Prevención

Editorial
23 febrero 2022

El desarrollo de la pandemia del Covid-19 ha permitido que ciertas actividades estén retomando su condición normal, después de que el ritmo de contagios obligara a muchos a seguir manteniendo un distanciamiento social para evitar enfermarse.

En algunas zonas del mundo, las restricciones en los espacios públicos se han eliminado, incluyendo el uso de cubrebocas en espacios públicos. Esto ha sido posible debido, entre otras cosas, al avance en la vacunación a la población, que no hay que dejar de señalarlo, ha sido desigual en el mundo.

México tal vez requerirá seguir manteniendo ciertas medidas sanitarias para que los contagios no repunten mientras se consolida la cobertura de vacunación a la mayoría de la población que es considerada como de alto riesgo.

Y aunque las medidas restrictivas seguirán, lo que las autoridades deberán considerar, como lo hacen otros países, es la aplicación de vacunas a la población menor, la de los niños que acuden a las escuelas, por ejemplo, sin haber recibido hasta ahora ninguna dosis.

El Gobierno mexicano ha dicho que ha priorizado las acciones de vacunación contra los grupos más vulnerables, y hasta ahora no ha considerado cubrir a los menores de 15 años de edad, salvo los casos de pacientes con alguna comorbilidad.

Pero la pandemia, si algo ha enseñado, es que las medidas preventivas siempre serán la mejor herramienta para garantizar mejores condiciones de salud para la población.

Si existen opciones para minimizar los riesgos de contagios, el Gobierno debe adoptarlas para que eso ocurra y tal vez, la atención a los niños deberá incorporarse a sus prioridades.

La mayoría de la población ya cuenta con su vacuna y ayudará más que los menores que aún no entran en las jornadas de vacunación sean incorporados para que la incidencia de casos se reduzca aún más y que esa normalidad tan añorada, finalmente llegue a México.