Bateando 500

David Cristóbal Álvarez Bernal
03 marzo 2021

Una de las denuncias por faltas administrativas presentadas ante el Órgano Interno de Control del Ayuntamiento local (OIC), es contra el actual director de la Dirección de Planeación y Desarrollo Urbano Sustentable (DPDUS).

Ya se había presentado otra contra un ex director de la DPDUS, la que por cierto fue estimada fundada y los hechos denunciados se calificaron como faltas administrativas y a estas alturas ya debió ser sancionado.

Las faltas administrativas contra el actual director de la DPDUS se apoyan en hechos muy sencillos. Se le imputa la expedición de dictámenes de uso de suelo y permisos de construcción que violan el Plan Director de Desarrollo Urbano (PDDU) y el Reglamento de Construcción de Mazatlán (RCM).

También se le acusa de ser omiso en el cumplimiento de los deberes de vigilancia que le impone el RCM y de permitir que se lleve a cabo la construcción de edificios de departamentos, a pesar de que, entre otras fallas, no cuentan con los cajones mínimos de estacionamiento que exige el propio RCM y permitir además la construcción de más niveles o pisos que los autorizados.

En la investigación de los hechos denunciados como faltas administrativas, se ha descubierto algo impresionante y que pinta de cuerpo entero a la actual DPDUS.

En un poco más del 50 por ciento de los dictámenes de uso de suelo y permisos de construcción revisados al azar (y fueron muchos), se encontró que los hechos denunciados efectivamente eran verdaderos.

Sencillamente, al revisar los expedientes que la DPDUS abrió por los diversos edificios de departamento para los que entregó permisos de construcción, y al llevar a cabo una visita física a tales edificios, se encontró que la DPDUS ha permitido la construcción de más niveles o pisos de los autorizados y que faltan más o menos entre un 60 por ciento y un 70 por ciento del número de cajones de estacionamiento mínimos que deberían existir.

Para que se de una idea. Hay edificios en donde solo se permiten tres niveles o pisos, y se ha permitido que se construyan cuatro o cinco.

Hay edificios de departamentos en donde deben existir al menos tres cajones de estacionamiento por cada departamento y solo existe uno por departamento.

Por ejemplo, se han construido condominios que cuentan con 10 departamentos y que por tanto deberían tener 30 cajones de estacionamiento, ¡pero solo existen 10! O sea, ¡faltan nada más 20 cajones de estacionamiento!

Ahora saque las cuentas en edificios con 50 departamentos, que deberían tener 150 cajones de estacionamiento, pero solo tienen 50. No hay que ser tan delicados hombre, solo les faltan 100 cajones de estacionamiento.

Por cierto, hay que reconocer que existen desarrolladores inmobiliarios que hacen bien las cosas y cuidan que sus desarrollos respeten el número mínimo de cajones de estacionamiento, número máximo de niveles y, en general, que se respete el RCM y el PDDU.

Sin embargo, hay otros desarrolladores inmobiliarios, perfectamente identificados por sus propios colegas, que se han encargado de darle mala fama a su gremio, construyendo ilegalmente. Estos son los que han fomentado la corrupción de las últimas administraciones municipales que se ha apoderado de la DPDUS.

Obviamente que el director de la DPDUS no se manda solo y las irregularidades a que me refiero cuentan con el apoyo del alcalde y de otros de sus secuaces que permanecen en la sombra.

Este alcalde y al menos los dos anteriores, descubrieron una mina de oro en la expedición de permisos de construcción ilegales y, dicen las malas lenguas, que hasta fijaron sus tarifas ya sea en efectivo o en especie (aceptan uno o dos departamentos) y exigen que la obra se asigne a su Director Responsable de Obra (DRO) favorito quien, aprovechando la recta, cobra lo que quiere.

Es probable que, antes de que termine el año, el actual director de la DPDUS será fuertemente sancionado, pero eso no quedara ahí, el pobre muchacho no tiene la menor idea de que además pudiera estar cometiendo un delito, por lo que el problema no se quedará en ser multado o inhabilitado, sino que puede terminar en la cárcel.

La cuerda siempre se rompe por lo más delgado, y lo más delgado es el actual director de la DPDUS. Espero que este ahorrando dinero para poder pagar su defensa, porque va a necesitarlo.

Las investigaciones del OIC y de la SP no dejan lugar a dudas. Más del 50 por ciento de los expedientes revisados a la DPDUS revelan las irregularidades que fueron denunciadas. O sea que, si fuera beisbolista, este amigo estaría bateando arriba de 500, ¿Qué tal?