'Katrina': Memorias de una pesadilla
08 noviembre 2015
"Hace cinco años, uno de los peores huracanes que haya impactado a EU dejó a Nueva Orleáns sumida en el agua... y el caos"
WASHINGTON (UNIV)._ Hace cinco años, el huracán "Katrina" llegó como el dedo de Dios sobre la ciudad de Nueva Orleáns.La miseria escondida bajo la alfombra del sueño americano quedó al descubierto bajo rachas de viento que alcanzaron los 280 kilómetros y olas de casi 8 metros de altura.
El caos y la destrucción que dejó "Katrina" a su paso evidenció, ante la mirada atónita de la comunidad internacional, el abismo que aún existe entre el norte y el sur de Estados Unidos. Por primera vez, la mano de la naturaleza descobijaba la realidad de un estado como Louisiana, donde una inmensa mayoría de estadounidenses se enteraron, por primera vez, que 80 por ciento de la población era negra y que 40 por ciento vivía en el umbral de la pobreza.
Desde el 23 de agosto y durante varias semanas, Nueva Orleáns se convirtió en tierra de nadie. La explosiva combinación de un huracán de categoría cinco y la ausencia de un Estado que tardó demasiado en reaccionar desató una orgía de sangre y destrucción que dejó tras de sí más de un millón y medio de desplazados y una montaña de mil 836 cadáveres, en su mayoría ancianos abandonados a su suerte en hospitales que colapsaron ante la falta de energía eléctrica y de personal médico. Familias enteras murieron desesperadas bajo las aguas, ante la falta de un plan de desalojo.
Robos, asesinatos y violaciones
Otros cayeron víctimas de robos, asesinatos y violaciones. Sus cuerpos, hinchados y malolientes, flotaron durante días sobre las aguas infestadas de basura y sustancias tóxicas.
Las imágenes de todas esas víctimas vuelven estos días a la memoria de quienes, ya sea como periodistas, militares, voluntarios o como aterrorizados agentes de seguros, coincidimos en la cobertura de aquella tragedia.
"Nunca podremos olvidar lo que ocurrió en esos horribles días, donde la anarquía se apoderó de las calles en una de las más importantes ciudades de Estados Unidos", aseguró esta misma semana el Alcalde de Nueva Orleáns, Mitch Landrieu, en un encuentro con los periodistas que cubrimos aquella tragedia.
"El Gobierno nos falló y miles de personas sufrieron las consecuencias. Es un momento que nunca deberíamos olvidar y nunca se tendría que repetir", añadió Landrieu, el hombre que relevó en el cargo a Ray Nagin, el Alcalde que tuvo el valor de denunciar la inacción del Gobierno federal de George W. Bush y la negligencia de los responsables de la Agencia Federal para el Manejo de Emergencias, FEMA, durante una crisis que dejó al descubierto lo peor y lo mejor de una nación enferma de desigualdad.
En el block de apuntes que conservo de aquellas fatídicas jornadas, rescato los testimonios de aquellas personas que fueron abandonadas a su suerte. Como Bob Rue, el ingenioso comerciante de alfombras que encontró una original forma de evitar convertirse en una víctima más de los saqueos nocturnos.
Para evitar que su negocio se sumara a la lista de comercios desvalijados, Bob desplegó un enorme letrero a las puertas de su local con la siguiente leyenda: "Ni se les ocurra. Duermo adentro con un enorme perro, una mujer fea, dos pistolas y un enorme martillo".
Pocos días después de que se restableciese la normalidad, bajo la mirada vigilante de más de 3 mil 500 miembros de la Guardia Nacional, Bob me confesó que, en realidad, nunca había tenido una esposa fea, ni el enorme martillo con el que amenazó a los saqueadores.
En mi cuaderno guardo también el testimonio de Tabhita N., una mujer menuda de 50 años. De rostro oscuro y anguloso, Tabhita me contó la pesadilla que vivió en el estadio Superdome, en donde buscaron refugio casi 30 mil personas que carecían de los medios para dejar la ciudad.
"¿Por qué Dios permite esto?"
Durante su estancia en ese estadio, donde la locura y la violencia alcanzó grados inhumanos, Tabhita contempló cómo violaban a una de sus hijas y como le robaban sus escasas pertenencias.
