HISTORIAS DE CARNAVAL: El último Carnaval de un capo

Noroeste/Redacción
19 enero 2018

"Como si se tratara de una película, un Domingo de Carnaval se desató un tiroteo donde cayó muerto Ramón Arellano Félix"

Era Domingo de Carnaval, 10 de febrero de 2002, todavía por la mañana, el puerto se alistaba para el desfile, mientras un grupo de hombres armados recorría las calles de la Zona Dorada.

El líder del grupo de gatilleros del Cártel de los Hermanos Arellano Félix, Ramón Arellano Félix, junto con varios de sus hombres, arribó a Mazatlán desde el 5 de febrero, presuntamente con el objetivo de asesinar a Ismael "El Mayo" Zambada García, uno de los históricos cabecillas del Cártel de Sinaloa, quien se encontraba en este puerto para disfrutar de las fiestas carnestolendas.

La mañana del 10 de febrero, domingo de Carnaval, Ramón Arellano, quien viajaba en un automóvil Volkswagen, sedán, blanco, un “vochito”, fue interceptado junto con sus hombres por elementos ministeriales que habían llegado a reforzar la seguridad de la fiestas.

Al tratar de huir hacia el interior de un hotel donde presuntamente se hospedaban, se registró un enfrentamiento a balazos, cayendo muertos sobre la banqueta de la calle Bugambilia el policía ministerial Antonio Arias y uno de los hombres armados, a quien se le encontró una credencial que resultó ser apócrifa de la Procuraduría General de la República, a nombre de Jorge Pérez López.

Otro de los gatilleros herido fue llevado a un hospital particular donde momentos después murió.

A este hombre también se le encontró una credencial apócrifa de la PGR, a nombre de Héctor Solórzano.

Instantes después, en el cuarto de un hotel cercano al lugar de los enfrentamientos, fueron detenidos otros dos presuntos gatilleros de los Arellano Félix, uno de los cuales dijo ser Manuel López López, de 26 años, con domicilio en Chulavista, California, Estados Unidos, integrante de la famosa pandilla del Barrio Logan, de San Diego, cuna de los sicarios al servicio del Cartel de los Hermanos Arellano Félix.

El segundo de los detenidos fue identificado como Marcos Assemat Hernández, ex agente de la Policía Federal de Caminos.

Además fue capturado el elemento activo de esa misma corporación federal, Sergio Reyes, destacamentado en La Cruz, Elota, quien llegó al lugar de los enfrentamientos presuntamente para ayudar a retirarse del sitio a su amigo el ex agente Assemat Hernández.

Hasta ese momento nadie sabía que uno de los muertos en el enfrentamiento era uno de los capos más perseguidos en México.

Días después, el entonces Procurador General de la República, Rafael Macedo de la Concha, informó que los cadáveres fueron cremados y recogidos por sus familiares.

 

Da Noroeste la primicia

Fue el 22 de febrero, cuando Noroeste dio la primicia nacional e internacional de que el supuesto elemento de la PGR que murió al disparar al mismo tiempo al policía ministerial Antonio Arias, era en realidad Ramón Arellano Félix, alias "Colores".

Las autoridades también informaron que el otro gatillero muerto, que portaba credencial apócrifa de la PGR, a nombre de Héctor Solórzano, era en realidad Efraín Quintero Carrizoza, alias "El Hitler", a quien se le atribuía la masacre de 12 personas, ocurrida el 14 de febrero del 2001 en el poblado de El Limoncito de Alayá, en el municipio de Cosalá.

En el lugar del enfrentamiento donde murió Ramón Arellano fue encontrada un arma de fuego que se utilizó para asesinar en noviembre del 2001, en el Fraccionamiento El Cid, en este puerto, a los Magistrados Benito Andrade Ibarra y Jesús Ayala Montenegro, y la esposa del primero, María del Carmen Cervantes Andrade..

Días antes, el 9 de noviembre del 2001, el Magistrado Ayala Montenegro resolvió no tener competencia para conocer de un juicio de amparo que promovió a través de su defensa Francisco Rafael Arellano Félix, para que le dieran por compurgada ya la pena por la que estaba preso en el penal de máxima seguridad de Almoloya de Juárez, hoy de El Altiplano, en el estado de México, argumentando que esa era facultad del Órgano Desconcentrado de Preevención y Readaptación Social Federal.

Francisco Rafael Arellano Félix, propietario de la que fue la discoteca Frankie Oh, había sido detenido en 1993, en Tijuana, y sentenciado a 10 años de prisión al ser encontrado culpable de los delitos contra la salud, cohecho y portación de armas de fuego.

Tras purgar dicha apena, el 16 de marzo del 2006 fue extraditado a Estados Unidos y sentenciado a seis años de prisión, el 15 de octubre del 2007, tras haberse declarado culpable de venta de cocaína a un agente encubierto en 1980.

El 4 de marzo del 2008 las autoridades estadounidenses le otorgaron la libertad y lo repatriaron a México.

Francisco Rafael Arellano Félix fue asesinado a balazos el 18 de octubre del 2013 por un hombre disfrazado de payaso en una fiesta infantil, en un salón del Hotel Montebella, en Los Cabos, Baja California Sur.

Al momento de su captura por elementos del Ejército en Puebla, el 9 de marzo del 2002, el otro líder del Cártel de Tijuana o de los Hermanos Arellano Félix, Benjamín Arellano Félix, también confirmó a sus captores que uno de los hombre que murió en el enfrentamiento del 10 de febrero de ese mismo año en la Zona Dorada de Mazatlán, en domingo de Carnaval, era su hermano Ramón Arellano Félix.

 

Masacre un Martes de Carnaval

Un total de seis personas muertas y más de 21 heridas, dejó un ataque a balazos que se registró durante las primeras horas del 8 de marzo de 2011, martes de Carnaval, en el estacionamiento de la discoteca Antares, ubicada en la Avenida del Mar, momentos después de que en ese lugar había concluido la presentación de Gerardo Ortiz, un conocido cantante de corridos.

Entre las víctimas mortales fue identificado el músico Alberto Lizárraga, nieto de don Cruz Lizárraga, fundador de la Banda El Recodo.

De acuerdo con lo que informaron públicamente las autoridades en ese entonces, tras la presentación de Gerardo Ortiz en dicha discoteca ubicada en el paseo costero, entre las avenidas Rafael Buelna e Insurgentes, el estacionamiento del inmueble fue habilitado con mesas y sillas donde varios jóvenes que salieron del baile seguían el festejo ingiriendo bebidas alcohólicas.

Momentos después a bordo de dos camionetas, una blanca y una negra, al lugar arribó un grupo de hombres encapuchados y provistos con armas de fuego largas, y tras descender comenzaron el ataque contra las personas que ahí convivían, privando de la vida ahí a un músico y a quien se dijo en ese entonces que era un empresario propietario de un restaurante de mariscos.

Los heridos fueron trasladados a hospitales primero por sus acompañantes que resultaron ilesos y después al lugar llegaron paramédicos de diferentes instituciones para sumarse a esa tarea, algunos de los cuales fallecieron posteriormente como fue el caso del músico Alberto Lizarraga.

En total, el ataque dejó seis personas muertas y más de 21 heridas, sin que se haya realizado la captura de los responsables..