Más allá de los accidentes... las historias de las víctimas
Hay noticias tristes, tristísimas, que preferiríamos no dar, pero no ocultarlas, sino que no se dieran, que no existieran, pero a la vez son hechos tan comunes hasta cierto punto, que difícilmente van a desaparecer o dejar de generarse.
Hablamos de los hechos viales donde mueren personas, no solo adultos, sino también jóvenes y hasta niños. Y casi siempre es más triste aún en los casos de estos últimos.
Esta semana que pasó se dieron varios accidentes viales fuertes, tanto en Culiacán, como en Mazatlán, pero de los que más cimbraron fueron dos en el puerto: el primero de una joven que falleció al chocar en su motocicleta cuando circulaba por la Avenida del Mar, y el otro, más impactante aún, el de una joven madre y su pequeña hija, que murieron atropelladas en la Carretera Internacional, en la salida sur.
Notamos que cimbraron porque fueron de nuestras notas más leídas en la semana, y no solo las del hecho en sí, sino también las de seguimiento.
Y precisamente es este punto el que queremos explicar un poco: el del seguimiento, o las notas del tema que continuamos trabajando y publicando además de la del accidente en sí.
Seguramente las ha visto en nuestro sitio o en nuestras páginas impresas, y en especial hoy hablamos del seguimiento o historias que buscamos de las personas fallecidas en accidentes de tránsito.
Así, cuando publicamos una nota de este tipo, como las de esta semana que pasó, lo que hacemos es de inmediato preguntarnos quién es la víctima, pues normalmente eso no lo dan a conocer ahí en el lugar de los hechos ni en general después, por parte de las autoridades.
Así que si consideramos que el caso da para un seguimiento, como el de la mamá y su bebé atropelladas, insistimos con las corporaciones para que nos den más datos de las personas.
Igual el caso de la señora atropellada frente a Fórum, en Culiacán.
O, en el caso de la joven que derrapó en su moto por la Avenida del Mar, lo que hacemos es rastrear en redes posible información, condolencias o comentarios en general que suelen surgir de un caso así.
Entonces, una vez que sabemos quiénes son las víctimas, podemos hacer dos cosas: dar la información de seguimiento respecto a su identidad o su origen, edad, ocupación, en fin. Por supuesto sin revelar su identidad completa con nombre y apellidos, como lo marcan las reglas de protección a víctimas, pero sí ahondamos en detalles humanos de las víctimas.
Y ahí está la clave del seguimiento de este tipo de notas, no se hacen por morbo o por solo generar lectoría, sino por humanizar a las víctimas. Darles una historia, ponerles cara, como se suele decir... saber que, por ejemplo, la mamá que murió junto a su bebé en la salida sur de Mazatlán deja otros dos niños huérfanos. Así como saber que todo un pueblo se reunió para despedirlas.
Eso tratamos de reflejar. Las víctimas no son solo un número más. Siempre son personas con una historia, por eso buscamos con nuestras notas de seguimiento darles esa humanidad.
Y que esa humanidad o esos detalles sirvan para alertar en la prevención de este tipo de accidentes.
Dar a conocer, por ejemplo, que la señora atropellada frente a Fórum era de Guasave y que el auto que la arrolló era un auto oficial, es importante en el seguimiento del caso.
Y tampoco se trata de enfrascarnos contra los choferes que cometen el atropellamiento, o señalarlos con dedo acusador, pues al fin y al cabo no deja de ser un accidente, se trata, insistimos de humanizar a las víctimas y tratar de alertar en cuanto a la prevención de este tipo de accidentes.
La técnica periodística nos dicta el seguimiento adecuado, tal como lo señala el periodista Jon Talton, columnista de economía del Seattle Times:
“La información se publica rápidamente, y a menudo nadie se ocupa de enterarse qué es lo que pasa después o cómo termina el asunto. Estas alternativas no solo ayudan a los lectores; también pueden significar un tesoro de historias posibles para un buen periodista”, dijo en un diálogo por email. “El seguimiento debe jugar un papel importante tanto en los medios impresos como en los digitales, y quizás más en estos, por su apetito insaciable”.
Y es cierto, estas historias de seguimiento de accidentes, por ejemplo, sobre todo en el sitio y las redes, tienen muy buena acogida.
Por ejemplo, la nota “Mueren madre y su bebé tras ser atropelladas al sur de Mazatlán” registró en nuestro sitio mil 575 lecturas, de 3 mil 515 vistas y en Google Analytics tuvo 2 mil 593 sesiones.
Y la nota de seguimiento, la historia, que construimos yendo a la comunidad de donde eran originarias, titulada “Despide Barrón a Gala y Angélica, quien deja dos hijos y un esposo”, generó en nuestro sistema 4 mil 447 lecturas, de 9 mil 892 vistas, y 7 mil 281 sesiones en Google Analytics. Mientras que en Facebook la publicación tuvo un alcance de 24 mil 323 y 2 mil 252 interacciones.
Sin embargo, para nosotros esto no es lo más importante, lo que nos interesa es darle un cierre a una historia, ponerle cara y corazón a las víctimas...
Así, en las notas de los hechos de accidentes o tragedias de este tipo, no solo cuidamos no dar detalles morbosos o exagerados que describan innecesariamente más allá del estricto accidente, sino que de inmediato tratamos de darle el seguimiento humano.
Ese es nuestro estilo.