Contrastes del Presupuesto

11 septiembre 2019

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Editorial

Mientras en proyectos de infraestructura Sinaloa podría tener un trato generoso en el Presupuesto de Egresos del próximo año, en lo que corresponde a apoyos al sector productivo todo parece indicar que no la tendrá nada fácil.

En el gasto previsto para el próximo año, el Gobierno federal prevé ajustar a la baja los recursos que se asignarán a la agricultura y a la pesca, dos actividades productivas que son sensibles en la economía estatal.

Qué bueno que el Gobierno federal esté considerando darle continuidad a proyectos de infraestructura hidráulica, como el sistema de riego para la Presa Picachos, en Mazatlán, y la continuación del proyecto de construcción de la presa Santa María, en Rosario.

Ambos proyectos, de terminar de concretarse, podrían detener un desarrollo diferente de la región, al contar con agua administrada que ayudaría a transformar la actividad agrícola de Sinaloa.

El centro y norte de Sinaloa, por ejemplo, además de su vocación natural agrícola, por sus valles, tuvo un mejor avance agrícola cuando contó con la disposición de agua garantizada.

De realizarse estos dos proyectos, un rostro diferente podría pintarse para la región del sur del Estado, en desventaja en ese sentido.

Pero mientras eso ocurre, lo que se prevé para el próximo año podría ser de impacto negativo: el Gobierno quita al presupuesto para el campo y la pesca casi un 20 por ciento de los recursos asignados para este año.

Entre lo más significativo, es la práctica desaparición del programa de Fomento a la Agricultura y la reducción a la mitad del programa de apoyo a la pesca y a la acuacultura.

De la misma manera, el crédito a la ganadería sufre reducciones, que tendrá un impacto en el sector productivo.

Las actividades primarias en el País no se pueden quedar sin los apoyos que el Gobierno ha venido otorgando para la rentabilidad del campo. Si algunos apoyos desaparecen, en los ajustes al presupuesto alguna alternativa tendrán que ofrecer, con el fin de garantizar, sobre todo, el apoyo a quienes han trabajado la tierra en condiciones de poca competitividad.