Niño de 2 años logra encender motosierra... se libra de accidente mayor

Sheila Arias
09 marzo 2017

"El primer reporte alarmó a médicos del Hospital General que, incluso, se prepararon para recibir a un niño sin una extremidad, así se les informó. Por fortuna no fue así, el menor “libró” un accidente mayor y llegó estable, sólo con heridas en piel y en el tobillo izquierdo"

MAZATLÁN._ El pequeño Jonathan, de apenas 2 años de edad, se salvó de perder su pierna izquierda al accidentarse con una motosierra en la carpintería de su papá.

El primer reporte alarmó a médicos del Hospital General que, incluso, se prepararon para recibir a un niño sin una extremidad, así se les informó. Por fortuna no fue así, el menor “libró” un accidente mayor y llegó estable, sólo con heridas en piel y en el tobillo izquierdo.

“La mamá dice que el niño es muy inquieto. (El papá) es carpintero, trabaja en la casa y dejó la motosierra en el suelo; el niño le movió y se lastimó, que ella salió a comprar cena”, comentó Andrés Echegaray, jefe de Pediatría del Hospital General de Mazatlán.

Ayer él recibió al pequeño y lo reportó estable.

El accidente ocurrió la noche del martes en la sindicatura Villa Unión, pero ingresó la mañana de ayer a urgencias del hospital, después a la cama 15 de Pediatría.

“Desconocemos todavía a dónde se lo llevaron inicialmente, a nosotros sólo nos pidieron recibir un niño lastimado por una motosierra”, declaró.

En el expediente de Jonathan confirmó que apenas tiene 2 años, su ingreso fue por una herida cortante en la pierna izquierda.

Hasta ayer el menor se encontraba estable, de inmediato lo bañaron, y su mamá se quedó al pie de su cama, una joven que apenas puede creer el accidente.

“Dice ella que no se explica cómo el niño prendió la máquina, ni cómo se salvo”, dijo un enfermero.

El jefe de Pediatría aseguró que cada semana, al menos, cinco niños ingresan por accidentes caseros, hace tres días recibió a un pequeño que comió raticida.

“Los principales ingresos son por intoxicación por raticida, el otro frecuente es trauma, por fracturas en diferentes huesos, mayormente de codo, tibia y peroné; algunos también llegan por caerse de alguna casa por andar elevando papalotes... pero lo que son accidentes caseros, los principales son intoxicaciones, quemaduras, y caídas de la cama”, reiteró.

Su llamado lo dirigió a los padres, los responsables de los niños.

“Con ellos todos los cuidados habidos y por haber, pedirles que no dejen equipo de limpieza para la estufa como la sosa cáustica que viene en diferentes presentaciones, a veces parece gelatina y los niños se la comen, eso les causa quemaduras en el esófago”.