La tierra de los 11 ríos, bajo alerta
"El uso intensivo de las cuencas hidrológicas ha hecho que se presenten los primeros signos de agotamiento del vital líquido en Sinaloa; se suman el vertimiento de agrotóxicos y químicos de la minería"
En la tierra de los 11 ríos se presentan los primeros signos de agotamiento del agua.
En Sinaloa, la disponibilidad del recurso hídrico es baja porque el 94 por ciento se destina a la agricultura, lo que obliga a hacer más eficiente el uso del vital líquido en esta actividad, advierte Sandra Guido Sánchez, directora ejecutiva de Conselva, en el marco del Día Mundial del Agua.
Como importante productor de alimentos, Sinaloa ha desarrollado desde la década de 1940 una gran red de infraetructura hidráulica, con la construcción de presas y canales de riego que han hecho detonar la economía de manera exponencial, en los valles agrícolas del centro y norte del estado.
Con el paso del tiempo, al desarrollarse la pesca, la acuacultura y el turismo, prácticamente toda la economía sinaloense depende del agua, así como el 66 por ciento de los empleos, según un estudio de esta organización civil.
Ahora se padecen las primeras consecuencias del uso intensivo de las cuencas.
“Sinaloa ha sido muy exitoso en la explotación de sus recursos hídricos para la generación de riqueza, pero se han encendido los focos amarillos”, alerta la activista.
De acuerdo con la Comisión Nacional del Agua, cita, tres acuíferos se encuentran sobreexplotados: Mocorito, Culiacán y Las Cañas.
Esto significa, detalla, que ya no es factible autorizar más concesiones para la captación de agua y que, en teoría, se debería contar con una política pública para restablecer la disponibilidad del líquido.
Por otro lado, hay al menos dos ríos “vedados”: Las Cañas, situado en los límites de Nayarit y Sinaloa, y el río Évora, en Mocorito, donde se encuentra prohibido abrir nuevos pozos.
En el ciclo del agua no sólo interviene la cantidad de lluvia, sino toda una serie de procesos que ocurren en el camino que recorre el agua hacia el mar, atravesando valles y costas. En este lapso, el territorio absorbe el agua para la formación de los acuíferos, pero esto depende de la calidad del suelo y de la vegetación, la cual retiene la lluvia, provocando un fenómeno que se llama “lluvia efectiva”.
En estos momentos, la compactación del suelo y la deforestación hacen que el agua no sea aprovechada de manera óptima.
Las presas no producen agua, sólo la almacenan
Sinaloa cuenta con 12 grandes represas que detienen el cauce de sus ríos, y actualmente en proyecto se encuentra la presa Santa María sobre el cauce del río Baluarte, en Rosario.
Sin embargo, esta infraestructura cuenta con una antigüedad de hasta 60 años, y enfrenta retos como el azolvamiento y los efectos del cambio climático que provocan un aumento en la evaporación.
Tan sólo en la presa Picachos (la más reciente), según monitoreo de Conselva, la deforestación en toda la zona circundante ha hecho que las microcuencas provoquen vertimientos hacia el embalse, disminuyendo en 3 por ciento su capacidad de almacenamiento en el periodo 2008-2012.
“Las presas no producen agua, sólo almacenan”, apunta Guido.
Agrega que los patrones de precipitaciones pluviales son impredecibles, por lo tanto, es difícil garantizar el abasto de agua.
Es el río Fuerte el que almacena 35 por ciento del agua del estado, regando 300 mil hectáreas (de las cerca de 800 mil que se destinan a la agricultura de riego), señala Víctor Peña Villalobos, secretario de la Asociación de Agricultores del Río Fuerte Sur.
Agrotóxicos: amenaza silenciosa
En un plan de manejo, no sólo se debe tomar en cuenta la cantidad sino la calidad del agua. Uno de los principales riesgos son los agroquímicos tóxicos que se vierten a los cuerpos de agua a través de la agricultura.
Sinaloa es el principal exportador de maíz y tomate, pero entre los costos de esa productividad se encuentra el derrame de 700 toneladas anuales de plaguicidas. Al menos 17 de éstos están clasificados tóxicos por la Organización Mundial de la Salud.
De acuerdo con un estudio de Greenpeace, “estas sustancias no se quedan en el campo donde se aplican, sino que debido a su filtración y arrastre son llevados hasta las lagunas costeras a través de ríos y el sistema de drenes colindantes con los campos de cultivo, generando alteraciones en los ecosistemas desde el campo hasta el mar”.
