Pagar las consecuencias

Editorial
31 mayo 2023

En los últimos días, las noticias sobre personas que han sufrido un accidente y en el peor de los casos, que han fallecido, se han estado incrementando en Sinaloa. Y lo ocurrido es una consecuencia de todo lo que se ha estado haciendo mal.

Porque de nada sirve que en las ciudades y las comunidades de Sinaloa haya más calles, avenidas y caminos pavimentados si no se está educando a quien está detrás de un volante o manubrio sobre las medidas básicas de cuidado y prevención de accidentes.

Y se nota la falta de educación porque muchos de los accidentes que se están presentando en la entidad fácilmente se podrían haber evitado si se hubiera tenido una formación mínima en cuanto a educación vial.

Pero, ¿de qué se trata la educación vial? De que aquellos usuarios que tienen bajo la responsabilidad de conducir algún tipo de vehículo conozcan a fondo cuáles son las reglas viales, qué obligaciones se tiene, y cómo se puede prevenir un accidente.

Pero mientras esto no ocurra y por el contrario, haya incentivos para que los conductores sigan saltándose las reglas, la entidad seguirá lamentando que más accidentes se sigan presentando y más víctimas se sigan sumando.

Y ahí es donde recae la responsabilidad de las autoridades: la de hacer que se cumplan las leyes y sus reglamentos, pero no solo desde el punto de vista punitivo, sino también, preventivo.

¿Cuántos de quienes traen una motocicleta, por ejemplo, han cumplido con la capacitación adecuada y cuentan, además, con una licencia de conducir debidamente tramitada? ¿Cuántos de los conductores de un vehículo automotriz están validados por las autoridades de Vialidad para estar detrás de un volante?

Hay muchas cosas por hacer en materia de seguridad, sin lugar a duda, pero algunas no debieran ser tan complejas, como el educar a la población en temas viales. Si lo logran, tal vez la incidencia de accidentes se pueda ver reducida en un corto plazo.