Atender
lo vial

Editorial
05 junio 2025

Cuando se trata del tema vial, las autoridades tienen una reacción acelerada con la mira puesta en pavimentar más calles, hacer avenidas más anchas y elevar más puentes.

Invertir recursos públicos en obras que sean visibles ha sido una constante en la manera en la que se concibe la efectividad de cómo se gobierna en una comunidad.

Sin embargo, aunque se necesita que haya vialidades dignas, no es suficiente para garantizar el bienestar de la población.

El paso más importante y al que menos se le ha prestado atención, ha sido el del ordenamiento vial. Y es donde hoy se están generando los mayores problemas de seguridad para usuarios y peatones.

Y tal vez más por falta de voluntad que por falta de herramientas para poner orden en lo que pasa en las calles.

Porque pese a que parte del caos vial que se llega a generar en algunas zonas se debe a que un usuario no ha respetado las reglas viales o asume que su prisa importa más que las otras, no ha habido autoridad que preste atención en ello.

Porque a pesar de que el diseño de las calles está hecho para que cada vehículo respete el carril por el que está circulando, hay quien cree que la obligación de respetar solo es para unos cuantos, y la autoridad tampoco ha puesto atención en ello.

E incluso, aunque los semáforos en Sinaloa, en México y en todo el mundo, están diseñados para circular en un determinado tiempo, están quienes creen que pueden pasarlo aún estando en rojo, y la autoridad rara vez está ahí para sancionar.

Sí, se necesitan que las calles y avenidas estén en mejores condiciones y que sean dignas de todos los que las usan, pero antes de dar ese paso, urge que se preste atención a la educación vial.

En la medida en que los usuarios asimilen cuáles son sus responsabilidades al transitar por la vía pública, será menor el riesgo para todos. Y apostar por esa formación, tendría un costo menor que andar ensanchando vialidades y construyendo más puentes.