Lanza la Iglesia '¡Ya Basta!' a los narcos
07 noviembre 2015
"Dejen de dañar a jóvenes, familias y al país, exigen obispos a los traficantes de drogas"
NTX/UNIV
CUAUTITLÁN IZCALLI (NTX/UNIV)._ La Conferencia del Episcopado Mexicano lanzó un "!Ya Basta!" a productores, traficantes, comercializadores y consumidores de droga y les pidió que dejen de dañarse a sí mismos y a los jóvenes, a las familias y a la patria.En su mensaje con motivo de su 88 Asamblea Plenaria, la Iglesia católica destacó que el negocio de la droga es un ídolo que seduce, promete bienestar y vida, pero sólo engendra violencia y muerte.
"Y lo más preocupante", añadió, "es el desprecio por la vida, el ser humano convertido en mercancía, en objeto desechable".
El mensaje fue leído por el Arzobispo de Tulancingo, Domingo Díaz Martínez, y los obispos de Nezahualcóyotl, Carlos Garfias Merlo, y de La Paz, Miguel Angel Alba Díaz.
Los prelados llamaron a los gobernantes a procurar la justicia, superando la corrupción y la impunidad, y a perseguir todo aquello que fortalece el negocio del narcotráfico, el dinero sucio y las complicidades ilícitas.
Los obispos se refirieron de manera especial a las víctimas de la violencia en todas sus formas.
"Queremos decirles que no están solos, los obispos, sacerdotes y agentes de pastoral nos comprometemos a acompañarlos en su dolor", señaló.
"Desgarra la sangre derramada de niños abortados, mujeres asesinadas, víctimas de secuestro, asaltos y extorsiones; los que han caído en la confrontación entre las bandas, los que han muerto en la lucha contra el crimen organizado y los que han sido ejecutados con crueldad y con una frialdad inhumana", enfatizó.
El documento fue suscrito por el presidente y el secretario general de la CEM, Carlos Aguiar Retes, Arzobispo de Tlalnepantla, y Víctor René Rodríguez Gómez, Obispo auxiliar de Texcoco, ambos en el Estado de México.
Al inicio del mensaje, los obispos dijeron que ante la inseguridad y violencia que se vive en el país quieren alentar la esperanza de quienes viven con miedo, angustia e indignación, a través de la reconciliación y la paz.
Aseguraron que más que indignación o el coraje natural por esas acciones, entre los mexicanos empieza a brotar la rabia, el odio, el rencor, el deseo de venganza y de justicia por propia mano.
Entre los factores que inciden en esas acciones violentas mencionaron la corrupción que invade a las instituciones y ámbitos, la pobreza, la desigualdad, la impunidad, la falta de oportunidades, el afán de lucro y de ganancia fácil, así como la insensibilidad de los actores políticos y sociales que velan solo por sus intereses personales o de grupo.
"Estamos perdiendo la conciencia de la dignidad de la persona humana y la capacidad de vernos como hermanos", enfatizó.
Dijo que en lugar de buscar culpables y lanzarse mutuamente acusaciones, todos los mexicanos deben asumir su propia responsabilidad, "dejando atrás complicidades, y actitudes pasivas y complacientes".
"Nosotros mismos como obispos reconocemos habernos conformado muchas veces con una evangelización superficial y una religiosidad cultural y pedimos perdón por la incongruencia de vida y el anti testimonio de muchos bautizados", agregó el documento de la CEM.