Tamales de iguana para visitar a los muertos

06 noviembre 2015

"Antes del Domingo de Ramos realizan zapotecos un ritual especial"

JUCHITÁN (UNIV)._ Armados de escobas, brochas, botes de pintura y galones de agua, cientos de familias zapotecas se reunieron en el panteón Domingo de Ramos, el principal de esta población del istmo, a 300 kilómetros al sureste de la ciudad de Oaxaca, y tras limpiar, pintar y arreglar las tumbas y lápidas, saborearon a gusto y en paz con sus muertos los típicos “tamales de iguana”.
Un día antes al Domingo de Ramos, desde muy temprano, es tradición que en todas las familias zapotecas se realiza un ritual especial: el sacrifico de cientos de iguanas para elaborar tamales que ofrecen a los muertos y se comen los vivos en el cementerio.
Tras el incesante ajetreo nocturno, en la calurosa y polvorienta mañana, los zapotecas se declararon listos para cumplir su ancestral visita a sus difuntos en el panteón Domingo de Ramos.
Según el fallecido escritor juchiteco Gabriel López Chiñas, para los zapotecos, que mantienen un profundo respeto por la muerte, este Domingo de Ramos les permite pagar la visita que realizan los difuntos en Todos Santos.

El sacrificio del reptil

“Comer tamales de iguana es una tradición ancestral. Mi mamá me platicaba que así le enseñó su abuela y la costumbre se mantiene viva”, dijo María Martínez, quien aseguró que sacrificó dos docenas de iguanas negras.
María Martínez añadió que con la ayuda de sus hijas y nietas, las 24 iguanas se convirtieron en tamales junto con unos 600 huevos que extrajeron del reptil que, aunque en peligro de extinción, forma parte de la dieta tradicional de los zapotecos.
“En Semana Santa, sólo en Juchitán se sacrifican más de 5 mil iguanas y de ellas, en Domingo de Ramos se sacrifican más de mil”, aseguró Juan Celis, responsable del iguanario del Foro Ecológico Juchiteco.
Sin embargo, los animales de esta especie que se consumen en Juchitán, codiciados por los huevos, proceden de la zona huave de Chiapas, así como de Veracruz e, incluso, del Estado de Morelos.
“Los comerciantes de iguanas las compran por gruesas (12 docenas) para venderlas para hacer tamales”, abundó Celis.
Mil 500 pesos la docena de iguana
“Por la temporada, el precio de la iguana subió mucho. Cada docena me costó mil 500 pesos”, aseguró María Martínez, quien llevó al panteón “unos 200 tamales con huevos de iguana”, consumidos luego por los parientes congregados en torno de la tumba de su madre fallecida en abril de 2007.

El platillo 'exquisito'
Los tamales se venden en el panteón y en los mercados de la ciudad, pero había que desembolsar 100 pesos por media docena de ese exquisito platillo tradicional del istmo oaxaqueño, que desde las primeras horas del Domingo de Ramos se ofrece a gritos y en zapoteco: ¡Gueta gú Guchachi, ne dxita! (Tamales de iguana con huevos).