Lo justo

02 diciembre 2020

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Editorial

Cuando se trata de pagar por un servicio, el Gobierno usualmente tiende a argumentar problemas de presupuesto. Como ha pasado recientemente con el tema de la educación.

Las Escuelas de Tiempo Completo son uno de los tantos programas que se han quedado en veremos por los ajustes que se hicieron en el Presupuesto 2021, pero también, a los que se les ha dejado de pagar.

Con justa razón, los maestros han reclamado que se les cumpla con el pago pendiente, pero hasta ahora, ni la Secretaría de Educación Pública y Cultura ni el Gobierno estatal han sabido dar una solución a este problema.

Y aún con las protestas y plantones realizados este lunes, el único compromiso de las autoridades fue realizar las gestiones para que el Gobierno federal libere recursos para pagarlos.

En Sinaloa, las autoridades no han querido asumir un compromiso directo con los maestros de educación básica. Pues aunque muchos de ellos están en el sistema estatal, en la modalidad de Escuelas de Tiempo Completo, no tienen respuesta.

Sí, son tiempos en que el presupuesto acrecienta las diferencias entre la Federación y los estados, pero también son momentos en que la educación no debiera perder su estatus prioritario y las autoridades tendrían que enfocarse a ello.

Las Escuelas de Tiempo Completo atienden a uno de los sectores más vulnerables de la sociedad, ubicados en zonas marginadas y en donde las familias de los niños requieren salir a trabajar para su sustento.

Las clases a distancia debido a la pandemia del Covid-19 ya han dejado de manifiesto las dificultades que enfrentan para mantener a los estudiantes ocupados. Desaparecer el programa ahondará más los problemas habituales de las zonas marginadas.

Sí, apostar por más y mejor educación es una frase motivadora de los discursos políticos. Hacerla realidad y sostenerla, es donde los gobiernos aún han quedado a deber. Y la deuda lo es aún más, cuando han regateado atender un reclamo justo de los maestros: el pago de sus servicios.