José desgastó su vista como soldador y ahora sobrevive con música de Pedro Infante

Antonio Olazábal
15 diciembre 2022

El adulto mayor se encuentra en las tardes en el monumento a Pedro Infante, compartiendo música para todos los turistas que contemplan la estatua al cantautor mexicano

Durante buena parte de su vida, José Juárez Vázquez se dedicó a la herrería, sin embargo, desde el 2013 comenzó a ganarse el sustento cantando canciones de Pedro Infante en el monumento al cantautor mexicano en Olas Altas, en Mazatlán.

José siempre trae una bocina de color azul colgada al cuello, lleva unos lentes negros y un sombrero que lo protege del sol. Canta los temas de Pedro Infante, aunque reconoce que a veces también entona música de otros intérpretes mexicanos tradicionales.

“Yo soy de Durango, vengo en diciembre, a finales del mes me voy, y regreso hasta el Carnaval temporalmente. Vengo por temporadas, ya tengo desde el 2013 para acá... canto de Pedro Infante, de Javier Solís, José Alfredo Jiménez, Joan Sebastián”, comparte.

Él no es de Mazatlán, y su vida en el puerto es un tanto precaria, renta un cuarto solo para dormir en él, señala que en varias ocasiones lo han robado, pero de igual manera, reconoce que ama Mazatlán y cantar para la gente.

“Ahorita me estoy quedando ahí por ‘los monos bichis’, ahí me cobran 100 pesos un cuartito ahí, pero no puedo dejar nada seguro ahí, llego, pago y me quedo ahí, me duermo, y al otro día tengo que sacar mis maletas”, menciona.

Sobre su vida, recuerda que él siempre se dedicó a la carrocería, trabajos de soldadura, pero cuando su vista ya no pudo más, primero intentó vender paletas, luego decidió cantar para quienes visitaran el monumento a Pedro Infante.

“Yo antes era carrocero, carrocería y pintura, laminador, pero tuve problemas en la vista, veo poco, pero los rayos de la soldadura me hacían daño, luego el polvo y todo eso, duré mucho tiempo trabajando en eso y ya me sentía mal, luego empecé a vender paletas, aquí mismo, y ya después compré una bocina y empecé a cantar”, menciona.

José acepta que no gana tan bien, pero al menos le alcanza para sobrevivir, comparte que Mazatlán hoy lo ve muy diferente a como estaba hace más de 50 años, cuando era más un puerto pesquero que turístico.

“Para los gastos sale, la gente me trata bien, veo mucha aceptación gracias a Dios, mucha gente sí me acepta, me echa la mano, les canta uno, a lo mejor no traen dinero, pero se van felices”, menciona.

“Mazatlán lo conozco desde el 69, y lo veo ahora muy cambiado, con más turismo, antes había mucha pesca y eso, ya todo es más turismo”, agrega.