El imperio de la Ley

Editorial
23 noviembre 2021

Grita y amenaza el Alcalde de Culiacán, Jesús Estrada Ferreiro, que utilizará la fuerza pública para retirar a los comerciantes del Centro de Culiacán que se nieguen a quitar sus mercancías de las banquetas.

Con la fama ganada de autoritario y peleonero sus amenazas parecen más una bravuconería que la imposición de la Ley, sin embargo, en esta ocasión el polémico Mandatario tiene la razón.

El ordenamiento de los centros de las ciudades sinaloenses ha sido una constante en los discursos de los alcaldes desde hace décadas, pero la verdad es que pocos son los alcaldes que han conseguido ordenar lo ingobernable.

Y como Culiacán está Mazatlán, y Los Mochis y Navolato, y la ciudad que usted guste, la informalidad es y siempre ha sido un problema tolerado por los gobiernos desde hace años, debido a un gobierno paternalista al que le costaba poner orden.

Hoy, con la llegada de Morena al poder en prácticamente todo el País, el orden y la disciplina en el uso de los espacios de las ciudades ha corrido con irregular suerte, mientras existen alcaldes como Estrada Ferreiro que quieren orden a rajatabla y al costo que sea, hay otros a los que les encanta el desorden.

Un ejemplo es el Alcalde Luis Guillermo “El Químico” Benítez en Mazatlán, donde ha permitido que la informalidad crezca en la zona del malecón, donde no ha aprovechado la enorme construcción de infraestructura que le ha construido el Gobierno estatal.

La informalidad es un monstruo de mil cabezas y origen y alimento de numerosos delitos como el contrabando de mercancías, la evasión de impuestos y la competencia desleal a otros comerciantes y a productores nacionales.

Es tiempo de resolver un añejo problemas, aunque a todos nos gustaría que se les ofrezcan otros espacios a las personas que trabajan en lugares no permitidos.