Nuestra no tan nórdica realidad
Difícil de creer que en cualquier país avanzado pueda ocurrir cosas como las que ocurren en el nuestro, sobre todo en el sistema de salud qué el día de ayer fue tema en tendencia por los dichos del Presidente Andrés Manuel López Obrador.
Al presentar su último informe de gobierno, a unas días de decir adiós, López Obrador dirigió uno de sus últimos mensajes en un acto oficial, en un espacio público e icónico como el Zócalo de la Ciudad de México, en el que reafirmó una de sus frases más disparatadas y que poco podemos hacer para verle lo serio.
“Ya es una realidad en 23 estados el Sistema de Salud universal y gratuito para personas; y Seguridad Social conocido como IMSS Bienestar; este sistema de salud pública ya es el más eficaz en el mundo; dije que iba a ser como en Dinamarca, no, no es como en Dinamarca, es mejor que en Dinamarca”, expresó.
Hace unas semanas Sinaloa estuvo en las noticias nacionales porque la Fiscalía General de la República detuvo a media docena de trabajadores del Seguro Social, adscritos al área de farmacias, acusados de robo de medicamentos .
Esta actividad es uno de los problemas de nuestro sistema de salud pública que es evidente que no se ha podido erradicar.
Otro ejemplo fue una denuncia que publicamos en una investigación de Noroeste, sobre el absurdo abandono del Centro de Salud de la sindicatura de Villa Juárez cuyos trabajadores fueron sacados del edificio para remodelarlo y enviados a despachar a un centro cultural del municipio.
Lo absurdo de nuestra realidad, por obvias razones muy alejadas de la nórdica, es que los trabajadores no regresaron al Centro de Salud remodelado porque nadie se los indicó.
El inmueble entonces, abandonado, fue primero vandalizado y hoy reducido a obra negra, sin ventanas ni puertas, ni instalaciones eléctricas debido a la burocracia y ya ni decir que nadie se hizo responsable... más bien a nadie le importó.
Lo más absurdo es que el nuevo programa del IMSS Bienestar, con todo y su bombo y platillo, no contempló la recuperación del Centro, sino sólo acondicionar con tablarroca áreas del centro cultural para que siga operando ahí.
Por eso cuesta trabajo creer que en Dinamarca están peor que esto y si así es, pues pobre ciudadanía.