Brayan y Jesús, dos bomberos que viven la paternidad entre llamas
Los integrantes del Cuerpo de Bomberos Voluntarios de Mazatlán comparten cómo ser padres ha transformado su forma de servir y vivir la vida
MAZATLÁN._ El calor no solo se siente en las llamas que les toca enfrentar en cada jornada, sino también arde en el pecho de Brayan Olivares Díaz y Jesús Gallardo Lizárraga, cuando, tras largas jornadas, llegan a casa y reciben el abrazo más reconfortante de todos: el de sus hijos.
En el marco del Día del Padre, sus historias recuerdan que la paternidad tiene una infinidad de recompensas y esta se puede vivir entre sirenas, trajes ignífugos y una noble vocación para servir a la sociedad.
Brayan y Jesús forman parte del Cuerpo de Bomberos Voluntarios de Mazatlán, y aunque comparten la adrenalina del servicio de emergencia y noches sin dormir, también comparten la experiencia de ser padres jóvenes y comprometidos.
Tanto el ser padre como ser bombero, son dos actividades que requieren una gran exigencia, por lo que Brayan, padre de Camilia de 4 años, reconoce que es una labor complicada al momento de querer llevar un equilibrio entre ambas partes.
“Es un poco complicado porque si sabes que te estás perdiendo algunos momentos esenciales de tu hija en su etapa de crecimiento, pero a la vez, sientes que vas a ser un orgullo para ella al demostrarle que estás ejerciendo y sabes que lo que haces es muy gratificante”, comentó.
La vocación de ser bombero es un acto de entrega total y que demanda mucho tiempo, además de temple, concentración, fuerza física, valentía y empatía, pero para Jesús, es una labor que sirve como ejemplo para sus hijos Víctor y Jesús, razón por la que considera que vale la pena seguir sirviendo a este grupo.
“Al momento de no estar con ellos en ciertas ocasiones y que al día siguiente me preguntan cómo me fue o qué hice en todo el día, nos inspira demasiado para seguir en nuestra labor”, expresó Jesús.
Para ambos, la experiencia de la paternidad ha sido un factor importante para poder tener una perspectiva completamente diferente al momento de ejercer su trabajo y acudir a una emergencia o servicio, pues ahora lo hacen sabiendo que hay esperando su regreso a casa.
Con 12 años de servicio en esta organización y cuatro como padre, Brayan ha podido sentir ese cambio de perspectiva en su labor, recordando un servicio que cambió su forma de hacer su trabajo, antes aún de la llegada de Camila.
“Me tocó acudir al incendio de una casa habitación donde, tristemente, falleció toda una familia. En ese momento fue impactante, pero ahora que soy papá, este tipo de situaciones me cambian la mentalidad al 100 por ciento”, dijo.
Aunque la experiencia de Jesús como padre llegó antes que su trabajo de bombero, coincide con su compañero al expresar que desde el momento en que uno asiste a una emergencia, lo hace pensando en que sus hijos y su esposa están en casa en espera de su regreso sano y salvo.
“Cada vez que vamos a una emergencia, lo hacemos con precaución, porque sabemos que alguien nos espera en casa. Ingresamos a los incendios o vamos a los servicios y llevamos cierto riesgo, pero traemos en nuestra mente a nuestra familia”, declaró.
Otro de los aspectos en los que ambos coinciden, es que al momento de ser padre también les ha permitido atender emergencias con mayor empatía y más atención a las personas afectadas por algún siniestro.
“Estamos más en los zapatos de las familias al momento de atender una emergencia, nos hace vivir y sentir lo que ellos están pensando en ese momento y nos hace más humanos con ellos”, expresó Jesús.
“Siendo padre cambia mucho el modo de pensamiento, ahora cambia mucho el semblante y la forma de buscar cómo puedes ayudar a las personas”, complementó Brayan.
La vida familiar en el mundo de los bomberos es a menudo un rompecabezas que no siempre encaja con facilidad, desde guardias de 24 horas, llamados nocturnos, capacitaciones, simulacros y emergencias en días festivos.
Sin embargo, para Jesús y Brayan las recompensas lo superan todo, pues el escuchar de viva voz de sus hijos un “estoy orgulloso de ti” o “cuando crezca, quiero ser bombero como tú”, es un abrazo al corazón que los motiva a seguir adelante.
“La verdad es algo bonito que tus propios hijos te reconozcan lo que haces y ejerces cada día, con el simple hecho de que te digan que voy a ser igual que tu cuando sea grande, es una razón tan inolvidable que puedes tener y no la quieres cambiar”, dijo Brayan.
“El hecho de que quieran replicar nuestras acciones y nos digan que también quieren ser bomberos de grande, me hace sentir orgulloso y siempre hay que inculcarles que estudien porque esto no es nada más ir a apagar incendios, también es prepararse y estar con el libro y es muy bonito ser el ejemplo”, añadió Jesús.
Para Jesús y Brayan, la disciplina, solidaridad, trabajo en equipo y respeto por la vida, son valores que día a día se respiran al ejercer su labor, pero que también han sabido replicar en su hogar, pues ambos tienen claro que su ejemplo es el mejor legado que pueden dejar a sus hijos.
Por tal motivo, este Día del Padre, reconocen como el haberse convertido en padre ha significado un paso importante en sus vidas, pues en su forma de pensar como de actuar ha cambiado para el resto de sus vidas.
“Es un sentimiento muy bonito el saber que tienes a tu familia y que cuando llegas a casa estresado, tienes un espacio que te puede solucionar un problema en cuestión de minutos con tan solo que tu hija me pregunte cómo me fue o cómo me siento y saber que ella vea lo que hago, lo es todo”, compartió Brayan.
“Para mí fue un cambio lleno de aprendizaje que me llegan todos los días, donde tratamos de replicar siempre lo que hemos aprendido de nuestros padres y hermanos para llevar una buena sintonía y armonía. Siento que la mejor recompensa de un día laboral es llegar a casa y tener un abrazo con nuestros hijos”, expresó Jesús.
En lo que respecta a la celebración para este día, de nueva cuenta Brayan y Jesús coinciden en el estilo de festejarlo, donde una reunión con la familia más cercana se vuelve el escenario perfecto para convivir y divertirse.
“Hay veces que hacemos reunión familiar con los más cercanos, mi hermano que también es papá y también me ha tocado trabajar el Día del Padre aquí, pero mi familia viene, mi hija y mi esposa par que no pase desapercibido el día y lo disfrutamos juntos”, dijo Brayan.
“Nosotros procuramos tener una pequeña convivencia en nuestra pequeña familia donde los niños nos obsequian detalles como una carta o un abrazo, que para nosotros significan demasiado y es lo mejor que nos pueden regalar”, externó Jesús.
De esta forma, en las filas del Cuerpo de Bomberos Voluntarios de Mazatlán se cuenta con elementos que saben que su uniforme se llena de hollín, sudor y humo, pero también de orgullo, amor y sentido, porque el ser bombero es un honor, pero ser padre, es la única llama que Jesús y Brayan piensan apagar.
BOMBEROS
Brayan Olivares Díaz
Hija: Camila Olivares Delgado (4 años de edad)
Esposa: Silvia Delgado Castellón
Jesús Gallardo Lizárraga
Hijos: Víctor Gallardo Bastidas (9 años de edad) y Jesús Gallardo Bastidas (7 años de edad)
Esposa: Dora Aleida Bastidas Sánchez