Se seca el pozo de Escamillas y ahora les llevan agua contaminada, denuncia el pueblo

Sibely Cañedo
17 julio 2018

"Molestos, ejidatarios demandan la exploración para un nuevo pozo y un estudio para saber las causas de la sequía, ya que desconocen si la cribadora del lugar impacta en los mantos freáticos; la Jumapam asegura que el agua que reciben es apta para el consumo humano y muestra los estudios de laboratorio"

El pozo artesano que por más de veinte años abasteció al ejido de Escamillas se ha secado, afectando el abasto de agua de poco más de mil habitantes.

Hasta el momento, ni la Jumapam ni el comisariado ejidal tienen una explicación.

Pero los ejidatarios mencionaron posibilidades: o es por los efectos de la sequía, o por la operación de la cribadora que extrae toneladas de arena y grava para ser utilizadas en las construcciones de la ciudad de Mazatlán, ubicada a menos de 30 kilómetros de distancia.

"Está una criba y escarba y escarba y se va el agua más profunda, eso puede ocasionar que bajen los niveles de agua en los pozos, incluso hay unas huertas que se andan secando por falta de agua, unas huertas de mango..", inquirió uno de los vecinos inconformes.

Aunque la cribadora tiene más de tres décadas de operación, desconocen los efectos de las excavaciones. Señalaron que lo más viable es hacer un análisis para saber qué es lo que pasa.

Lo cierto es que desde la clausura del pozo, hace unos tres meses, ya no hay tranquilidad en este pueblo, que cuenta una arraigada historia en la defensa del agrarismo y de hecho es el primer ejido del estado de Sinaloa.

Ante la escasez de agua, la paramunicipal introdujo tubería para llevarles agua de un canal que se utiliza para el riego de cultivos.

Más de cuarenta personas reunidas denunciaron que el servicio es deficiente y además les ha aumentado el cobro en sus recibos. Como ya no se surten del pozo que era propiedad de la comunidad, ahora tienen que pagar más a la Junta de Agua.

Lo más preocupante es que temen que por implementar una solución rápida se haya optado por una fuente de agua expuesta a la contaminación de los agrotóxicos, ya que en esas tierras se vierten pesticidas, plaguicidas y otras sustancias similares, asociadas al cáncer.

Y aunque la Jumapam echó a andar dos pequeñas plantas tratadoras, facilitadas por la Conagua, los vecinos denuncian que el uso de esa agua les ha ocasionado enfermedades de la piel y gastrointestinales.

El gerente de la paramunicipal, Adalberto Becerra, les enseñó unos estudios de laboratorio que supuestamente certifican la calidad del agua. Sin embargo, los pobladores desconfían de los resultados, puesto que en el grifo reciben agua con "olor a pescado" y de aspecto sucio.

 

 

Temen estar usando agua contaminada

Una de las vecinas, María Luisa Lizárraga, se dirigió a su casa y llenó con agua de la llave una botella de plástico transparente. Ante la mirada de los presentes, mostró lo que parecían diminutas lombrices retorciéndose al interior.

"A los dueños de ese terreno les pidieron que si les dejaban agarrar agua, pero esa es agua de arrastre de la presa, y no está potabilizada, es para regar los cultivos", se quejó en referencia a la fuente de abastecimiento, que se instrumentó presuntamente de manera provisional, en tanto realizan la excavación de un nuevo pozo o encuentran una solución definitiva.

Aunque no han realizado estudios técnicos, mostraron un plato hondo de cerámica que, aparentemente, presenta corrosión por estar en contacto con esa agua. También evidenciaron el cambio de coloración que provocó en un papel aluminio.

"¿Cómo va a ser esto normal?", cuestionaron.

Alejandro Saldaña es el médico del pueblo y teme el aumento de enfermedades.

"La gente no tiene para comprar garrafones y agarra de esa agua para bañarse o para otras labores domésticas, y por eso se están presentando amibiasis, parasitosis, alergias, conjuntivitis...Es lo más frecuente", reveló.

Además, aseveraron que la tubería no se sustituye desde hace más de sesenta años y mantiene algunos tramos de fierro, un material en desuso por insalubre, por lo que piden una restitución antes de terminar la presente administración municipal.

 

 

Presenta Jumapam estudios; vecinos desconfían

Al encontrarlo afuera del Comisariado Ejidal, Adalberto Becerra les aseguró que el agua recibe tratamiento y se encuentra dentro de los niveles permitidos por la Norma Oficial Mexicana 127 de la Secretaría de Salud.

En plena controversia, los quejosos advirtieron que mandarían hacer sus propios estudios, ya que no les constaba en dónde se tomaron las muestras. También criticaron que no se hizo consulta con la asamblea para instalar ese sistema provisional.

"No nos ofendan, no nos merecemos esa calidad de agua", gritaron.

"Las muestras se tomaron en el pozo y en la red, pero si los vecinos lo desean pueden tomar la decisión en una asamblea y se suspende el uso de la planta", respondió el gerente de Jumapam, aunque no aclaró cómo les darían el servicio mientras tanto.

El ejidatario José Manuel Villalobos, quien gestionó el pozo en 1994, comentó que con la crecida del río (conectado al canal de riego) será más difícil el saneamiento, ya que al parecer las plantas instaladas no resultan suficientes.

El Comisariado Edjidal, Nicolás Tiznado, tampoco dio razón del porqué se acabó el agua del pozo, pero dijo que se necesita gestionar la exploración para uno nuevo.

Entre reclamos y discusiones, hubo el consenso de que la solución más duradera es buscar un nuevo pozo de captación y renovar la red de la tubería.

Mientras eso sucede, los habitantes de Escamillas seguirán padeciendo los efectos de la sequía y esperan que el cambio de gobierno no entorpezca la obra, de la cual depende su calidad de vida.