"No sé por qué Dios permite que pasen estas cosas ", me dijo mientras se acariciaba el cabello y trataba de mantener a su prole cerca de sus enaguas.
A la tragedia de personas como Tabhita contribuyó una fuerza policial que, en medio de una de las peores tragedias de que se tenga memoria en la historia de Estados Unidos, abandonó el deber y salió huyendo, dejando atrás una ciudad que vivió casi dos semanas de robos, asesinatos, violaciones y violencia desenfrenada antes de que las autoridades federales ejercieran cierto control.
Cinco años después de esa tragedia, el cuerpo policial de Nueva Orleáns sigue sin redimirse ante sus ciudadanos. Y ese cáncer de corrupción que agudizó aquellas jornadas de crimen y delincuencia aún sigue sin extirparse del todo.
Pero el pecado mayor, el acto criminal que abrió las compuertas de una inundación que dejó a Nueva Orleáns bajo el caos y la destrucción, fue la negligencia del Gobierno federal para reforzar los diques que resguardan a la ciudad de las aguas del Golfo de México, del río Mississippi y del Lago Pontchartain.
Durante los días en los que Nueva Orleáns quedó literalmente bajo el agua, algunos vecinos no dudaron en alzar su voz para denunciar ese acto criminal de omisión y negligencia.
"Ya es demasiado tarde. Deberían haber aprobado los fondos en junio de 2004, cuando se les solicitaron para reforzar a los diques. Pero prefirieron utilizarlos para financiar la guerra en Iraq. El señor Bush y el señor Cheney no tienen vergüenza", me dijo en aquel entonces Mike Simmons, un jubilado con el que pude platicar mientras se preparaba para ser desalojado con sus escasas pertenencias en una solitaria esquina, en los aledaños del Centro de Convenciones.
Realizan misa simbólica
CHALMETTE, Luisiana (AP) ._ Cientos de personas que perdieron algún ser querido depositaron notas, tarjetas y cartas, varias salpicadas con lágrimas, en un féretro gris de acero, durante un funeral simbólico del huracán "Katrina" que tuvo lugar ayer.
Una carta que escribió un niño con un crayón rojo decía: "Vete de nosotros''. Otra nota recordaba a una de las mil 800 víctimas de Katrina: "R.I.P. Gloria, te amaré siempre''.
El ataúd, con su carga de ira, pena y frustración, fue enterrado después bajo la lluvia y un cielo oscuro, adecuado para la ocasión, mientras los asistentes al acto se cubrían con sombrillas.
La iglesia donde se ofició la misa, la de Nuestra Señora del Socorro, quedó inundada hace cinco años al igual que todos, salvo dos inmuebles, de la parroquia de St. Bernard.
LA TRAGEDIA
El huracán "Katrina" fue uno de los ciclones tropicales más mortíferos, destructivos y costosos que haya impactado a Estados Unidos en décadas.
- "Katrina" formó parte de la Temporada de huracanes en el Atlántico de 2005. Fue la tercera tormenta más poderosa de la temporada.
- Fue un gran ciclón tropical que azotó el sur y el centro de los Estados Unidos en agosto de 2005. Produjo grandes destrozos en Florida, Bahamas, Luisiana y Misisipi, incluyendo cuantiosos daños materiales y graves inundaciones.
- Tocó tierra en la costa de Luisiana el 29 de agosto convertido en un huracán categoría 3, y a pesar de que en el último momento se desvió ligeramente de su ruta, que atravesaba directamente la ciudad de Nueva Orleáns, se produjo una gran devastación en la misma y en zonas cercanas.
- Por los daños producidos, se convirtió en uno de los huracanes más devastadores en Estados Unidos en la historia reciente, y quizás sea el mayor desastre natural en la historia de ese país.
- Se estima que el "Katrina" causó daños materiales por 75 mil millones de dólares estadounidenses, convirtiéndose en el huracán más costoso en la historia de los Estados Unidos; la tormenta causó la muerte a mil 836 personas, convirtiéndose en el huracán más mortífero de Estados Unidos desde el Huracán Okeechobee de 1928.