Adicionalmente, décadas de ganadería extensiva han compactado el suelo, de tal manera, que en varias regiones del estado, una de ellas el sur, la tierra no sea capaz de absorber el agua, intensificando el efecto del estiaje.
La acuacultura se incorporó a partir de los años setenta en las zonas costeras del estado, hoy se halla distribuida de norte a sur, con más de 600 unidades de producción.
Esta actividad representa un impacto a los ecosistemas marinos por el deslizamiento de sustancias utilizadas en los cultivos, como alimento, heces y sustancias químicas.
Señala el especialista Sergio López Machado, de la Facultad de Ciencias del Mar de la UAS: “es necesario trabajar en sistemas de saneamiento eficientes, como los que se hacen a través del uso de consorcios de bacterias”.
Minería: el peligro en el origen de los ríos
Una de las principales preocupaciones de los ambientalistas es la extracción minera en la parte alta de la sierra en Chihuahua y Durango, donde nacen todos los ríos que atraviesan el estado.
Según datos de la Secretaría de Economía, citados por el centro de investigación Fundar, estos dos estados concentran gran parte de las concesiones mineras en el País. Chihuahua con el 8.9 por ciento de su territorio y más de 2 millones 200 mil hectáreas; mientras que Durango tiene concesionado el 17 por ciento de su superficie, con más de 2 millones de hectáreas. Gran parte de estas plantas mineras, dedicadas a la extracción de oro y plata, producen durante sus procesos sustancias tóxicas que van a dar a los ríos.
La empresaria Esperanza Kasuga, consejera del colectivo Voces Unidas por el Agua, manifiesta que es alta incidencia de este tipo de accidentes, como el ocurrido el 11 de marzo de este año en San Dimas, Durango, donde una pipa derramó 200 litros de solución cianurada al río Piaxtla.
Para ella existe la falta de rigor al aplicar las leyes a empresas mineras, muchas de ellas extranjeras, y la falta de vigilancia por parte de las autoridades ambientales.
“Reporta la Profepa que no tiene personal suficiente para cubrir todo el territorio, y generalmente las minas están en la sierra, entonces también por la violencia vemos difícil que puedan subir a inspeccionar”, considera.
Por un nuevo marco legal del agua
Ante todas estas amenazas, organismos de la sociedad civil proponen un nuevo marco legal del agua, que incluya a los actores sociales involucrados, tanto del sector público como privado: agricultores, ganaderos, empresarios, usuarios, científicos y autoridades.
Ante el uso intensivo y no siempre responsable que se ha hecho por parte de las actividades económicas, uno de los temas que más preocupa es el intento de privatizar el agua o fases de su procesamiento.
La advertencia viene de Voces Unidas por el Agua, conformado por académicos y empresarios del sur de Sinaloa, que propone un debate público en la actual coyuntura, en que se discute la aprobación de una nueva Ley General de Aguas en México, donde Sinaloa es un estado clave.
“Sinaloa ha sido muy exitoso en la explotación de sus recursos hídricos para la generación de riqueza, pero se han encendido los focos amarillos”.
Sandra Guido Sánchez
Directora de Conselva, Costas y Comunidades A.C.
¿Desde cuándo se conmemora el Día Mundial del Agua?
El Día Mundial del Agua surgió con el objetivo de crear conciencia sobre la importancia del aprovechamiento del agua en la productividad y el bienestar social de los países. Desde 1993 cada 22 de marzo se conmemora haciendo énfasis en temas relevantes sobre este recurso, a nivel mundial.
Acuíferos sobreexplotados
Mocorito
Geopolíticamente el área que cubre el acuífero comprende prácticamente en su totalidad Angostura, Mocorito y Salvador Alvarado, así como pequeñas porciones de Badiraguato, Guasave, Navolato y Sinaloa.
Culiacán
Geopolíticamente abarca Topia y parcialmente Guanaceví, Tepehuanes, Tamazula y Canelas, en Durango; también cubre parcialmente Guadalupe y Calvo, en Chihuahua, y Badiraguato, Mocorito, Navolato, Culiacán y pequeñas porciones de Cosalá y Angostura, en Sinaloa.
Las Cañas
La cuenca a la que pertenece el acuífero del río Las Cañas se denomina con el mismo nombre (río Las Cañas), abarca el sur de Sinaloa y norte de Nayarit, marcando el límite entre ambos estados.
94%
del recurso hídrico en Sinaloa se destina a la agricultura
35%
del agua de estado proviene del río fuerte
800 mil
hectáreas tiene Sinaloa para las actividades agrícolas
700
toneladas de plaguicidas se usan al año en el campo sinaloense