Carlos Manzo, el alcalde que confrontó al narco; ‘me podrán matar, pero se quedan con un tigre: el pueblo de Uruapan’
El alcalde de Uruapan, Carlos Manzo, era considerado por algunos especialistas como el “Bukele mexicano” por su presencia en redes sociales y su posición de “mano dura” en contra de los integrantes del crimen organizado
La noche del 1 de noviembre, Carlos Manzo, alcalde independiente de Uruapan, paseaba por el centro de la localidad con su hijo en brazos. El niño, disfrazado de calaca para la ocasión, lo abrazaba por el hombro y miraba sorprendido las luces decorativas del Día de Muertos, y a las mujeres vestidas y maquilladas como catrinas.
Carlos, que habitualmente lucía un sombrero de ala ancha y vestía de guayabera blanca, sonreía mostrándole a su hijo las miles de velas colocadas por todo el jardín del centro de la localidad, cuando pocos minutos después, tres sujetos penetraron el cerco de seguridad de sus escoltas y le dispararon a bocajarro.
Se escucharon, al menos, seis detonaciones secas. Luego, el silencio. Y unos segundos después, el griterío de la gente corriendo despavorida. Este domingo, según la información oficial se confirmaron siete disparos en contra el alcalde.
A las 21:30 de la noche, el gabinete de seguridad estatal confirmó el asesinato del alcalde. Junto a él, también murió uno de los agresores, abatido por los escoltas de Manzo.
Este asesinato se suma a los casos de otros ediles en Michoacán, como el de Martha Laura Mendoza, asesinada junto a su esposo el 17 de junio de este año en el centro de Tepalcatepec.
Además de Salvador Bastida García, asesinado unos días antes, el 5 de junio, junto a su escolta, en Tacámbaro. En los últimos cuatro años, seis alcaldes en Michoacán han sido asesinados y otros cinco han sufrido atentados.
El ‘Bukele mexicano’
Carlos Manzo era un alcalde peculiar. Tras ser parte de Morena, decidió presentarse a la alcaldía de Uruapan como independiente, luego de no obtener el respaldo del partido.
Ganó las elecciones del verano de 2024 y actualmente contaba con niveles de aprobación de entre un 64 % y 72 %, pese a que en la localidad casi un 90 % de sus habitantes dijeron sentirse inseguros, según la última encuesta del Inegi referente al segundo trimestre de este 2025.
Buena parte de esa aceptación de la ciudadanía se la debía a su carisma en medios de comunicación y al uso de las redes sociales. Desde las plataformas, hacía reportes en vivo de operativos contra el crimen organizado, en una localidad asediada por hasta cuatro grupos criminales: el Cártel Jalisco Nueva Generación, Los Caballeros Templarios, Los Viagras y Los Blancos de Troya, aunque los primeros son los que mayor presencia tienen, de acuerdo con especialistas en seguridad.
“Su policía local no tenía facultades para atacar a las células del crimen organizado, pero el hecho de que un alcalde combatiera frontalmente al crimen organizado cayó muy bien entre la opinión pública, que ya incluso lo llamaba el ‘Bukele mexicano’”, planteó David Saucedo, consultor en temas de seguridad, en entrevista con Animal Político.
Manzo criticó abiertamente la política de seguridad del pasado gobierno de López Obrador, la denominada por el gobierno como “abrazos, no balazos”.
“Para los delincuentes lo que debe de haber son chingadazos”, declaró públicamente el alcalde.
“Por eso caía muy bien –añade el especialista Saucedo–, máxime ante la eterna pasividad y actitud de brazos caídos de las corporaciones de seguridad. Manzo era percibido como un hombre valiente, aguerrido, que a diferencia de muchas otras autoridades, no se escondía. Plantaba cara y confrontaba a todos los grupos criminales, y por eso tuvo esta consecuencia fatal”.
“Lanzó una cruzada de manera temeraria”
No obstante, contrapone el experto, Manzo llevó a cabo esa particular cruzada en su municipio “de manera temeraria”, con una fuerza policiaca de apenas 350 elementos mal equipados para cuidar a una ciudad de más de 300 mil habitantes.
