Pierden elefantes su propia feria en la India
"Loros que leen la suerte, elefantes que desfilan, caballos que hacen suertes, aves raras y chicas que bailan en escenarios cercados con alambre de púas"
SONEPUR, India (AP)._ Loros que leen la suerte, elefantes que desfilan, caballos que hacen suertes, aves raras y chicas que bailan en escenarios cercados con alambre de púas.
Los organizadores del festival de Sonepur Mela tienen el deseo de que ahí haya algo atractivo para cualquier persona, pero admiten que les cuesta trabajo revivir una feria afectada por la prohibición para vender elefantes y las cambiantes realidades económicas del país.
En el pasado, el festival atraía a cientos de elefantes y cientos de miles de personas que deseaban ver a los animales, que en este país son venerados como la encarnación terrenal del dios hindú Ganesh, bañarse en el río o hacer trucos para entretener a las multitudes.
Pero la prohibición de comprar y vender elefantes, vigente desde 2003, ha provocado que los propietarios tengan poco interés en llevar a sus ejemplares a la feria. Los compradores de ganado ahora usan teléfonos móviles y hacen negocios por internet, por lo que ya no acuden a este mercado que se realiza en las márgenes del Río Ganges en Bihar, uno de los estados más pobres de la India.
"Esta es nuestra tradición cultural india. Este festival no tiene paralelo, no podemos abandonarlo", dijo Rahul, un funcionario local que sólo tiene un nombre y está a cargo de actividades de entretenimiento entre las que hay un mercado de aves exóticas, conciertos de música folclórica, cientos de puestos de comida y ocho escenarios cercados en los que se contonean chicas fuertemente maquilladas y vestidas con coloridas prendas ajustables.
Por tamaño, el festival opaca al famoso mercado de camellos Pushkar, de Rajasthan. Por tema se cree que es el festival de compraventa de elefantes más grande del mundo y se encuentra en el sitio donde la mitología indica que ocurrió una batalla en la cual el dios hindú Vishnu ayudó a un elefante a derrotar a un cocodrilo.
El dinámico comercio de elefantes hacía que leñadores, oficiales de las fuerzas armadas y administradores de templos acudieran a comprar.
Este año aún se aprecia a decenas de elefantes pero, técnicamente, sólo están en exhibición, aunque "alguien puede regalar un elefante", señala Rahul.
Aunque tal vez los mejores días de este festival hayan pasado, el gobierno y compañías privadas en conjunto gastaron más de 222 mil dólares para su realización, en la que se desplegaron más de mil policías.
Se estima que unas 10 mil personas acudieron diariamente al festival.