El salón de la fama de 'El Cuchupetas': un singular platillo de pluralidad política

Sibely Cañedo
11 abril 2018

"Manuel Sánchez Villalpando ha tejido, a partir de sus platillos relacionados con diferentes personajes de la vida pública del País"

Entrar a este lugar es como tirarse un clavado en el tiempo, pero al mismo tiempo es entrar a una extraña dimensión donde la pluralidad política se sirve en un platillo de camarón con pulpo. Es el restaurante de "El Cuchupetas", que por allá en 1987 inició como una marisquería de una sola mesa en Villa Unión, una comunidad que —aunque parece una tierra aparte— forma parte del municipio de Mazatlán. Hoy tiene más de cincuenta mesas y un delicioso menú que incluye los productos más codiciados de los mares.

El restaurante debe su nombre a su propietario, Manuel Sánchez Villalpando, quien se ha popularizado primero como "El Cuchu", cuando quedó chueco de una mano, mote al que después se le agregó el "Petas" (por las guarapetas que dicen se ponía).

Además de su sazón marismeño, su don de gentes le ha dado fama no sólo entre los ciudadanos de a pie, los jornaleros de su pueblo o sus paisanos, sino entre los más encumbrados seres de los negocios, el arte, el deporte y la política. No le importan las ideologías ni los colores partidistas. Todos son sus amigos: de la derecha a la izquierda. Y para demostrarlo tiene su salón de la fama personal. Las fotografías no lo dejan de mentir.

Con actitud de camaradería, relató a Noroseste la historia de cada una de esas imágenes, donde aparece junto a quienes han ocupado la silla presidencial: Vicente Fox, Felipe Calderón, Enrique Peña Nieto. Y también con los que aspieran a llegar. Allí está la foto abrazando a un más joven Pepe Meade, y otra con el morenista Andrés Manuel López Obrador.

Hace unos días, dijo que era amigo Carlos Salinas de Gortari. También enseñó la gráfica, al parecer captada en un rincón de la casa del ex presidente. Presidentes de la República, gobernadores y alcaldes han se han deleitado en su restaurante. Allí está el tres veces alcalde de Mazatlán, Alejandro Higuera, con pelo negro y rostro rozagante.

Aunque eso no quita que los mandatarios lo hagan llegar hasta sus residencias en el lugar donde se encuentren para ofrecerles un banquete a base de lo que él sabe preparar: callos de hacha, aguachile, pescado zarandeado, ostiones ahumados, camarones “Cuchupetas”...

De entre las celebridades de la música que forman parte de su colección de amigos, se puede mencionar al extinto cantautor José Ángel Espinosa “Ferrusquilla”, los integrantes de la Banda El Recodo y Alejandro Fernández. También se encuentran en su salón de la fama personal, al igual que la gloria boxística Julio César Chávez, que luce conservado por la magia de la cámara.

Pero uno de sus recuerdos favoritos es de hace seis años. “De las veces en que me han mandado llamar del Estado Mayor a llevar platillos al aeropuerto (de Mazatlán)”, recordó don Manuel.

“Me quise dar ese gusto. No es el avión nuevo, ese ya lo vendieron, pedí permiso y me lo dieron”, relata, mientras muestra su figura descendiendo de la escalinata del avión presidencial. Una memoria enmarcada en un cuadro. Eran tiempos de Calderón.

De tanto convivir con celebridades se ha convertido en una: ya no hay un solo cliente que se vaya del “Cuchupetas” sin tomarse la foto obligada con su propietario, quien no se da abasto ante los reclamos de la lente y de sus numerosos amigos.