Se viven emociones encontradas en centros de vacunación de Mazatlán

Alma Soto
31 marzo 2021

Doña Ambrosia Montero dice estar feliz por recibir la vacuna ya que podrá salir de nuevo de su casa; por su parte Guillermo Delgado no pudo recibir la primera dosis

Ambrosia Montero Alarcón está feliz. Ya no tendrá que restarle años a su vida. Cuando reciba la segunda dosis de la vacuna contra el Covid-19 podrá salir de su casa, en la que tiene un año recluida.

Tiene 80 años, menos uno el 2020, y lo primero que quiere hacer cuando pueda salir, es ir a un lugar con muchos árboles y recibir y hacer visitas familiares.

Su alegría contrasta con la frustración de Guillermo Delgado Castañeda, quien entró al centro de vacunación de la primaria Mártires de la Revolución para que su esposa, que tenía cita, recibiera la primera dosis.

“Les pedí a todos los que estaban ahí que de una vez me vacunaran a mí, pues ya estaba dentro, pero me dijeron que no, que yo no tenía cita”, expresó.

Los dos y la mamá de Guillermo, de 91 años de edad, se registraron el mismo día y el martes, a las 19:30 horas, aproximadamente, recibieron la llamada para la cita de la esposa, de 66 años de edad, pero no para él, de 73 años de edad, ni para su madre.

Quienes tuvieron prioridad en este centro de vacunación, fueron las personas con discapacidad, que entraron sin hacer fila y fueron los primeros en recibir sus vacunas, tal es el caso de Ambrosia o de Pedro López Valdez, quienes estuvieron en el primer grupo que se atendió en la Mártires de la Revolución.

“Yo le digo a las personas que no tengan miedo, la vacuna no duele y nos va a permitir salir de nuevo” expresó Pedro López Valdez.

Y mientras ellos salían felices de haber recibido sus vacunas, otros cuestionaron la falta de transparencia y la poca seriedad de las autoridades responsables de hacer la aplicación.

Largas filas de personas sin cita se formaron en torno a los centros de vacunación.

Jesús Sánchez vive en el Infonavit Playas consideró que por su sola edad, 75 años, debió recibir la vacuna, pues la información que se difundió fue que se inmunizaría a los mayores de 70, pero no que tendrían que tener cita.

“¿Y si me llamaron y no contesté? ¿Y si me llamaron mientras estaba aquí?”, cuestionó.

Otras personas en la fila señalaron que debió publicarse la lista de los citados y así no habría necesidad de hacer filas inútiles.