La cargada

Editorial
07 diciembre 2023

En tiempos del partido hegemónico en México, el Partido Revolucionario Institucional, que no era propiamente un partido, sino un brazo operador del sistema corporativo que regía a la nación, se llamaba “la cargada” a las “fórmulas” que se preparaban en el Gobierno federal y de allí en los gobiernos estatales y municipales hasta llegar a sindicaturas y regidurías, para colocar a sus candidatos en la elección en turno.

Ningún rincón del poder quedaba sin cubrir en todo el territorio nacional, cualquier cargo de elección popular era asignado a un servidor público afín o recomendado por el Ejecutivo en turno.

Un sistema que feneció por el mismo avance de las sociedades en el mundo y que en México también tuvo su resonancia; otros actores políticos emergieron de los nuevos pensamientos ideológicos alimentados por el cada vez mayor acceso a la información por medios electrónicos, y por el fin del antagonismo entre el Oeste y el Este en la llamada “Guerra Fría”.

El Partido Revolucionario Institucional tuvo que ceder espacios a esos nuevos pensamientos y surgieron corrientes que se acomodaron bien en el sistema corporativo aún fuerte, sin embargo, otras corrientes ideológicas no tuvieron cabida y emigraron a otros espacios existentes o creados ad hoc.

Extenso sería detallar el camino de cada actor político hasta el presente; sin embargo, el fenómeno Morena, heredero e hijo descarriado del ala izquierdista de esos reacomodos políticos, está reviviendo, sin querer queriendo se diría, esa cargada que caracterizaba al casi centenario partido tricolor.

Esta semana “la cargada” morenista da muestra de sus cuadros con el registro de aspirantes a puestos de elección popular en Sinaloa. Morena inicia con esto sus proceso de selección de candidatos a presentar para las elecciones de 2024, sin embargo, de antemano se nota que “la cargada” está nutrida, veremos si los perfiles son acordes a las demandas de los votantes, porque el bloque opositor está también por desenterrar el hacha de guerra y no vienen dispuestos a ceder ningún rincón de poder.