Hay 43 alumnos desaparecidos

UNIV
15 noviembre 2015

"Presentan denuncia penal por la desaparición de los jóvenes; padres de normalistas piden que se los regresen"

CHILPANCINGO, Gro. (UNIV)._ El Centro de Derechos Humanos de la Montaña de Guerrero Tlachinollan informó que familiares de estudiantes de la normal rural Raúl Isidro Burgos presentaron una denuncia penal por la desaparición de 43 jóvenes.
Vidulfo Rosales, abogado de la organización no gubernamental, comentó que el miércoles se realizó una búsqueda de los desaparecidos en Iguala, el cual criticó porque, dijo, en un operativo limitado, que no está precedido por un trabajo de investigación, sin estrategia, sin objetivos claros ni estándares internacionales, pese a tener todas las características de una desaparición forzada.
En cuanto a las cifras sobre desaparecidos, explicó que en un inicio se habló de 58 jóvenes sin localizar tras los hechos violentos presentados durante el fin de semana en Iguala. Sin embargo, se tuvo la lista al cotejar los datos con familiares, credenciales, actas de nacimiento y boletas de calificaciones, entre otras.
Así, en un primer ajuste quedaron 57 estudiantes, pues un nombre estaba repetido; después fueron retirados dos, porque uno fue hallado en un hospital y el otro muerto en la morgue.
De los 55 restantes, aclaró, 12 no fueron encontrados, como señaló la Procuraduría, sino que no se encontraban en Iguala.
Ante ello, la lista quedó en 43, cifra que coincide con la que tienen las autoridades estatales.
Agregó que entre 20 y 25 estudiantes fueron llevados con rumbo desconocido en patrullas de la policía, según testimonios y evidencias de las cámaras de videovigilancia. Incluso, dio a conocer las matrículas de patrullas que interceptaron a los jóvenes, las cuales son: 017, 018, 022, 027 y 028.


Marchan padres de normalistas
Padres de los 43 normalistas que siguen desaparecidos tras los hechos de violencia en Iguala marcharon por las principales calles de Chilpancingo para exigir la presentación con vida de sus hijos.
Acompañados por comisiones de estudiantes de la Normal Rural de Ayotzinapa, los padres de familia marcharon rezando un rosario y cantando música religiosa en súplica por que sus hijos se encuentren aún con vida.
Entre las cartulinas que portan los dolidos se lee: "Castigo al director de Seguridad Pública de Iguala (Felipe Flores)"; "Alcalde de Iguala ¿puedes dormir por la muerte de nuestros hijos?" y "Vivos se los llevaron, vivos los queremos".
La marcha de alrededor de mil personas tenía como destino el punto conocido como Parador del Marqués, al sur de la capital.


Piden que se los regresen
Los une la fe de que sus hijos van a regresar, pero también el coraje contra el gobierno: "¡Porque somos pobres nos hacen esto!, ¡Porque no nos podemos defender!", eran los reclamos que algunos de los padres de familia, de los 43 jóvenes desaparecidos, hacían en la escuela Normal Rural de Ayotzinapa, Raúl Isidro Burgos.
Ante la presencia de personal de la Comisión Nacional de Derechos Humanos que recabó testimonios de los padres de familia, se escuchaban los sollozos de las padres, hermanos, primos, abuelos, de los normalistas que desaparecieron hace seis días, luego de que hubiera dos ataques en su contra por policías municipales de Iguala, de esos hechos seis personas murieron, tres de ellos normalistas y 25 resultaron heridos.
Todos están en Ayotzinapa, duermen en los cubículos pequeños que los mismos normalistas prestan para que allí se queden, pero poco descansan, poco comen, poco piensan, dicen. Se la pasan llorando, cuando reflexionan, se preguntan: "¿Por qué el gobierno mata a estudiantes, cuando los debería apoyar, vea cómo está su escuela, es muy buena y en malas condiciones?", señala Hilda Hernández, mamá de César González Hernández, estudiante de primero.
Al entrar a Ayotzinapa el clima cambia, la construcción que fue una hacienda en el Siglo 19 y que alberga a 500 estudiantes de escasos recursos es muy acogedora, descuidada, pero bonita: hay patios grandes, salones de piedra, que parecen de otra época, un camino empedrado que remonta a la época colonial, también hay murales en honor a los normalistas asesinados extrajudicialmente el 12 de diciembre de 2011.
Los padres tienen las fotografías de sus hijos en las manos y piden a los reporteros que las tomen, que les digan a quienes los tienen que los extrañan, que ya no aguantan más angustia, que se los regresen. Tienen además de su dolor por no saber de sus hijos, algo en común, su pobreza; son campesinos u obreros.
Margarito Guerrero Tecoapa, toma la fotografía de Yosivani Guerrero de la Cruz, normalista desaparecido y que en un primer momento sus compañeros daban por muerto. Yosivani es el hijo menor de siete, el único que decidió estudiar, para maestro, "porque es la carrera más económica". Su promedio al salir del Conalep en Tixtla fue de 9.8, "quería salir adelante".
Blanca Nava Vélez, llora por su "gordo", Jorge Álvarez Nava, de 19 años que acababa de entrar a la Normal Rural y el martes pasado cumplió años, fue la última vez que habló con él para felicitarlo. La historia coincide con las demás, Jorge quería ser maestro para ayudar a sus papás que viven del campo.
"Quiero decirle que daría mi vida por él, porque regresara. Extraño que me canté, le gusta tocar la guitarra, me toca canciones, mientras hago tortillas".
Las historias son anotadas por el personal de la CNDH, mientras que al fondo se ven los murales de los guerrilleros Genaro Vázquez Rojas y Lucio Cabañas Barrientos, egresados de esa escuela con tintes socialistas que se fundó en 1920. Hay mucha actividad en Ayotzinapa, los jóvenes entran con autobuses de línea, con productos de Sabritas, de Lala y reparten paletas de Holanda.
Los salones están repletos de otros jóvenes que vienen llegando de las otras 14 normales rurales que hay en el país. Preparan la marcha del 2 de octubre para conmemorar la matanza de estudiantes de 1968.


Homenaje
El martes, normalistas de Ayotzinapa rindieron un homenaje a Julio César Velázquez, tercera víctima identificada, de los hechos violentos en Iguala. Iba en primer grado y tocaba la trompeta en la banda de guerra "Halcones de Ayotzinapa".
En presencia de los padres y familiares del joven, originario de Tixtla, municipio donde se encuentra la normal rural, sus compañeros recordaron la matanza del 2 de octubre y lamentaron que estos hechos siguen ocurriendo; "exigimos al gobierno justicia, no es posible que a cuatro años del gobierno de Ángel Aguirre Rivero llevemos cinco compañeros asesinados extrajudicialmente".
La normal rural durante el homenaje fue resguardada al menos por 20 policías de la Coordinadora Regional de Autoridades Comunitarias armados con rifles AR-15.