Un respirador lo mantuvo con vida y regresó para contar su testimonio

Reyes Iván Camacho
19 enero 2022

Días después de sepultar a su hermano, quien murió por Covid-19, Tomás López Bajo y su familia se contagiaron, pero logró sobrevivir gracias a un respirador al que estuvo conectado más de dos semanas

GUASAVE. _ Menos de dos semanas después de que su hermano falleció por Covid-19 y fue sepultado, Tomás de Jesús López Bajo empezó su propia lucha por sobrevivir a la pandemia.

El maestro de profesión fue uno de los participantes en el ciclo de Testimonios Covid que organizó el Ayuntamiento de Guasave para tratar de hacer conciencia en las personas para que se cuiden y cuiden a los demás.

López Bajo recordó que el 18 de septiembre de 2020 falleció su hermano, quien se contagió con la variante Delta del Covid-19. Pasó el velorio y los novenarios y el 1 de octubre se hizo la prueba, el resultado fue positivo y lo peor es que su esposa, su hija de 16 y su hijo de 6 también estaban contagiados.

“Toda la familia contagiada, algo muy difícil, y muy difícil irte a un hospital y dejarlos a ellos a la deriva. Primero empecé por atender a mis hijos y a mi esposa. Para amanecer el 6 de octubre tuve una crisis, me bajó la oxigenación en la noche, empecé a toser, empezaron a venir consecuencias del Covid y nos fuimos directo al hospital del ISSSTE en Los Mochis y ahí ya me dejaron hospitalizado”, narró.

El docente agregó que en los dos o tres primeros días estuvo muy bien y el doctor le informó a su familia que si seguía así en una semana ya estaría fuera del hospital.

“De eso te enteras después por tu familia, porque ahí estás en una cama solo, no le ves la cara a los doctores, no le ves la cara a las enfermeras porque andan bien protegidos”, comentó.

Sin embargo, lo peor apenas estaba por venir. Después de eso contó que llegó un momento en que tuvo una crisis de aproximadamente 15 días en los que estuvo muy grave e inconsciente.

“Fui sometido a diferentes terapias de oxigenación donde me colocaron una mascarilla de alto flujo que está conectada a una máquina que prácticamente respira por ti, haz de cuenta que la máquina te está inflando para mantenerte con vida”, expresó.

“El doctor les dijo que si yo no pasaba esa crisis requería una máquina de más nivel, que requería de más litros de oxígeno por minuto. Gracias a Dios no pasó de eso, pasé la crisis y de un momento a otro recobré el conocimiento, empecé a ver a las enfermeras y a los doctores que estaban a mi alrededor, pregunté qué día era”.

Era la cama 71 del hospital del ISSSTE de Los Mochis donde le tocó luchar y aferrarse a la vida con la ayuda de un respirador. A un lado estaban los escritorios de las enfermeras, donde preparan todo lo que le ponen a los pacientes y ahí mismo estaba un reloj, donde Tomás, ya consciente, podía ver la hora y saber si era de mañana o tarde.

“Duré un mes 7 días en el hospital, llegué pesando 114 kilos, salí con 80 kilos. No me sostenía en pie, no podía caminar, haz de cuenta que volví a nacer, usaba pañales, salí con una terapia de oxígeno de 7 litros por minuto y me mandó el doctor a mi casa porque le pedí yo que me mandara, por salud mental, no por la cuestión de salud física”, dijo.

En su casa fue recuperándome poco a poco, pero estuvo otro mes más encamado, sin poder moverse, hasta que pudo empecer a dar unos pasos.

Luego de vivir con esa experiencia que lo ha marcado, Tomás de Jesús lamentó que haya muchas personas que a estas alturas de la pandemia todavía no tienen esa conciencia de cuidarse ellos para cuidar a los demás, porque es ahí donde se empiezan a generar las pérdidas de vidas.

Exhortó a la población extremar cuidados y no bajar la guardia ni el cubrebocas ante el Covid-19.