El ejercicio de la crítica

Editorial
17 junio 2021

Si partimos de la máxima que dice: “El poder corrompe, y el poder absoluto corrompe absolutamente”, el ejercicio de la crítica periodística se vuelve una actividad absolutamente necesaria para la sociedad.

En México a nuestros políticos no les gusta la crítica, no la conocen, simplemente porque la mayoría de ellos nacieron cuando una dictadura de partido gobernaba nuestro País, con una crítica periodística silenciada a base de fuerza, privilegios o complicidad.

La historia de periodistas-políticos o viceversa es tan larga en nuestro País, que aún hoy, cuando se supone que la crítica es posible, permitida y hasta alentada, existen numerosos políticos y periodistas que no conocen la línea que los divide.

Después de la caída del régimen priista, el México crítico vivió sus mejores momentos, de pronto, los ciudadanos nos dimos cuenta que se podría criticar a un Presidente, a un Gobernador o a un Alcalde, algo antes prohibido de manera más o menos subterránea.

Poco después, nos abrimos al ciberespacio y de pronto la crítica se exponenció porque la ciudadanía podía criticar directamente a un funcionario, incluso a los profesionales de la crítica.

Hoy en día, la crítica es un acto que ejercemos prácticamente cada momento, a través de numerosas plataformas y esto no va a cambiar, así que los políticos que continúan sufriendo por ser criticados, simplemente demuestran que no han entendido el tiempo que les tocó vivir.

Un político sabe que es un privilegio acceder al poder, pero también debe de saber que el poder trae consigo la crítica cotidiana y permanente, la crítica es el faro que le dice dónde se equivoca y dónde debe rectificar.

Si un político no es capaz de aceptar la crítica y valerse de ella debería de preguntarse si está en el lugar que desea y debe de estar, finalmente debe de recordar que su puesto es temporal y los críticos ya estaban ahí antes de su llegada al poder y estarán mucho después de que lo abandone.