El equipo se llama Sinaloa

Editorial
21 enero 2022

Las decisiones políticas que se toman en Sinaloa siempre han sido difíciles, pero si les agregas una pandemia encima, una crisis económica que no termina, incertidumbre y la llegada de un nuevo partido al poder las cosas se complican todavía más.

Los actores también juegan su papel, las tres ciudades más importantes, por población y poder económico: Culiacán, Mazatlán y Los Mochis, son gobernadas por alcaldes que sueñan en grande, pero que trabajan en pequeño.

Y la cereza del pastel es un Gobernador nuevo, con un estilo de dejar hacer, dejar pasar. Permitiendo cosas que ningún Gobernador anterior hubiera permitido antes.

Y el problema es que las decisiones que se toman actualmente no son como antes, un evento, un cambio en las reglas, un permiso mal dado, puede provocar resultados inesperados.

En un mundo cada vez más globalizado, las partes de una sociedad deben trabajar en equipo, lo que le afecta a una puede afectar a la otra, obligando a todos a trabajar en equipo, algo que debería habernos quedado claro hace mucho tiempo.

Lo más impresionante es que todos los días vemos diferencias entre la toma de decisiones de unos políticos que pertenecen al mismo partido, emana de la misma corriente política y por tanto lo menos que esperamos es que trabajen juntos.

Ni en los viejos tiempos del PRI habíamos sido gobernados por una mayoría tan uniforme en los colores, pero tan distinta en el hacer y el pensar.

El discurso de la mayoría de los actuales políticos de Sinaloa son los sinaloenses, pero sus agendas son personales, sus intereses son sus ambiciones y su trabajo parece más un eterno quejarse de los ataques de sus enemigos imaginarios.

Es tiempo de trabajar juntos, de hacer agenda juntos, de caminar hacia la misma dirección, de otra manera los destinos de la sociedad y la de nuestras autoridades terminarán divorciados.