Pensar la industria
Si todavía existe algo en lo que Sinaloa no se ha desarrollado lo suficiente ha sido en el sector industrial. Aunque hay industrias importantes incluso a nivel latinoamericano, no hay lo suficiente como para destacar como lo hacen otras entidades.
Es cierto que hay fortalezas en las actividades relacionadas con el campo y también en las de servicios, pero aún falta por hacer más en la actividad industrial.
Sinaloa seguro habrá de encontrar su vocación a tiempo, definiendo qué industria es la que puede impulsar de acuerdo con sus condiciones geográficas y a la disponibilidad de recursos para llevarla a cabo.
La de alimentos puede ser una de las líneas a seguir, lo mismo que el proyecto de un parque aeroespacial, con el que se busca explotar un nuevo desarrollo en el sur de Sinaloa.
Pero mientras eso ocurre, se ve difícil que Sinaloa pueda competir con proyectos como el de Tesla, la armadora de autos eléctricos, sobre todo porque la región no ha logrado consolidar un ecosistema industrial automotriz que contribuya a su desarrollo.
Su ubicación se queda en desventaja frente a otras regiones del País, como el Monterrey mismo, donde la industria se ha consolidado y además de que facilita su desarrollo, también están las condiciones dadas para movilizar rápidamente la producción que genera.
Los recursos naturales con los que cuenta Sinaloa, las posibilidades de comunicación con otras zonas del País y del mundo y su mano de obra específica, relacionada con el campo y con la pesca, debería impulsar a generar otro tipo de desarrollo que permita el crecimiento económico de la entidad.
Qué se debe hacer y cómo hacerlo deberá estar guiado tanto por las autoridades como por el sector empresarial, atendiendo las vocaciones que tiene la entidad. Porque sí es posible que además del turismo y la agricultura, Sinaloa pueda tener otro tipo de experiencias económicas. Solo hay que atender, y entender, bien lo que se tiene.