Proteger a la niñez

Editorial
30 abril 2025

Sinaloa tiene muchas necesidades y sí, la más urgente ha sido la de recuperar la tranquilidad en una ola de violencia que ya casi llega a los ocho meses y aún no se percibe el final del camino.

Los hechos de violencia que ha vivido la entidad, principalmente en algunos sectores como Culiacán y municipios aledaños, ha trastocado la forma en que miles de sinaloenses desarrollan su vida.

Las medidas de precaución se han extremado para muchos y las libertades se han visto restringidas, principalmente para las niñas y los niños, quienes no han podido desarrollarse de manera plena.

En este 30 de abril en que se celebra la niñez, es imperioso que las autoridades reflexionen y actúen para que niñas y niños puedan recuperar esa vida normal y esos espacios que les permitan ser ellos.

Porque no es normal que en esa lucha que libra el crimen organizado, los menores vean truncado su desarrollo porque no están las condiciones dadas para que tengan un crecimiento normal.

Y normal, se trataría de que su capacidad para imaginarse nuevas formas de vida, no una atada al sonido frecuente de las balas en las calles y las comunidades.

Una vida normal se trataría de contar con espacios en el que puedan practicar sus deportes favoritos o jugar en los juegos que ahí se tienen instalados, no estar condenados a estar resguardado detrás de las paredes.

Una vida normal, sería en la que niñas y niños fueran a sus escuelas a adquirir conocimiento y no a aprender medidas para protegerse y resguardarse ante los hechos violentos que ocurren afuera de sus planteles.

A Sinaloa le urge atender varios frentes para garantizar que la seguridad que ha estado perdida pueda restablecerse y no debería prolongarse más de lo que ya ha ocurrido.

Y dentro de esas urgencias, está una responsabilidad ineludible: la de no truncar el desarrollo pleno para la niñez y la juventud de una próxima generación que ya ha quedado marcada por la violencia. Y no hay tiempo qué perder.