Cuidar el recurso
Las comunidades costeras de Sinaloa tienen una alta dependencia de los recursos pesqueros, aunque conforme han pasado los años, ha sido menos el recurso que ha estado disponible.
En los meses en que se impone la veda a alguno de esos productos, como el camarón, muchos de sus pobladores se quedan desempleados y la tentación de aprovechar el crecimiento de este recurso aumenta.
Y en medio de todo eso, las capacidades institucionales para evitar la pesca furtiva ha estado limitada y por lo tanto, el deterioro del camarón, y de otras especies que son puestas en veda para su reproducción, se ha ido incrementando.
Los recursos pesqueros, y el futuro de las comunidades que dependen de ellos, no pueden sostenerse de esa manera, pues lo único que han ocasionado es que el deterioro de la producción y el sostén de las familias vaya mermándose cada vez más.
Hubo una época en que recursos como el camarón era de una abundancia tal que garantizaba la estabilidad económica de las familias y de los poblados que dependían de esa pesca.
Entonces los pescadores podían garantizar un mejor futuro para sus hijos, con posibilidades de darles los estudios que ellos no pudieron tener y una movilidad social que antes no era posible.
Pero eso se ha ido acabando por la sobreexplotación del recurso, que merma no solo a las comunidades que dependen de la pesca, sino a toda una cadena industrial, porque las diferentes especies pesqueras migran hacia las costas para su reproducción y luego regresan al mar para su crecimiento.
Este panorama del deterioro de los recursos pesqueros se ha advertido en diversas ocasiones en diferentes foros, estudios y publicaciones: se debe evitar la explotación desmedida para garantizar su reproducción y buenos niveles de producción.
Y la responsabilidad está en todos, quienes tienen permiso para pescar, quienes viven de la pesca sin estar autorizados, las autoridades que no han tenido la capacidad de actuar y también, quienes no paran de comercializar.