aplicación de la inyección letal para 5 de agosto 
* José Ernesto Medellín Rojas fue condenado a la pena capital en 1994, acusado de participar un año antes en la violación y asesinato de dos menores de edad en Houston, Texas. 
* De acuerdo con la oficina de la fiscalía general de Texas, Elizabeth Peña, de 16 años de edad, y su acompañante, Jennifer Ertman, de 14 años, caminaban a sus hogares cuando se encontraron con una pandilla en un ritual de iniciación. 
* Medellín y los integrantes de la banda violaron, golpearon y estrangularon a las dos adolescentes, a tal grado que cuando sus cuerpos fueron encontrados sólo pudieron ser identificados por los registros dentales.