La venta de raspados ya no es la misma con escuelas vacías, lamenta Mario Islas

Alma Soto
07 abril 2021

Mario Islas Cornejo tiene 70 años y no ha pensado en dejar de trabajar, aunque con la pandemia las ventas cayeron drásticamente

Mario Islas Cornejo está feliz, no solo porque lo vacunaron contra el Covid-19 la semana pasada, sino porque cuando la mayor parte de la población lo haga, las cosas podrán volver a la normalidad y los niños a sus escuelas.

“Mi negocio no es lo mismo sin niños, afuera de esta escuela (primaria Ángela Peralta) les vendía raspados y nieves, ahora doy vueltas por la colonia y vendo muy poco”, confesó.

Mario Islas Cornejo tiene 70 años y no ha pensado en dejar de trabajar, aunque con la pandemia las ventas cayeron drásticamente.

“Yo vendo afuera de la escuela, a la entrada y la salida. Por las calles se vende muy poco, si de perdido se compone poquito esto, aunque no al 100 por ciento, a lo mejor en la próxima temporada ya regresan los niños, es nuestra esperanza que a la entrada o la salida podamos vender, aunque sea poquito”, expresó.

Toda la vida se ha dedicado a vender raspados y nieves, él y su esposa preparan los jarabes de los raspados, hay de vainilla, de fresa, de limón y de chicle, que es el preferido de los niños, quizá por el color azul, que les causa admiración.

Es de Jalisco, pero sus padres reunieron a toda la familia y se mudaron a Mazatlán, él tenía 20 años y nunca regresó a su estado natal. Ya es patasalada, en Mazatlán construyó su propia familia, con su esposa, tres hijas y siete nietos.

Aseguró que, a pesar de su edad, no piensa dejar de trabajar, porque es bueno ganar su propio dinero y no depender de sus hijas, aunque son muy buenas, por ello anhela el día en que el coronavirus sea controlado y las personas puedan hacer vida normal.

Las filas por la vacunación anti Covid-19 que se están formando en la Escuela Ángela Peralta, le revivieron temporalmente su trabajo, aunque deba estar todo el día para poder ganar un poco de dinero.

“Mejor estar aquí, vendiendo poco a poco, que estar dando vueltas y vueltas por la colonia, porque tampoco se vende mucho”, expresó.

Luis Islas Cornejo se vio afectado económicamente por la pandemia de coronavirus, pero su ánimo de seguir luchando por la vida sigue intacto.