Enfermos invisibles

16 junio 2019

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Editorial

El miércoles pasado, Beatriz Gutiérrez Müller, esposa del Presidente Andrés Manuel López Obrador, visitó Sinaloa para dar inicio al Foro Nacional de Patrimonio Cultural, que busca rescatar la memoria cultural e histórica de los sinaloenses.
El proyecto incluye el rescate y la construcción de los archivos municipales en los 18 ayuntamientos de Sinaloa.
Pero llamó la atención un dato que ofreció Gutiérrez Müller durante la inauguración del foro y que tiene que ver con otro de nuestros rezagos en nuestra sociedad: los hospitales psiquiátricos.
Actualmente, el servicio de salud mental en Sinaloa es prácticamente inexistente, y lo poco que existe trabaja con pocos recursos y con escasa capacidad de atención.
La mayoría de los casos de enfermedad mental que reciben un tratamiento, son pacientes que terminan siendo trasladados a Guadalajara, donde existe uno de los principales centros psiquiátricos del País.
En numerosas ocasiones los colegios de psiquiatras de Sinaloa han levantado la voz para recordar que la salud mental de una sociedad depende de sus servicios psiquiátricos; si nos atenemos a esta declaración debería de darnos miedo la situación en que vivimos.
Lo cierto es que por las calles de Sinaloa deambulan decenas de personas que padecen de sus facultades mentales, desamparados y potencialmente peligrosos, para ellos mismos y para los demás.
Aunado a esto, agregamos los problemas de violencia que padecemos y tenemos un entorno con grandes riesgos para los enfermos mentales.
Cientos de personas padecen alguna enfermedad mental en Sinaloa, la mayor parte de estos padecimientos no son incapacitantes, de ahí que no son visibles y no reciben ningún tratamiento, empeorando su situación.
Es hora de agarrarle la palabra a la esposa del Presidente y resolver un problema histórico.