“No contaba con el respaldo del gobierno del Estado –Manzo criticaba abiertamente al gobernador, Alfredo Bedolla, por la inseguridad–, ni tampoco con el del gobierno federal. Y el crimen organizado detectó esa debilidad. No era un personaje blindado frente a un ataque”, señala Saucedo, aunque apunta que la agresión de ayer “fue un ataque kamikaze”.
“Aunque no tenía el respaldo de las autoridades, Manzo sí tenía escoltas. Contaba con un ‘diamante’ de seguridad, de elementos de la Guardia Nacional y también de la Policía Municipal. Así que, quienes ordenaron el ataque lo hicieron condenando también a la muerte a los sicarios que realizaron las detonaciones. De hecho, ya se ha dicho que uno de ellos fue abatido”.
El titular de la Secretaría de Seguridad federal, Omar García Harfuch, confirmó este domingo que Manzo contaba con 14 elementos de la Guardia Nacional que lo escoltaban. El alcalde había solicitado públicamente apoyo a la presidenta Claudia Sheinbaum en una carta por las amenazas de muerte en su contra.
“No quiero ser un alcalde más de los ejecutados”, declaró en una de sus entrevistas con medios.
“Fue un ataque planeado y ejecutado milimétricamente –agrega Saucedo–. No había manera de acercarse a Manzo con ese diámetro de seguridad. La única opción era que, quien cometió el asesinato, también fuera abatido por los escoltas”.
Advirtió un posible alzamiento ciudadano
En cuanto al posible móvil o la autoría intelectual del asesinato, a falta de que sean las autoridades quienes lo investiguen y determinen, David Saucedo apunta que hay varios escenarios.
Por ejemplo, hay una vertiente que apunta a que pudiera tratarse de un mensaje al gobierno de Claudia Sheinbaum por parte del crimen organizado. Sobre esto, hace cinco días, el titular de la Secretaría de Seguridad federal, Omar García Harfuch, anunció que viajaría a Michoacán para evaluar acciones en contra de la extorsión a los productores de limón en la entidad, luego del asesinato en Apatzingán del líder limonero Bernardo Bravo.
Otra hipótesis es que Manzo se había vuelto un personaje muy notorio en medios de comunicación, que estaba ganando rápidamente simpatizantes por su mensaje combativo de “mano dura” contra el crimen, y que eso lo podría posicionar, incluso, como un potencial candidato a la gubernatura de 2027.
De hecho, apenas unas semanas antes de su asesinato, Manzo advirtió de un posible nuevo alzamiento armado de la ciudadanía en contra de la delincuencia, si no se restablecía la seguridad en Uruapan, tras el asesinato del policía municipal Vidal Brígido Guzmán, el 14 de septiembre.
“Si no hay justicia, vamos a dejar que el pueblo haga justicia por su propia mano”, dijo en un mensaje en sus redes. “Y sí, va a haber muertos, pero también va a haber muertos de la delincuencia, no solamente del pueblo, porque no nos vamos a dejar. La gente ya está cansada”.
En otro mensaje difundido en sus redes sociales, Manzo también lanzó una advertencia en caso de que sufriera un atentado, como ha sucedido.
“A mí me podrán matar. Me podrán levantar, intimidar, amenazar. Pero afuera hay un pueblo que exige justicia, que ya está cansado de las extorsiones. A mí me podrán chingar, pero se quedan con un tigre muy enfurecido, que es el pueblo de Uruapan. Así que, aguas, porque si nos tocan a uno, tocan a todo el pueblo de Uruapan”.
No obstante, David Saucedo considera que el asesinato del edil obedece más a la lógica criminal de los cárteles de la droga, especialmente en un municipio como Uruapan, donde hay varios grupos criminales disputándose el control de la venta y el trasiego de las drogas, y del lucrativo negocio de las extorsiones.
“Más bien, es un asesinato producto de la ‘lógica’ de exterminio que están aplicando los cárteles de la droga en contra de las autoridades locales que se oponen al avance de sus proyectos criminales”, puntualizó.
Sobre esto, cabe señalar que en Uruapan, bajo el mandato de Manzo, se llevaron a cabo operativos que dieron como resultado, por ejemplo, la captura de “El Rino”, un presunto líder criminal, a partir de la cual el edil pidió apoyo urgente del Ejército y de la Guardia Nacional.