La larga noche de los estadounidenses

12 enero 2021

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Editorial

Estados Unidos y el mundo recordarán la administración de Donald Trump como un lapso oscuro y vergonzoso de la política estadounidense, pero sobre todo servirá como advertencia a todos aquellos países que coquetean con los políticos incendiarios y demagogos.

Trump no es el primero en su tipo que consigue llegar al poder, la historia del mundo está llena de ejemplos peores, algunos con resultados tan ruinosos que llevaron al mundo a guerras con millones de muertos.

Sin embargo, Trump destaca por haber conseguido burlar todos los filtros democráticos de uno de los países ejemplo, la potencia económica más poderosa del planeta y uno de los más férreos defensores de la democracia.

En un último y desesperado esfuerzo, algunos líderes políticos estadounidenses intentan echarlo, después de provocar el caos en el capitolio y la muerte de por lo menos cinco personas, sin embargo, los tiempos ya no lo permitirán y lo más probable es que Trump termine su administración el 20 de enero.

Trump se irá como llegó, aupado por el escándalo y rompiendo todos los cristales que pueda, en su último anuncio dio a conocer que no asistirá a la investidura de Joe Biden como nuevo Presidente, saldrá por la puerta trasera.

Con su salida iniciará, se quiera o no, un periodo de reflexión sobre las debilidades de los sistemas políticos, frágiles ante la irrupción de charlatanes y vendedores de espejitos.

Pero quizá hay que reflexionar sobre las necesidades de la ciudadanía, que termina votando por cualquiera que le ofrezca lo que nadie ha podido darle.

Las grandes crisis dejan grandes enseñanzas, quizá ahí radiquen los pocos beneficios que nos deje el paso de un huracán con nombre de pato y la riqueza suficiente para engatusar al mundo entero y hacerlo creer que era un político verdadero.