Viven presos fervor cristiano
07 noviembre 2015
"Secuestro, homicidio, violación, distribución de droga, portación de arma de fuego y robo agravado, delitos de los actores principales"
MÉXICO (UNIV)._ La representación de la Pasión y Muerte de Cristo en el interior del Reclusorio Oriente toma un significado diferente: el del arrepentimiento de los pecados que llevan a los hombres a estar detrás de las rejas.Desde hace 12 años el Viernes Santo no pasa inadvertido en esta cárcel capitalina, por el contrario, es un momento de reflexión para los más de 12 mil 500 internos que sobreviven en celdas.
Secuestro, homicidio, violación, distribución de droga, portación de arma de fuego y robo agravado, son algunos de los pecados cometidos por los actores principales.
Oswaldo Rodríguez Hernández, de 24 años, y acusado de secuestro, representó el papel de Jesús, acompañado de un grupo de más de 50 actores que revivieron el calvario.
"Dios me dio la oportunidad de volver a representar a Cristo, porque no hay muchos que participen para hacerlo por falta de preparación".
El objetivo de esta representación es evangelizar a la población penitenciaria y ayudarles a cambiar su conducta, agregó.
Lo anterior es debido al sobrecupo de más de 100 por ciento, pues las instalaciones del Reclusorio Oriente sólo tienen capacidad para 4 mil 500 hombres.
Acusado del delito de homicidio, y con una sentencia de 35 años, Víctor Hugo Ortega Fregoso, volvió a representar a Judas.
"Esta experiencia me permite arrepentirme de mis errores, y espero que a otros compañeros les sirva también el recordar el suplicio de la muerte de Jesús, y permitan que Él los salve".
Bajo un sol abrazador, los actores que representaron a Dimas y Gestas, tuvieron que pedir que les mojaran los pies, pues al ir descalzos, el dolor era insoportable.
El Vía Crucis penitenciario se realiza con el apoyo de la Pastoral Penitenciaria que también "cargó una Cruz" con los preparativos de este evento, pues al ser dentro de una cárcel tuvieron algunos problemas para ingresar el material para hacer el vestuario.
No obstante, quedaron satisfechos con la escenificación, pues al paso de Jesús cargando su Cruz no faltaron los presos que derramaron alguna lágrima.